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06 junio 2008

El sistema de reclamaciones en algunas empresas

Estoy fascinada esta semana con el sistema de reclamaciones que tienen algunas empresas en España. Después de mi aventurita en esa caquita de restaurante que es el Fosters Hollywood, resulta que dos días después me surge un problema con Movistar. Con toda su cara han liberado mi número de teléfono en el que había saldo y diversos bonos pagados para hacer llamadas más baratas (como Mi favorito). Bueno, pues lo que más me sorprende es que las reclamaciones aparentemente sirven para perder el tiempo y que ellos se rían en tu cara.

Después de quejarme a la chica de atención al cliente y que me contestara primero con información errónea y después un poco mal le pido que me pase con reclamaciones. ¿Y eso se supone que tiene que solucionar algo? Porque digo yo que sí pero va a ser que no. En reclamaciones escuchan mi rollo, me dicen que lo sienten pero que no pueden hacer nada y que no puedo poner una reclamación porque el sistema no les funciona. Me quejo diciendo que es el recolmo y casualmente entonces el sistema sí que funcionaba, y me da un número de reclamación. Le pregunto yo inocentemente que para qué sirve y que si me contactarán después con el resultado y me dice, con toda la cara dura que se puede tener, que no, que la resolución de la reclamación la acaba de tomar ella y que es que no puedo hacer nada y que el número es sencillamente para que lo sepa porque no sirve para nada más. ¡Aha! Muy interesante. Me quejo y le digo que eso no es un sistema de reclamaciones y me dice que es así siempre. ¡Todavía mejor! Entonces digo que quiero poner también otra reclamación, ahora sobre el sistema de reclamaciones, ¡y me cuelga! ¡Muy bonito, si señor!

Bien, entonces alguien me puede explicar para qué sirve poner una reclamación ¡si la resolución la toma la misma persona que te está diciendo tonterías por teléfono! Y para qué sirve perder del tiempo entonces en ponerla. Y cómo es posible que ese sea el sistema que tienen de atender los problemas, es decir, que se evalúen en medio segundo por una persona sin educación ni corrección (claramente, pues me colgó el teléfono) y que la resolución se tome al mismo tiempo que se está poniendo la reclamación.

De verdad, si eso es normal, yo soy de otro planeta.

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