Resultó que estábamos robando el agua

Por fin ha llegado el calor de verdad a Copenhague. Con el cielo sin una nube, para disfrutarlo y aprovechando que era sábado por la tarde nos fuimos a comer comida al bufet vegetariano más barato de Copenhague, Riz Raz, que tiene un patio con mesas en el que se puede comer cuando hace buen tiempo. Nos pedimos dos bufets y una jarra de un litro de agua del grifo, que aquí en Dinamarca cuesta dinero siempre, pero menos que una bebida...

En mitad de la cena empezamos a comentar que los daneses son raros, que se piden bebidas caras, como cervezas grandes y se las dejan enteras. Y es que en la mesa de al lado había una pareja como de 50 años que pocos minutos después de llegar y comer un poquito, cogió sus cosas, se levantó y se fue. Sobre la mesa quedaba una cerveza casi entera y una jarra de medio litro de agua del grifo casi sin empezar. Como a nosotros nos faltaba agua y somos pobres, en lugar de pedir más, me levanté con toda mi cara y cambié nuestra jarra vacía por la de ellos, que era la mitad de tamaño pero que todavía tenía agua. Unos minutos después resulta que aparecen los dos otra vez y se sientan. Habían ido al bufet a por más comida. ¡Y mientras yo les había robado el agua! K se puso nervioso y empezó a decir "No me jodas" mirando hacia su plato sin levantar la cabeza. La mujer, que es la que bebía el agua, estaba un poco aturdida mirando a la jarra y a su alrededor. Y a mí me entró un ataque de risa. Así que en dos segundos engullimos lo que teníamos en el plato y nos levantamos corriendo a pagar en la entrada. Al final, por ahorrarnos 6 coronas (menos de un euro) tuvimos que salir por patas. Pero nos fuimos riendo medio camino a casa.