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19 septiembre 2008

Bancos del diálogo


Para seguir con esos esfuerzos daneses por conseguir la integración de los extranjeros en esta ciudad, la campaña Vi KBH'R' (Nosotros los de Copenhague) ha puesto hoy en marcha un proyecto, Dialogbænke o Bancos para el Diálogo, en el que varias empresas altruistas (a cambio de su logo) con el apoyo del Municipio de Copenhague (Københavns Kommune) han instalado 40 bancos de colores (supuestamente un arcoiris que representa la diversidad, pero como están en sitios diferentes no se ve el efecto) por la ciudad para que los daneses de pura raza y los daneses de raza no tan pura se sienten en los bancos y hablen. Así pretenden fomentar la comprensión, el diálogo y eliminar los prejuicios. Y es curioso, si uno lo piensa, el optimismo de los organizadores: una campaña que a través de marcar las diferencias pretende integrarnos.

Entonces qué, ¿si veo a un rubio en un banco, me puedo sentar, pero si es otro extranjero, digamos una mujer somalí con burka, entonces no porque eso no me integra en Dinamarca? ¿Pueden dos daneses de pura raza hablar en el banco? ¿Y dos iraquíes cansados de caminar? ¿O primero hay que estudiar si el que está sentado es diferente a ti para poder sentarte? Y si estoy cansada o quiero hablar con el negro que se sienta en el banco, ¿me pongo una peluca rubia mientras me como un perrito para poder sentarme junto a otro extranjero? ¿Y puedo hablar en el idioma que me dé la gana o tengo que hablar en danés para poder integrarme en esta sociedad?

Es decir, que en la práctica o bien no funciona, porque esas dos personas no hablan ni en el bus, ni al cruzarse por la escalera, ni al esperar en la cola de la caja de la tienda, o si acaso sirve para algo, lo único que hace es resaltar todavía más las diferencias y hacernos a todos más conscientes de nuestra etnicidad arruinando así la verdadera convivencia en armonía. Y al final se convierte todo en un "danés, aquí tienes a tu moro para que charles un rato con él antes de que se vaya a su chavola después de limpiarte tu váter y tú regreses a tu mundo de lujo con tu chalet, tu volvo y tu perro".

1 comentario:

  1. Ayer, un día después de la colocación de los bancos por la ciudad, ya he visto que los que han sido colocados en la entrada de Nørrebro, "el gueto" de los extranjeros, ya han perdido su laminado de color. Deduzco entonces que no soy la única persona que se ha sentido ofendida por semejante idea.

    También más tarde vi que en la plaza de Copenhague donde más extranjeros hay, Amagertorv en la calle peatonal, no han colocado ninguno de esos bancos. ¿La explicación? Aparentemente en esa plaza están los extranjeros "buenos", los turistas y los que tienen dinero para ir de compras y cafés a sitios lujosos, no los "malos", nosotros los moros. A los buenos no hace falta integrarlos, a nosotros sí, y eso se consigue insultándonos.

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