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14 julio 2011

El portal

Tanto que te digo que quiero hacer las cosas sin la máscara y que tú también las hagas y sin embargo, llegado el momento, me escondo en mis miedos y no te digo lo que pienso. 

Una carrera bajo la lluvia hasta el árbol. El ambiente se relaja. Sonrisas después de un año. Otra carrera hasta un callejón y ese portal. Nos sentamos en el escalón, muy cerca. Nuestras piernas se tocan. En silencio, nos miramos a unos centímetros. Sonríes y te sonrío. Pero no hablo. Siento ganas de besarte. Unas ganas terribles y eso me confunde terriblemente. Sigo en silencio, sigo mirándote. Tú me preguntas qué me pasa. Contesto que nada. ¡Y es mentira! Lo que me pasa es que la situación me ha hecho olvidar por unos instantes el enfado, el dolor y demás, y me ha hecho verte. Y viéndote sonreírme y sintiéndote tan cerca me invade el deseo. Pero no tengo valor para decírtelo inmediatamente. Tampoco para hacer nada. Sé que lo tendré si dejo pasar unos instantes para que se disipe la confusión y desarme mi miedo. Pero tú de repente te empiezas a estresar. Quieres irte. Algo te asusta. Y tu miedo me asusta a mí. Se acabó la magia. Se evaporó el deseo. Alguien sale. Nos vamos. 

2 comentarios:

  1. Esos momentos inolvidables que surgen pequeños pero inmensos en nuestras vidas ...ese momento... La vida son esos momentos. Gracias por compartirlo.

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  2. Soy catalana, rubia, de ojos azules, 1'72m...
    Y aún y así no soy de raza blanca? Venga, hombre! Si me dicen latina están ciegos!

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