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31 marzo 2012

Desesperación vital no sexual

Viendo el modo en el que te comportaste en esa fiesta a la que de repente no querías ir pero de la que luego no te querías marchar, y uniéndolo a la forma en la que te has comportado últimamente, he llegado a la conclusión de que te pasa algo más serio de lo que pensaba y que probablemente sería más inteligente por mi parte tomar un poco de distancia y dejarte encontrar tu camino sin permitirte destrozarme mientras lo buscas. Me parece que en el estado en el que pareces estar eres peligrosa y si seguimos así, finalmente lo voy a pagar caro y ya conozco de sobra el terrible poder devastador que puedes tener sobre mí y me hace temblar solo de imaginarlo. 

Siendo como eres, creo sinceramente que no eres consciente de los tumbos y de los violentos volantazos que vas dando. Al contrario. Experta como eres en autohipnotizarte y cambiar tu visión de las cosas según el día en el que te pillen, estoy convencida de que ni siquiera sabes de qué hablo al leer esto. Y también que te va a irritar enormemente esta crítica que vas a considerar injustificada.

No querías ir a la fiesta. Seguramente porque no te había gustado el modo en el que te habías sentido en la fiesta la noche anterior cuando apenas estuvimos juntas. Por supuesto, unido al hecho de haber tenido que pasar un día sola. Y tú y la soledad os lleváis terriblemente mal, ya lo sé y tú también lo sabes aunque solo lo quieras reconocer en los días buenos... 

Llegaste y dijiste que no ibas a la fiesta, pero cuando descubriste que ellas también iban a estar, cambiaste de idea. Por tanto, no por mí ni por ir conmigo, sino por ellas. Por eso después tenías tanto interés en que las llamara para asegurarte de que iban a aparecer. OK, tal vez no soy especialmente divertida en una fiesta si lo que tienes ganas es de hacer lo que hiciste después, es cierto. Pero no solo eso, sino que llevaste alcohol, tú que dices no beber, solo porque ellas beben y tú no quieres sentirte menos cool que ellas. O mejor dicho, no quieres que sepan que eres menos cool que ellas, en tu visión de lo que es ser cool. Cosa que solo refuerza mi impresión sobre tu comportamiento.

Estuvimos en la fiesta, y desde el primer instante estabas en una actitud fría y extraña. Super juguetona con los chicos alrededor, bastante distante conmigo. Querías desesperadamente que llegaran ellas y no te calmaste hasta que lo hicieron. Pero luego, cuando llegaron y pasó un rato, descubriste que tampoco sucedía lo que esperabas, y te fuiste a cazar a otro sitio. Yo me sentía enferma (estaba incubando la gripe y tenía resaca del día anterior) y tampoco me divertía ni el ambiente ni tu actitud, así que no te seguí. 

Después de varias horas en el local, sintiéndome enferma y cansada, te dije que me quería ir. Eran más de las 4 de la madrugada. Tenía que trabajar al día siguiente. En lugar de irnos, dijiste que te querías quedar con ellas. Y te fuiste a bailar con algún que otro macho a la pista. Pero ellas no quisieron seguirte. Se quedaron conmigo y casualmente una de ellas se puso a abrazarme y flirtear conmigo. Luego encontré a una de mis buenas amigas y me senté a charlar con ella. Cuando estaba más a gusto, llegaste diciendo que te querías ir. Aparentemente tus planes no habían funcionado y ya era tarde. Por supuesto, no nos fuimos sin que tú antes flirtearas con mi amiga también. Después, de camino a la puerta, ya no te querías ir. Querías ir a buscar a nuestras dos acompañantes para invitarlas a nuestra cama. Y yo, enferma físicamente solo quería ir a dormir, así que te dije que yo me iba, contigo o sin ti. Nos fuimos juntas. Por el camino me contaste que las habías invitado y que habían dicho que no, e insististe en que lo intentara yo. Pero yo, un pelo irritada, te dije que no quería follar con cualquiera, que lo que quería era descansar.

Contado así suena horrible y es curioso porque seguramente tú tengas otra vivencia completamente diferente de la noche.

