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24 enero 2014

Hijes sí o sí

Acompaño a un amigo a ver a un cardiólogo. En la consulta, el especialista da por supuesto por sentado que somos una pareja heterosexual y, por tanto, deseosa de reproducirnos. No hay ninguna pregunta sobre quién soy o por qué estoy allí. Sencillamente se entiende que si un cuerpo leído como hombre y otro cuerpo leído como mujer, ambes entendidos como de mediana edad, van juntes a un sitio con ese, no puede haber otra explicación que el ser una pareja monógama heterosexual y reproductiva

La primera pregunta: "¿Tenéis hijes?" Reacción inmediata y cara de desagrado: "No". Pero no se acaba nunca ahí. Segunda pregunta ignorando la cara de desagrado: "¿Pensáis tener hijes?". Reacción simultánea: "¡¡¡No, por supuesto!!!", y cara de pero tú de qué vas más tono agresivo. Pues bien, ¿qué sucede a continuación? Que obviamente solo hay UNA respuesta a esa pregunta, y es SÍ. El médico sin inmutarse a continuación nos suelta un discurso de 10 minutos sobre las implicaciones que el motivo de la consulta puede tener cuando decidamos (no si decidimos) tener hijes, y por tanto, que nos ofrece un "servicio especial", una charla en la que aclarar todas nuestras dudas con un equipo especialista, y además varios servicios extraordinarios, gratuitos todos, para asegurarnos de que nuestres hijes no van a tener ese diagnóstico, y que por tanto deseemos tenerles. Volvemos a decir que no estamos interesades, ¿y tiene algún efecto? Pues no. El médico sigue como si no hubiera oído nada, nos entrega toda la información y la dicta también al historial.

Reproducción sí o sí. Hijes sí o sí. Por mucho que tú GRITES repitiendo que NO.

Me pregunto qué cara se le hubiera quedado si le respondo: "Pero oíga, qué dice, soy su hermana" o "Pues es que soy un hombre así que hijes por ese método dudo mucho que vayamos a tener". La próxima vez lo pruebo.

02 enero 2014

¡Hipócritas!

El mundo está lleno de hipócrites. No hay forma de mantener el buen humor. Ni encerrándome en mi burbuja, porque sin contacto social la vida tiene menos interés. Ni teniendo ese contacto social, porque cuando escucho, leo, veo fotos, quedo, etc., me acabo retorciendo de incomodidad, sino directamente de furia y de ganas de vomitar.

Hipocresía por todas partes. Autonombrades queers que ahora resulta que se casan. No monógames que parece que tienen una secta new age. LGBTs que se creen con el derecho de definir la forma de tener tal o cual identidad de forma verdadera. Feministas que niegan su propio sexismo. Antifascitas que solo buscan sentirse cool perteneciendo a ese grupo. Anticapitalistas que se hinchan a comprar regalos navideños. Activistas cuya única política es la autopromoción. Atees que promueven la islamofobia y olvidan criticar su propia religión cristiana. Gente que dice partir de una política crítica con las normas, pero en realidad critica para ascender en la escala social. Académiques queers que son clasistas y se burlan de les que no tienen títulos universitarios. Fiestas y grupos antirracistas en les que solo hay blanques. ETCÉTERA. La lista es eterna. Y mi buen humor no. ¡Asco da!