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19 noviembre 2010

Propuestas más atrevidas

A veces al proponer un plan no te das cuenta de que estás en realidad haciendo una sugerencia mucho más atrevida de lo que habías pensado. Por ejemplo, en un día de calor puedes sugerir ir a nadar, pero eso significa tal vez ir a desnudarte delante de la otra persona. O apuntarte al gimnasio con alguien para ponerte en forma y luego descubrir que hay sauna y duchas comunes. Lo que no sabes entonces es cómo la otra persona interpreta tu propuesta. ¿Cree que lo has hecho con esa otra intención? Y precisamente por eso tampoco sabes por qué la persona ha aceptado. ¿Le gusta el plan porque está pensando en la otra posibilidad?

2 comentarios:

  1. Esos pensamientos pasan por mi cabeza un millón de veces... sobre todo cuando un amigo nos invita a mi novio y a mi a dormir en su casa (cama) y se queda dormido conmigo desnuda entre los dos acariciándole la cabeza... xDDD

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  2. Demasiado darle vuelta a las cosas, creo que si apetece hacer algo pues hay que proponerlo, si la otra persona lo quiere entender como algo más, que acepte y proponga y ya se verá si se acepta, no?

    Todo menos miedo al miedo del otro.

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