Lo que yo viví esa noche me llevaba de camino a tu casa sintiéndome mal y pensando que eres peligrosa para mí porque temo acabar haciendo cosas que no quiero solo por complacerte. Complacerte está bien, pero solo siempre y cuando sea de un modo que me haga feliz a mí también. Pero creo que tu ansiedad y tu desesperación te arrastran de tal forma que te da igual cómo yo me sienta y eso no me gusta.

Tu agresividad sexual no me asustaría ni me produciría nada negativo si viera que es selectiva, que te hace sentir bien, que está basada en deseo y atracción sexual y que tienes respeto y consideración por los demás. Pero ninguna de estas cosas parece ser tu caso en este momento. Creo que tu aparente desesperación sexual en realidad es una desesperación vital atroz. Por eso, te da igual el objeto de tu caza, si es atractivo o no, si tiene interés o no, si hay circunstancias que lo dificultan o incluso lo impiden o no. Más bien parece que en un ataque por encontrarte a ti misma y demostrar a los demás que eres libre y abierta de mente, cuanto más exótico el punto de mira de tu caza más atractivo, cuanto más difícil más codiciado, cuanto más indiferente más provocador te parece. Por eso es mejor si tu presa es una persona trans que si es una persona cis, mejor si es en una fiesta del ambiente que si es en una fiesta danesa cualquiera, mejor si es un macho con polla (ya que eso es lo más trasgresor para ti y para la relación que tienes con tu novio) que si es con una persona con coño, mejor si es un trío que simplemente con otro en la cama, mejor si sucede en una esquina de la discoteca que entre cuatro paredes sin espectadores, mejor si incluye gente kinky por muy vainilla que seas tú. Porque no es sexo lo que buscas ni deseo lo que te mueve. Es afán de demostrar que nada te asusta, nada te impresiona, nada te conmueve, nada te produce rechazo, nada te afecta, nada te detiene.

Y en realidad esto es justo como lo que haces con tus presas fuera de la discoteca. Es igual que lo que hiciste conmigo hasta que "me conseguiste". Es como lo que haces con tu amigo que no hace más que decirte que no pero que tú sencillamente no respetas. Es como lo que haces con tu amante fijo cuando tiene una época en la que no quiere estar contigo porque está de vuelta con su mujer. Y es como lo que haces con cualquiera que se pone a tiro en cualquier momento y que no termina de caer en tus redes. Solo tu novio está fuera de este juego, porque él es el que establece las reglas que tanta angustia te producen y contra las que tanto te rebelas.

Viendo todo esto no creo que hayas en realidad cambiado nada del verano pasado a este año. Sigues comportándote de forma egoísta y desesperada. Dejando que tus miedos controlen tus actos. Solo que ahora los escondes en esa capa de farsa que te hace creer que pasa desapercibida. Y sigues comportándote como lo has hecho a lo largo de este verano, utilizándome como llave a un mundo que ansías pero que no eres, buscando en mí vivencias que no son conmigo. Y por eso me dueles. 

28 marzo 2012

¿Por qué das por hecho mi género?

En un grupo LGBT+ me invitan a hablar sobre teoría queer conociendo mi identidad trans y la forma en la que hablo (además de mi blog), y en la comunicación que establecemos casi lo primero que sucede es que ni respetan mi utilización de un nombre propio neutro para hablar de mí (y menos todavía la de un pronombre neutro) ni me preguntan antes de dar por hecho mi género femenino. ¿Así cómo voy a sentir que entienden de lo que hablo o que aceptan y respetan mi identidad? ¿Así para qué voy a ir a hablar de nada? 

Y es que es indignante, sobre todo porque las personas con las que hablo han oído y parecen entender lo que es queer al menos a nivel teórico... porque vamos, en el práctico ya veo que no hay ninguna aplicación :-(

27 marzo 2012

Sexo con chili

Tengo una obsesión: el chili. Y tengo una curiosidad. ¿Cómo se siente poner chili entre las piernas? Sobre todo a la hora de tener sexo, claro está. Si las mucosas de la boca reaccionan de forma tan clara (¡y maravillosa!), supongo que las del sexo y el ano igual o más. Si además la reacción hace que fluya la sangre y se sienta calor, ¿no suena eso como el mejor excitante para tener sexo? Se lo sugerí a una persona con la que tenía sexo y me dijo que sonaba a locura, a quemadura y algo desagradable. He buscado por Internet y me sorprende haber encontrado muy poco, lo cual me hace dudar. Solo una expresión en inglés, chilli bang, que aparentemente es meter un chili en la vagina y luego tener sexo anal con salsa de chili en la punta de lo que introduces en el ano. ¿Pero por qué no encuentro lubricantes con chili? ¿O imágenes de gente haciendo cosas sexuales con chilis, tabasco o algo similar?  

