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16 julio 2008

Cuando las decisiones dependen de dos

Cuando las decisiones dependen de dos a menudo es difícil ponerse de acuerdo. Es muy fácil y todo va bien cuando las dos partes quieren lo mismo o más o menos. Sin embargo, cuando cada parte tiene su propia agenda resulta duro tener que llegar a un acuerdo.

Por ejemplo, con esto de elegir un gato. Yo, como estamos pobres, no quería gastar mucho dinero en el gato. K, por su parte, aunque quería darle también el gato a su madre, no quería que fuéramos nosotros los que lo elegíamos, sino su madre. Le parecía que la madre tenía que poder elegir ella misma el tipo, el sexo y la edad del gato. Con esa discusión hemos estado durante dos años y pico desde que se murió la antigua gata (ya de vieja), hasta que finalmente ganó él y llevamos a su madre a la gatera (como la perrera para gatos) y eligió un gato que costó una pequeña fortuna. Desgraciadamente tuvimos la mala suerte de que el gato fuera atropellado un mes después de llegar a la casa. Y ahora la madre estaba más hecha polvo que antes no tenerla, porque ya se había acostumbrado a vivir sin gata. Así que esta vez he hemos hecho las cosas a mi manera, hemos buscado una gatita en el Segunda Mano y, después de un intento fallido, por fin la tenemos. Esperamos que esta vez las cosas vayan bien :-)

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