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16 julio 2008

Las pequeñas alegrías de la vida

¿Os habéis dado cuenta de que pequeñas cosas son las que llenan una vida de alegrías? Como decía el otro día, detalles como sentarse en la hamaca y contemplar las nubes, observar como un pequeño caracolito del acuario come, hacer planes con K para un nuevo viaje, pasear por un parque, bailar un rato en casa con la música de la tele, ver una buena peli, recibir un email de un amigo, hablar de cosas insignificantes en una shawarmería con una amiga, ver a los leones comer, probar una nueva comida... todo cosas pequeñas y sin importancia pero que son las que dan sentido a la vida. No hacen falta grandes cosas, son los momentos que llenan nuestros recuerdos los que nos dan la alegría.

Por ejemplo, cuando pienso en viajes, que es una de las cosas que más me gusta hacer, lo que recuerdo como más feliz no es el viaje en total, son momentos, cosas en realidad insignificantes que me han hecho sentir feliz y que al pensar ahora en el pasado anhelo: la vuelta en barco por el río Douro en Oporto, el paseo por la playa mirando los cangrejos diminutos delante de la puerta de Miyajima, jugar evitando que las olas nos alcanzaran mientras cogíamos piedras de malaquita en Lanzarote frente a la laguna, besarnos delante del lago en Lübeck una mañana lluviosa, sentarnos para protegernos de la lluvia bajo un monasterio en Meteora, sentarnos a esperar a mi hermano delante de la torre Eiffel en París mientras anochecía, buscar conchas por la playa en Dublín, sentarnos a ver la puesta del sol en Wadi Rum, detenernos en un trozo soleado de una calle de la medina en Túnez para calentarnos con el sol del atardecer, descubrir un mercado de comida maravilloso en el sotano de la estación de Nagoya, comer una pizza junto al canal en Venecia o besarnos en lo alto Ponte Vecchio, pasear por un bosque lleno de musgo en el norte de Selandia... Como veis no son cosas grandiosas, y ni siquiera es seguro que para las personas que estaban conmigo fueran momentos extraordinarios. Pero para mí lo fueron y siento nostalgia al recordarlos.

1 comentario:

  1. Ummm... las pequeñas alegrias... ver a los leones comer? Todo es subjetivo, depende de si lo que se comen es a ti o a otra cosa, claro :-p

    Pues yo recuerdo que delante de la torre Eiffel tenias intencion de asesinar a tu hermano y muy feliz no estabas, fijate tu. Sera tambien cosa de perspectiva, como lo de los leones.

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