22 marzo 2012

Ayuda jurídica gratuita en Dinamarca

En Dinamarca, todavía más que en España, contratar los servicios de un abogado es un lujo que cuesta caro. Sin embargo, si buscas, existen posibilidades para recibir ayuda jurídica y que te expliquen tus derechos y las leyes que son válidas para una determinada situación. Eso no es lo mismo que tener un abogado a tu servicio, claro está, pero es algo que en un momento de apuro te puede ayudar si necesitas conocer tu situación, tal vez para valorar si te conviene contratar a un abogado.

Este tipo de ayuda jurídica se llama retshjælp en danés. Puedes llamar a tu municipio y preguntar por las posibilidades que hay en la zona en la que vives. También puedes utilizar esos servicios telefónicos: 
Además hay algunos sitios donde puedes ir y hablar de forma corta con un abogado gratuitamente. Una especie de ayuda general o primeros auxilios para asuntos jurídicos. Se llama advokatvagten, y puedes encontrar una lista completa (en danés) con los horarios y direcciones aquí.

Por otra parte en Dinamarca existen casos en los que es posible tener acceso a un juicio gratuito (se llama fri proces) y a ayuda jurídica durante todo el proceso (otra vez retshjælp). Por lo general depende de tus ingresos y del tipo de caso. Más información sobre esto (aunque en danés) puedes encontrarla aquí.

21 marzo 2012

Dos no están juntes si uno no quiere

Dos no están juntes si uno no quiere. Esta afirmación, que en principio suena lógica y que la gente va repitiendo por ahí como una especie de mantra, es una mentira en la sociedad en la que vivimos. Ni siquiera es así si ninguno de les dos lo quieren así. Si te casas, no te puedes separar legalmente sin ir a juicio si uno de les dos se niega a aceptar la separación. Si te quieres divorciar, todavía más. De hecho, a veces no puedes divorciarte ni aunque les dos lo quieran. El Estado, en su obsesión por mantener el sistema patriarcal y someterte a la maldita institución que lo consagra, lucha contra ambos individuos y les obliga a mantener su matrimonio durante como mínimo meses, y a menudo años. El Estado se niega a concederte el divorcio si no vives en otro domicilio. Y te obliga a ir a juicio si tu pareja no quiere divorciarse de ti. El Estado decide al final si hay un motivo para concederte el divorcio, por medio de un juez y una serie de trabas casi infinitas para hacerte desistir en el intento. El Estado te cobra para gestionar tu divorcio, aunque no tu matrimonio (al menos aquí en Dinamarca). Y te obliga a tragarte una charla con un intermediario cuyo objetivo parece ser evitar que te separes y todavía más que te divorcies. Y encima, ese intermediario en este país suele ser un sacerdote cristiano. 

Así pues, dos están juntes, al menos legalmente, lo quieran o no lo quieran. Dos están juntes a todos los efectos prácticos con el simple hecho de que uno de les dos se niegue a aceptar que el otro ya no quiere estar en el matrimonio. Me pregunto yo cuánta gente de la que se casa sabrá que esto es así.

19 marzo 2012

El plural genérico en -es

Desde este fin de semana he decidido adoptar un cambio en mi uso del español de forma consecuente y constante. Desde ahora el plural genérico que voy a utilizar va a ser en -es, no en -os como establece la norma en el presente, ya que este coincide con el masculino y por tanto se confunde y tiende a invisibilizar a todas las personas de los demás géneros, además de ser participe en la perpetuación de un sistema heterosexista y machista. 

Ejemplos de este uso del plural genérico en -es
  • Todes somos amigues. 
  • Algunes somos extranjeres. 
  • Les hijes viven en Brasil.

