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28 noviembre 2008

El policía antipático

Me tengo que renovar el pasaporte. Estando en Madrid de visita, en lugar de tener que ir hasta la embajada en Dinamarca, me acerco a la comisaría de al lado de la casa de mis padres con la intención de preguntar si me lo puedo renovar aquí. ¿Y a quién me encuentro? Pues claro, al policía borde y antipático de turno. Le digo al entrar que quiero subir a la ventanilla de los pasaportes y en lugar de decirme que ya no está en ese edificio me dice "Lea usted el cartel blanco de allí". Como le miro un poco aturdida, añade con mala leche "Los pasaportes y DNI no se renuevan aquí desde hace más de un año". El tonito, que es antipatiquísimo, ya me toca un poco la moral y le contesto que yo no vivo aquí y que no lo sabía. Me dice "Además no puede ir directamente, tiene que llamar para pedir cita". Y entonces ya me mosqueo del todo y le digo que yo no quiero una cita, lo que quiero es información para saber si tengo que ir necesariamente a la embajada o si puedo hacerlo en España. Claro, se descolocan y empiezan a hablar los dos policías que hay al mismo tiempo. Al final me dan la dirección y me dicen que mejor vaya allí que por teléfono no van a saber informarme. ¿¡Y entonces para qué el tono del principio!? Deben ser super agradables con los extranjeros que llegan, vamos.

El punto final es que al salir miro el cartelito y resulta que los pasaportes ya no se hacen ahí desde agosto de 2008... ¡más de un año que me dice el otro!

3 comentarios:

  1. sí, creo que depende. Si los extranjeros sond el norte, creo que les intentan escuchar. Si son de más al sur, creo que los meten en la cárcel, los duchan con una manguera de agua fría y al día sigueinte, si se han equivocado, los echan a la calle. COsas de la vida.

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  2. Creo, Nehmila, que estos dos policías en concreto no intentan ni escuchar a los españoles, así que imagínate a los extranjeros. La diferencia estaría entonces en que a los del norte les tratan con falta de educación y con mala leche, como a un español pero más tonto, y a los del sur les tratan como dices tú, sin humanidad y sin respetar sus derechos humanos.

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  3. No sé por qué, pero tengo la misma reacción que Charlie Chaplin cuando ve a un policía: voy en la dirección opuesta, aunque tengo la conciencia casi limpia...

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