Babel en la vida real

Ayer por la noche vimos Babel (2006) de Alejandro González Iñárritu. Llevábamos mucho tiempo deseando verla y habíamos escuchado que estaba muy bien. Debe ser eso de tener expectativas muy altas cuando todo el mundo te va diciendo que algo es excelente, porque aunque estaba bastante bien, me pareció que era poco realista y me decepcionó un poco.

La idea me parece buena, y las diversas historias eran interesantes, todas por separado, y también con ese pequeño enlace de unión que tenían. Sin embargo, los resultados al final de la película me parecieron absolutamente irreales. Vamos, un final feliz para crear una sensación menos amarga al espectador que la que uno se podría llevar. 

En la vida real: 

• La chica americana se moriría esperando o en la mesa de operaciones, o de alguna enfermedad adquirida en toda la odisea, incluyendo el remiendo con la aguja y el hilo no precisamente estériles.
  
• La chica japonesa no sería rechazada por el policía. Este desde luego que no pensaría que es una niña, ya que la posibilidad de sexo fácil con una adolescente no parece precisamente alejado de los sueños de los adultos japoneses.
  
• La familia marroquí acabaría con todos muertos a tiros, víctimas de la brutalidad policial.
  
• La mexicana y los niños estadounidenses se morirían en el desierto, esperando a ser encontrados. Todo si antes los policías de la aduana no les hubieran disparado al saltarse el control.
  

Por otra parte, tampoco me gusta esa imagen tan prejuiciosa que da de los diferentes sitios. En México y EE.UU. no he estado, pero ni Marruecos es el culo del mundo, como parece ahí, ni Japón el lugar más limpio, frío, hipermoderno y deshumanizado, como se muestra en la peli.

Eso sí, un acierto que las historias sean en idioma original, que la música sea local y que se dejen algunos cabos sin resolver. Además de utilizar a grandes actores locales, como Gael García Bernal o Kôji Yakusho.