Llevaba tiempo dándole vueltas. Aunque entendía los argumentos para utilizar el femenino como genérico en plural, no me terminaba de convencer la idea , porque como persona que no pertenece ni al género masculino ni al femenino veo en ello una simple sustitución que del mismo modo perpetúa ese sistema en el que solo hay dos géneros y en el que uno de ellos tiene que estar por encima de forma jerárquica. A mí lo que me hace falta es un genérico real, neutro, que no sea ni masculino ni femenino. Y creo que eso solo se consigue creándolo. En realidad ya estamos un poco sumergidos en el proceso de creación. Mucha gente (yo misma) escribimos a menudo cosas como todxs o amig@s. Pero eso es impronunciable, con lo que no se puede extender al lenguaje hablado, y con ello no conseguimos que se establezca su uso, y sin eso no se va a crear la norma. Sin embargo, con el uso de la -e podemos crear un genérico que también sea utilizado en el lenguaje hablado.

Algunes me han argumentado que es un problema usar -es porque coincide con el femenino de algunas lenguas autonómicas. Pero eso para mí no es justificación para no hacerlo. Estamos hablando de un determinado idioma, los demás tienen otras reglas. En muchos de hecho -a no es femenino, ni -o masculino. Pero en este sí, y eso es lo que hay que cambiar. 

Por otra parte, para mí esto es un paso muy importante y necesario para poder llegar a otro punto que veo más lejano y al que necesito llegar: la creación de un neutro sin género, que también se use en singular y que no sea necesariamente genérico. Por ejemplo, para hablar de mí hacerlo en -e en lugar de -a u -o. Es decir, por ejemplo escribir yo misme. Ahora cuando lo he intentado nadie lo entiende, por lo que finalmente acabo hablando de mí en masculino y escribiendo de mí en femenino. Pero si el uso del genérico neutro plural se establece en el lenguaje, de eso será relativamente fácil pasar a crear un neutro separado tanto del masculino como del femenino.

Así que ya lo sabéis todes. De ahora en adelante mi blog va a estar lleno de palabras no aceptadas por la norma del español/castellano. A ver si esto se extiende a otros sitios. Si os parece una buena idea, dadle difusión.

16 marzo 2012

La tapa del váter

Dentro de una visión del mundo cisheteronormativa, uno de los elementos de la guerra entre los sexos-géneros es la dichosa tapa del váter. Las mujeres que se quejan de que los hombres siempre se la dejan subida. Los hombres que insisten en no bajarla para mostrar que mean de pie. Las mujeres que se irritan y razonan que son los hombres los que tienen que bajar la tapa, porque ellos también se sientan para cagar. Los hombres que siguen rebelándose contra semejante imposición, marcando todavía más su territorio, meando en la tapa si les dan mucho la lata. Las mujeres que se vuelven a quejar de los hombres que mean fuera del jodido váter y los hombres que vuelven al punto cero y no bajan la tapa. Guerra estúpida. Pero muy significativa. A través de cosas insignificantes como esta, ambos establecen su pertenencia a un sexo, a un grupo, y sobre todo su diferencia con el otro. Ambos se sienten más hombres y más mujeres por ir haciendo lo que corresponde a su rol de género... y sobre todo por ir mostrándolo. ¿Cómo va un hombre de verdad a sentarse para mear? ¿Cómo va una mujer auténtica a mear de pie? Y luego es curioso, porque la mayoría de las autoidentificadas mujeres que conozco no se sientan en los baños públicos. Y en ellos no es raro encontrarse la tapa del váter subida. ¿Entonces para qué tanto rollo? ¡Ah, claro! Es que los baños públicos ya están segregados. Allí no hace falta marcar la pertenencia a un sexo-género determinado por medio de la tapa del váter. Se hace directamente eligiendo el aseo apropiado por medio del icono que supuestamente te representa.

13 marzo 2012

Mi blog es una mierda

Por si no se nota en la falta de publicaciones de forma estable en el último tiempo, tengo una crisis con el blog. Normalmente escribo muchas cosas y las voy publicando. De hecho, escribo mucho más de lo que publico, por lo que tengo almacenadas cientos de entradas que no han visto la luz. En días o períodos en los que sé que no voy a tener tiempo para escribir tanto, suelo programar algunas de esas cosas para que se publiquen automáticamente. Esta vez que iba a estar de viaje había hecho lo mismo, dejar entradas listas y programadas. Pero sin embargo no he sentido que quisiera publicarlas. Al contrario, he ido quitando cosas según llegaban los días, y al final muchas fechas se han quedado vacías.

