Finalmente fue el concierto de Per Gessle en Copenhague y, con todo el dolor de mi corazón, no me gasté un dinero que necesito para sobrevivir en comprar una entrada y no fui. Pero fue muy duro tomar una decisión así, y no pude hacerlo hasta el último minuto y lo hice conteniendo las lágrimas.
De cualquier modo, con la misma ilusión de siempre, me fui a esperar a la puerta de Pumpehuset (la sala del concierto) con la intención de por lo menos escuchar la música como eco desde fuera... y ya de paso para ver como toda la gente que tenía entrada llegaba, pasaba por delante y entraba, mientras yo y K nos quedábamos fuera mirando.
Como este concierto era en un sitio pequeño, no era como las otras veces que he ido a sus conciertos, con mucha gente esperando desde horas antes. Aquí la gente llegaba como el que va a un bar cualquiera y entraba sin tener que esperar ninguna cola.
Dos cosas me sorprendieron y dolieron:
- Mucha gente llegó cuando el concierto ya había empezado, incluso más de media hora tarde. Llegaban tranquilamente paseando y charlando con sus acompañantes, sin estrés de ningún tipo. Y eso para un concierto de unos 90 minutos.
- Muchos asistentes, en lugar de estar en la sala del concierto viendo a Per cantar, estaban en el hall de entrada comprando bebidas o en el exterior fumando.
Como K dijo, no parecía que para la gente que estaba dentro el concierto significara tanto como para mí y yo estaba fuera :-(
Así de injusta es la vida. En realidad los que no tenían tanto interés ni en Per ni en su música ni en el concierto ni en nada tenían sin embargo el dinero suficiente como para entrar, comprarse bebidas y salir a fumar, mientras que yo, que adoro su música y que no me hubiera perdido ni un segundo del concierto, me veía obligada a estar fuera intentando reconocer un mínimo de su voz.
K y yo nos quedamos fuera mientras anochecía. Como no hacía precisamente calor las puertas estaban cerradas y la música casi no se oía. De cualquier modo pudimos intuir las canciones que fue tocando allí sentados sobre la escalera de incendios primero y luego, cuando el hombre de seguridad nos hizo levantarnos (tenía que demostrar su poder molestando del modo que fuera), al lado de la puerta de entrada de los artistas.
Como recompensa de varias horas de pie y de muchos días de dudas, lo único que obtuve fue que mientras estábamos en el camino de entrada de pie esperando me dice K: "¡mira allí!". Y al girarme está Per Gessle que llega con un acompañante unos 20 minutos antes del concierto. En la sorpresa no tenía ni la cámara preparada ni el valor juntado para decirle nada e hice lo que me salió del alma: "Hej Per", y él que nos mira y nos dice "Hej" mientras pasa de largo. Vamos, hola en sueco y ya.
Una cosa más. Per Gessle escribe en
Twitter y yo, un par de días antes, me uní para poder leer lo que va escribiendo. Ese día después del concierto le escribí un mensajito, ya que he visto que contesta a mucha gente que le escribe. Le dije que me hubiera encantado poder verle esa noche pero que como no tenía dinero para la entrada, le escuché desde fuera. Por supuesto, no me ha contestado. Pero eso me decepciona un poco.
Ahora está de gira por Europa y a principios de mayo volverá a Suecia. Allí habrá otro concierto en Halmstad, el lugar donde más me gustaría ir. Ojalá fuera posible.
Os dejo aquí unas fotos, entre ellas la única y muy patética que conseguí hacer antes de que se metiera en la sala de conciertos.
Pumpehuset antes del concierto:
Per Gessle entrando a Pumpehuset antes del concierto. Es el de la derecha:
La gente fuera aunque el concierto ya llevaba media hora:
Pumpehuset durante el concierto desde fuera:
