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07 agosto 2008

La vergüenza

La vergüenza es un sentimiento con el que uno no se quiere identificar... A nadie le gusta pasar vergüenza y menos todavía reconocerlo. Pero, si lo pensamos bien, la vergüenza es un sentimiento necesario y muy útil. Todos los humanos lo tienen. Surge cuando somos niños y descubrimos que hay diferencia entre nosotros y los demás. Con la conciencia del yo como ser separado de los demás llega la conciencia del mundo... y con ella la conciencia de nuestras diferencias, de nuestro comportamiento, nuestro aspecto, etc., y ahí descubrimos sentimientos como el orgullo y la vergüenza.

Pues bien, sin ese sentimiento nos sería más difícil aprender a estar en sociedad y a tratar a los demás de forma adecuada. Sin sentir vergüenza por algo que hemos hecho mal, igual que orgullo por algo que hemos hecho bien, no nos sería tan fácil adaptar nuestro comportamiento a la sociedad en la que estamos.

Y es que la vergüenza es un arma muy útil para que no olvidemos los errores. Por ejemplo, cuando estás aprendiendo un idioma nuevo. Si cometes un error "patético" entre un grupo de nativos y todos ser ríen de ti y te hacen sentir ridículo, ese error os aseguro que no lo vuelves a cometer. Sin embargo, si lo escribes 100 veces y te lo corrigen con rojo y ya, no te entra en la cabeza ni a patadas.

El caso es que la vergüenza tiene su parte positiva y su parte negativa.

Positiva porque nos hace ver cómo no hay que tratar a los demás. Si le haces algo malo a alguien y de verdad sientes vergüenza por lo que has hecho, te será más fácil no volver a hacer semejante barbaridad. Si te es indiferente, si no eres capaz de sentir empatía con el pobre que te ha sufrido ni avergonzarte de tus actos, habrá con gran probabilidad muchos otros pobres desgraciados que tendrán que sufrirte con lo mismo en su camino futuro.

La parte negativa sin embargo está basada en esa misma función de enseñarte a funcionar con "corrección" y "adecuación" a tu sociedad. Si te sientes diferente, si te gustan cosas no comunes, si te vistes de forma rara, si tienes aspecto extraño, si hablas como un loro y cantas como un buitre, todas esas cosas es probable que te hagan sentirte avergonzado. En tu lucha por no sentir esa vergüenza intentarás volverte más normal, vestirte como un caballero, hablar como un académico y cantar como un canario. Y así perderás parte de tu encanto, tu singularidad y tu personalidad.

Así pues, este sentimiento debe estar controlado por un fino balance entre el no herir a los otros y no anularte a ti mismo.

1 comentario:

  1. Sobre eso del idioma y aprender con la vergüenza, no me parece la forma de aprender mas recomendable, ¡pero es verdad que en España no he intentado descagar nada de internet otra vez!

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