Veo que mis ideas cambian tan rápido que no puedo publicar algo que no es actual sin sentir rechazo, porque por lo general al releerlo ya no me suelo ver reflejada. Siempre encuentro aspectos que ya no diría así, que he repensado y que ya no interpreto de tal modo, o sencillamente que ni siquiera creo haber visto de la forma en la que están escritos pero que más bien reflejan mi incapacidad entonces para decir las cosas del modo en el que de verdad las veía.

También hay otras cosas que en su momento no he querido publicar porque trataban de algo que no era capaz de exponer aquí en público o de alguien que sabía que leía lo que escribo y no quería que lo hiciese, y que ahora ya no veo relevantes en absoluto.

Aunque esto me ha ido sucediendo ya mucho tiempo, antes pensaba que incluso así era interesante publicar lo que había escrito en el pasado, porque aunque no fuera actual, seguía siendo una radiografía de mi pensamiento y de mi capacidad de expresarlo en un momento determinado. Ahora ya no estoy tan segura. Más bien me sucede lo opuesto. Al mirar el blog veo que hay cosas que se han publicado meses e incluso años después pero las personas que lo leéis no sois conscientes de ello, con lo que parece que mi pensamiento en algunos aspectos se ha estancado en un punto que a mí ahora me parece muy lejano. ¿Es entonces la solución dejar de publicarlo? ¿Publicar todo lo que escribo en el momento en el que lo escribo? ¿Poner la fecha de escritura a lo que publico?

De hecho más bien por ratos siento que lo adecuado sería eliminar el blog, o como mínimo, purgarlo de toda la basura que veo que incluye. Tantas gilipolleces que he escrito que no dicen nada, que dicen lo contrario de lo que pienso, que no son relevantes ya, que no están bien escritas, que son un desvarío innecesario...

Durante mucho tiempo he pensado que estaba bien escribir mostrando que soy una persona con muchas facetas, no solo la activista. Y que el activismo también se hace de muchas formas y en muchos campos. Por eso he insistido una y otra vez en seguir mezclando temas. Lo personal con lo político, lo cultural con lo anecdótico, lo serio con lo vacío. También estilos, lo bien escrito con la basura más grande. Porque me parece que hay un dogmatismo en eso de hacer política, activismo, filosofía o lo que sea. Los que lo hacen solo quieren que se vea lo bueno. Hay que venderse como persona capaz. Pero yo quería que se viera lo malo también. Que soy incapaz, que soy mala escribiendo, que las ideas brillantes son algo muy escaso en un mar de ideas mediocres y comentarios todavía más indiferentes. Que para decir algo que tiene sentido hay que pasar por un proceso en el que se empieza diciendo algo que no tiene sentido, o al menos no tiene ese sentido. 

Y no obstante ahora me tambaleo. Pienso que el blog es una radiografía sesgada de momentos intermitentes que no muestran lo que quiero, y en general, y lo que es peor, tampoco muestran lo que para mí son las ideas importantes. Porque lo que es importante y a lo que dedico más energía y más tiempo en pensar, me cuesta mucho más formularlo por escrito, tiempo y esfuerzo que a menudo se queda solo en títulos almacenados que luego no se transforman en entradas publicadas. Todas esas entradas "serias" que siempre he querido publicar, son las que más voy dejando aparcadas, semi escritas, abandonadas. Como consecuencia, lo que sale a la luz es por lo general lo fácil, lo que me cuesta menos tiempo, menos energía, lo que es sencillo de decir, lo que no tiene interés para casi nadie. Y así este blog es un goteo de estupideces en las que muy de vez en cuando sale alguna piedra semi preciosa que se pierde entre las montañas de basura. De hecho, esas gemas se vuelven más y más escasas por la frustración que me produce todo esto. Y porque yo misma en lugar de mostrar esas cosas que quiero, esas cosas que necesito, me pierdo entre tanta mierda. 

