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21 julio 2010

Una cámara en el exterior de un sitio de ambiente

Hablando con mis amigos LGBT sobre sus experiencias las primeras veces que fueron a un bar de ambiente, he llegado a la conclusión de que se podría hacer un documental muy interesante con solo poner una cámara en el exterior de uno de esos locales. 

Conozco gente que ha pasado cientos de veces por delante sin atreverse a entrar. Gente que ha llorado en la puerta y se ha ido finalmente sin entrar. Gente que ha sido agredida física y verbalmente al salir de un sitio así. Gente que ha intentado arrastrar literalmente a otras personas al interior de uno de estos locales. Gente que ha salido corriendo en un ataque de pánico estando dentro. Gente que ha tenido sexo en la misma puerta del local de ambiente. Gente que ha empezado y terminado relaciones al entrar o salir de allí. Gente que ha pasado acompañada de personas heterosexuales por delante de la puerta girando la cara en la otra dirección para hacer que no veía el sitio y/o para no ser reconocida. Gente que ha husmeado a hurtadillas desde la otra acera durante meses... 

Para muchas personas LGBT entrar en el ambiente es un paso difícil. Para muchas también es un riesgo a ser descubiertas o expuestas a los ataques homófobos. Esto en Madrid en Chueca hoy ya no parece así, pero desde luego que hace unos años (y en realidad no son tantos) cuando yo empecé a ir y los locales estaban cerrados, con lo que había que llamar a la puerta para poder entrar, para mucha gente tocar en esos timbres era el verdadero reconocimiento de su identidad LGBT.

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