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18 septiembre 2010

La responsabilidad de los sentimientos


Esta semana alguien me decía que no quiere tener ninguna responsabilidad por mis sentimientos. Yo ante la frase siento incomprensión. No entiendo de dónde puede surgir semejante razonamiento. ¿Cómo va a tener otra persona responsabilidad por lo que yo siento? Los sentimientos los tengo yo, y solo yo puedo ser responsable de ellos, si es que se puede hablar de responsabilidad al hablar de sentimientos... que ni siquiera estoy segura. 

Los sentimientos se sienten. No se fabrican. Por mucho que yo me empeñe, no puedo sentir amor por alguien que no me hace sentir amor. Por mucho que lo pretenda, no puedo dejar de sentir amor por alguien por quien desearía sentir indiferencia. Los sentimientos no tratan de responsabilidades, sino de emociones. Emociones que se tienen. La única responsabilidad asociada a ellos es lo que uno hace con esos sentimientos. Pero eso, por supuesto, solo es responsabilidad de la persona que siente algo determinado y actúa de una forma determinada como consecuencia. 

Si sintiera odio, celos, ganas de venganza o deseos de matar y actuara siguiendo lo que siento, sería única y exclusivamente mi responsabilidad el daño que le cause a la persona que desgraciadamente es objeto de toda esa negatividad. Y lo sería porque yo estaría realizando una acción basada en esos sentimientos. Y de nuestras acciones sí que somos responsables. Sin embargo, los sentimientos en sí mismos no serían mi responsabilidad. Por supuesto menos todavía de la persona por la que sentiría todo eso. Pero tampoco míos. Lo importante, como digo, es lo que uno hace con lo que siente.

Si por el contrario siento amor, confianza, deseo o ganas de estar cerca, tampoco esos sentimientos positivos son responsabilidad de nadie. Solo mis acciones. Si por mi amor decido acercarme, es mi responsabilidad. Si luego sufriera solo por el hecho de haberme acercado, seguiría siendo única y exclusivamente mi responsabilidad. Pero no por haber sentido amor, sino por haberme acercado, por haber actuado. 

Así, para mí solo se puede hablar de responsabilidad con las acciones y nunca con los sentimientos. Y la responsabilidad pertenece siempre al sujeto de la acción, el que actúa. 

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