Así que en estas estoy. ¿Me lo cargo todo? ¿Abandono el blog? ¿Cambio su forma? ¿Creo otro nuevo y diferente? ¿Dejo directamente de malgastar mi tiempo y el de los demás?

12 marzo 2012

Buscar puntos débiles en un argumento

Parece que soy experta en encontrar los puntos débiles en un argumento. Y lo que es todavía más irritante para los demás, en buscarlos. No sé por qué, pero sencillamente es así, soy así, no puedo escuchar algo sin intentar ver si tiene algo que no encaja, algo que se puede ver desde otro punto de vista, algo oculto, un eslabón roto. Y casi siempre lo encuentro porque casi siempre hay puntos débiles en un argumento. La gente parece que antes de hablar y pronunciarse sobre un tema no suele darle todas las vueltas necesarias a lo que va a decir. Y claro, esa forma de conversar mía por lo general no suele ser muy popular, o para ser más exactos, suele cabrear enormemente al que se siente contradicho. Tanto que es habitual que una discusión sobre un tema se transforme en una batalla en la que el otro se toma lo dicho de forma personal mientras yo estoy tan tranquila hablando del tema sin entender que el otro crea que le estoy atacando personalmente. Y claro, cuando esa persona explota y empieza a atacarme directa y personalmente me suele pillar de improvisto. Por increíble que parezca, después de toda una vida observando lo mismo, todavía sigo sin esperármelo y me quedo siempre con la boca abierta viendo como el otro está hecho una furia conmigo. Y todo porque no ha sabido defender o justificar sus postulados y yo he tenido la caradura de ponerlos en duda.

07 marzo 2012

Reflejando tus miedos en mí

Está visto. La gente ve en ti lo que va predispuesta a ver y acaba creyendo encontrar lo que creía que iba a encontrar. 

Esto lo veo tanto en mi vida como en mi blog.

En el blog está muy claro. Escribo cientos de entradas. Tratan sobre mil y una cosas. Mis opiniones han cambiado mucho a lo largo de estos años que he escrito en público. Mi vida, y mi propia identidad y actitud también. Y sin embargo hay quien ve un único aspecto, estable y estático, y hay quien ve otro diferente, completamente opuesto, pero también único, igual de estable e igual de estático. Hay gente que cree que solo pienso en sexo, otros que estoy obsesionada con las etiquetas, otros terceros que vivo para quejarme, otros que escribo siempre sobre mi vida personal y otros que creo literatura y que todas las cosas que describo son producto de mi fantasía. Hay quien me ve como una cobarde y hay quien me ve como valiente, quien ve traumas y autorrechazo y quien ve liberación y autoaceptación. Y así un largo etcétera.

En mi vida fuera de la red igualmente. Me tropiezo con gente que desde el inicio tiene una idea preconcebida de lo que le va a suceder en sus relaciones, y al final suceda lo que suceda conmigo, esa persona solo ve en lo vivido lo que creía que iba a encontrar, independientemente de lo que haya encontrado en mí. Si cree que la gente por defecto tiene miedo a las provocaciones, espera que tú reacciones con miedo y lee en lo que haces miedo, cuando tal vez no lo sientes en absoluto. Si cree que vas a rechazar una propuesta, digas lo que digas, aunque te esfuerces en hacerlo de la forma más clara, no verá otra cosa que evasivas, excusas, falta de interés y demás motivos para decir que no, cuando tú tal vez estás diciendo que sí casi a gritos. Si cree que en las relaciones la gente no es sincera, no es abierta, no es capaz de expresar lo que quiere o lo que siente sin esconder sus verdaderos motivos y sin jugar a establecer jerarquías de poder, hagas lo que hagas solo verá en ti que no dices la verdad, que te escondes, que muestras algo que no es ocultando lo que sí que es y demás. Y aquí el etcétera es todavía más largo.

