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04 diciembre 2010

Ahora me das la mano

No me puedo creer que me después de todo ahora de repente ni siquiera vengas a saludarme, que me rehuyas durante toda la reunión, que abraces y sonrías a todo el mundo y a mí me tiendas la mano para despedirte. Debes estar de coña, vamos, para comportarte de ese modo adolescente. No entiendo cómo puedes pasar de la última vez que nos vimos colocar tu mano cerca de la mía buscando que te la coja a esta vez, ¡la siguente!, extender el brazo para evitar que nos saludemos de la forma normal aquí, con un abrazo. Si tú no sientes nada por mí, si te doy completamente igual como dices, ¿cuál es tu problema con el típico abrazo sin sentido? Mientes.

1 comentario:

  1. a mí me pasó lo mismo...aunque yo me sentí como si me dijera: te doy la mano porque no voy a darte ya nada más. Me negué a dársela.

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