Secciones del blog

05 julio 2010

Miedo y homofobia son dos sentimientos diferentes

Ya estoy cansada de esa explicación que me parece una mentira. No atreverse a hacer algo sexual con alguien de tu mismo género nada tiene que ver con el miedo. Tiene que ver con la homofobia. No muestra falta de valor, temor a lo desconocido, miedo a no saber cómo hacerlo, preocupación por no dar la talla y no dejar a la otra persona satisfecha o ser incapaz de obtener tú satisfacción de ese tipo de sexo desconocido hasta entonces, inseguridad ante algo nuevo... No es nada de eso porque todo eso lo puedes sentir al tener sexo con alguien de otro género y no por ello sales corriendo. Siendo mujer, con cada macho que te acuestas puedes tener la misma preocupación por lo desconocido, por no dar la talla, por no saber si va a ser suficientemente bueno... Además cuando pruebas una posición nueva, una técnica nueva, un orificio distinto, todo ello son tipos de sexo desconocidos hasta entonces que no puedes saber si te van a satisfacer, si vas a saber hacerlo, si te van a hacer sentir cómoda, etc. Pero aun así decides probarlos. ¿Por qué? Sencillo, porque aunque sientes inseguridad o miedo ante lo nuevo también sientes interés en probar y atracción por lo nuevo y por ello superas las trabas y te lanzas a ello.

Pues bien, cuando escucho que la explicación a no tener sexo con una mujer no es ni la falta de deseo, ni la falta de curiosidad, ni la falta de sentimiento, ni la falta de oportunidad sino la falta de valor, lo que algunos calificáis como miedo, no puedo más que insistir en que el problema es homofobia.

Homofobia, ese rechazo al sexo entre dos personas del mismo género. Y es que es muy fácil ir de cool por la vida diciendo que se acepta todo, que se entiende todo y se quiere libertad e igualdad para todos, pero aparentemente para algunos no tan fácil aplicarse esos conceptos cuando se trata de uno mismo.

Lo peor de todo es que es la homofobia más clara, más fuerte y más enraizada. No es el miedo a ser descubierto por el mundo, a ser diferente, a tener que vivir una vida como paria en una sociedad homófoba, a tener que ocultar lo que sientes, a sufrir por ser rechazado, a mermar tus derechos, a no tener una familia tradicional, a no poder tener hijos... No es nada de eso porque el sexo entre dos personas del mismo género, igual que el que hay entre dos personas de dos géneros, se puede quedar en algo privado y en algo de una sola vez. Por ello, el asunto no es ni tener miedo a perder los derechos ni tener miedo a ser descubierto ni preocuparse por tener que vivir desde ese momento de un modo completamente diferente. No, el asunto es un rechazo completamente físico y visceral a la idea de dos personas del mismo género teniendo sexo. Rechazo que cuando te obliga a ti a tomar el papel de una de esas dos personas hace que seas incapaz de llevarlo a cabo aunque sea algo que estés deseando.

Así pues, cuando una persona empieza algo sexual con alguien de su mismo género porque siente ese deseo y esa curiosidad, si llegado el momento no es capaz de hacerlo SOLO por eso que describe como miedo lo que está haciendo es tapar su homofobia con palabras más aceptables en su cabeza pero que no por ello son más verdaderas ni más bellas. Y eso a mí desde luego me cansa y me produce un sentimiento irreparable de haber sido víctima de maltrato por mi orientación sexual.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho esta reflexion, tienes toda la razon, porque crear dobles estandares para el miedo? bien! nunca dejo de aprender de la fuerza politica de la sexualidad. Gracias

    ResponderEliminar

Si tienes problemas para dejar tu comentario, vuelve a pulsar en "Publicar". Casi siempre con insistir un par de veces funciona. Si no también puedes enviármelo a mi email en lilleskvat(a)gmail.com