Cuanto más vivo estas situaciones, más siento que en este mundo la gente en realidad no ve a los demás, solo ve partes de sí misma reflejadas en los demás. Si yo siento miedo a que me rechacen, veré rechazo en todas partes. Si tengo miedo a que me mientan, veré mentiras por doquier. Si mi inseguridad tiene que ver con el sexo, creeré que la de los demás también lo hace. Si en mis relaciones no soy capaz de expresar de forma abierta mis deseos, mis temores, mis expectativas, mis angustias y demás para establecer una comunicación clara, sincera y profunda, creeré que los demás me ocultan información, dicen una cosa pero quieren otra, juegan a mostrar interés pero no lo sienten y todo lo demás que forma una base de malentendimiento y falta de comunicación que resulta insalvable. Y así hasta el infinito.

La verdad es que todo esto me cansa. No hago las cosas como una gran parte de la gente. Y sin embargo en mi día a día tengo que encontrarme con los mismos prejuicios, independientemente de mi comportamiento. Mi forma de hablar directa no lleva a mejor entendimiento, el mostrar de forma completamente abierta y directa mis sentimientos, intenciones, deseos, inseguridades, expectativas, planes y demás tampoco. Haga lo que haga la gente ve lo que quiere. Y esto es frustrante, cansino, casi siempre incomprensible y en algunas ocasiones doloroso.

05 marzo 2012

Mirándote a los ojos

Hoy, al contrario que normalmente, te he estado mirando a los ojos intensamente, durante mucho tiempo, mientras tú me mirabas a mí. Hoy, cuando te he preguntado si podías ver lo que te decía al mirarte a los ojos, me has dicho que sí, pero que no me lo querías decir. Me pregunto si es verdad. ¿Entiendes lo que te digo al mirarte? ¿Escuchas que te amo, que deseo besarte, que me derrito mirándote? Y si lo escuchas, ¿qué te hace sentir? ¿No te dan ganas a ti de besarme a mí al ver mi deseo, mi anhelo, mi amor, mi pasión ardiendo en mis ojos clavados en los tuyos? Yo te miro y tú me miras. Y se ve que eso te gusta. Hoy por lo menos lo he visto. Nos hemos mirado y hemos hablado en clave, pero estábamos hablando de lo que sentíamos, de lo que nos gusta estar cerca, de lo que deseamos tocarnos. ¿Entonces por qué no hacerlo? ¿Por qué seguir con esta frustración que ya dura dos décadas?

Hoy me has abrazado. Unos instantes, pero dos veces y media. La media era esa demostración de la versión danesa. Cualquier excusa por tocarte. Por tenerte cerca. Y te he apretado contra mí y tú has reaccionado haciendo lo mismo. Todavía noto tu mejilla fría contra la mía. Y esa sensación de tenerte otra vez entre mis brazos después de todos estos años sin hacerlo. ¿Recuerdas cuando nos pasábamos horas abrazadas? Ojalá te hubiera besado entonces y te hubiera dicho todo lo que te amo.

Hoy he apoyado mi pierna sobre la tuya. Y la situación para ambas es tan especial que no podemos dejar de comentarlo. Un gesto cualquiera. Estabas cerca y yo apoyé mi pierna sobre la tuya. No debería ser más que eso. Pero por supuesto no es así. Y tú lo mencionas y dices que te gusta y yo te digo que así me siento más cerca y tú dices que eso no es solo físicamente, que es con los sentimientos. Hablamos de tocarnos. De tener contacto físico mientras lo tenemos, mientras nos estamos mirando a los ojos. Y yo me recuesto y cierro mis ojos y me concentro en ese rincón de mi cuerpo que toca el tuyo. Entonces te escucho decir mi nombre con esa forma tan especial que tienes de pronunciarlo mientras noto el sol en mi cara y me siento flotando. Solo porque tocas mi pierna y veo que eso para ti también significa algo.

Hoy me has sugerido ir a un lugar íntimo y hacer una de tus nuevas terapias. Tocarme durante una hora. Sentir algo intenso con el contacto de tus manos sobre mi cuerpo. Sobre mi cabeza. Acariciando mi pelo, tal y como empezamos a hablar de tocarnos por aquel entonces. Y después contar lo que sentimos con ese contacto. ¿Y tú me preguntas si creo que esa terapia me ayudaría? Solo de oírlo ya no puedo dejar de desearlo con una intensidad desesperada que me va a tener en vela hasta que descubra que finalmente te echarás atrás y que te irás al pueblo y me dejarás aquí otra vez ardiendo en deseo y sin poder dar expresión a mis sentimientos.

Hoy me has dicho que estaba guapa, que era agradable estar conmigo, que te alegrabas de verme, que te gustaba tenerme cerca, que gracias a mí existen las siguientes, que no soy solo tu amiga... Hoy me has mirado una y otra vez. Con curiosidad, con intensidad. Con anhelo. Y ahora estoy perdida. Perdida de enamoramiento. Perdida de pasión. Perdida en el mismo mar de sentimientos.

Hoy me he quedado otra vez con esa sensación de estar a punto de tenerte pero no llegar a hacerlo. De ver tu interés y mostrarte el mío pero no poder hacerlo de forma clara. De sentir este amor desesperado y sentir también tu desesperación por tocarme y no poder hacer nada con ello.

Y ahora te irás y yo me quedaré aquí completamente destrozada, una vez más, sufriendo por no poder dejar de sentir esto y no poder mostrártelo tampoco. No me dejes así otra vez. La vida es corta y yo tengo miedo de que se acabe sin poder susurrarte todo lo que siento por ti mientras te tengo desnuda entre mis brazos y mirándome con esa cara que me hace perder completamente la razón. Bésame, abrázame, ámame y dímelo. No me dejes así una vez más. Luego puedes volver a tu vida. Yo solo quiero un rato auténtico contigo. Por una vez. De una vez.

03 marzo 2012

Día Internacional por los Derechos de lxs Trabajadores Sexuales

Hoy se celebra por 11ª vez el Día Internacional por los Derechos de lxs Trabajadorxs Sexuales. Esta iniciativa, que comenzó en India (¡milagro, una de estas cosas que no se inicia en un país occidental del supuesto primer mundo!), se ha extendido a todo el mundo. En Copenhague las organizaciones de trabajo sexual organizan actividades. En España no lo sé, pero imagino que también.

Quiero aprovechar el día para repetir y dar difusión a algunas de las consignas de este movimiento que también es mío:


Only Rights Can Stop The Wrongs
Sex Work Is Work
Sex Workers' Rights Are Human Rights
Sex Workers Demand Rights, Not Rescue
Sex Work Is Not The Same As Human Trafficking

No sé si estas frases se utilizan en español. Os invito a dejar en los comentarios las que se utilicen en vuestras organizaciones, manifestaciones y demás.

02 marzo 2012

¿Este dildo funciona?

Me pregunto si alguno de los que me leéis habéis probado a utilizar este dildo de la foto o uno similar (este es de Fun Factory). Se trata de un dildo sin arnés en el que la sujección se realiza introduciéndote una de las partes (aquí la que está abajo) en la vagina. La idea, en principio y sin probarlo, me produce escepticismo. Para empezar porque pesa mucho y el ángulo de inclinación parece de lo más incómodo. Pero sobre todo, porque me parece que debe de ser difícil mantenerlo en el sitio adecuado, moverte con libertad y al mismo tiempo que no te moleste ese movimiento que empuja hacia atrás en tu vagina, especialmente en la entrada de la misma. Comentarios, por favor...

01 marzo 2012

Incomprensible

Me vuelves un poco loca... en todos los sentidos. Cuando nos vemos es increíble. Me siento tan bien a tu lado y me impresionas tanto. Cada vez vuelvo a mi casa casi flotando. Y las cosas que dices y haces cuando estamos juntas me hacen pensar que a ti te pasa exactamente igual. 

Luego, cuando no nos vemos, parece que me quieres mantener lejos. Y eso me confunde. Me resulta, como poco, incomprensible. De la cercanía total a la lejanía más completa. Y tú ni siquiera pareces darte cuenta. 

En realidad se está convirtiendo en una especie de situación que se repite. Nos vemos un día. Eso me lleva varios pasos más cerca que la vez anterior. Luego pasan los días. Te escribo. Espero. Te espero. Y cuando empiezo a perder la esperanza, vuelves a contactarme. Con ese aire de no pasar nada, de querer de verdad verme y de sentirte bien conmigo. Obviando completamente el hecho de no haber querido contestar a mi mensaje hasta entonces. Y así, cuando nos vemos otra vez, me vuelvo a sentir avanzando nuevos pasos hacia ti que luego no sé retroceder cuando tú me alejas.