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29 junio 2012

La flor más atractiva o la gente más fácil de atraer

Antes de ayer hablaba de esta flor, Amorphophallus titanum, que floreció en el invernadero del Jardín Botánico de Copenhague en medio de una masa humana, el furor de los medios de comunicación y colas de varias horas para entrar a verla. Una flor que se caracteriza por tres cosas: su enorme tamaño, el florecer una vez cada 10 años y su espectacular tufo a carne putrefacta. El hedor era perceptible desde la entrada del Jardín. Y sin embargo eso no era suficiente para detener las hordas humanas que seguramente jamás habían oído o visto esta planta y que no obstante se colocaban en fila durante largos períodos para ver el bello ejemplar y poder tomar una foto para contar que habían estado allí. El resto del año, el Jardín Botánico está desierto. Es gratuito y está cerca de donde vivo. Yo que voy a menudo sé que la planta, sin flor, no tiene visitantes. No despierta el más mínimo interés.




Esta experiencia es la misma por la que durante años dejé de ir a museos, incluso habiéndolos amado desde que era pequeñe. Incluso adorando el arte. Es el mismo motivo por el que apenas nadie sabe que me interesan esas cosas. Odio a la gente que no visita nunca un museo en su ciudad y cuando viaja se traga el Louvre en busca de los escasos cuadros que puede reconocer de haberlos visto en la guía de viajes. Odio la gente que se hace la interesante mirando durante 20 minutos El Guernica cuando no tiene el menor interés en arte. Odio la gente que no pisa un sitio a no ser que sea algo que "hay que hacer". 

Una planta que apesta. Y una masa de humanes que estropean la experiencia a les que sí que visitamos esos lugares el resto del tiempo. Así es siempre cuando algo se vuelve "obligatorio".

27 junio 2012

Amorphophallus titanum y alcohol

Allí estuvimos, viendo la flor más grande del mundo, Amorphophallus Titanum, que se niega a mostrarse más de una vez cada década. Nosotres y toda la masa de copenhaguenses que se habían enterado por las noticias. En la noche más corta del año. Justo antes del anochecer. Después volvimos a ese rincón del suelo de tu casa a beber un par de cervezas a la luz de las velas y ese cielo azul marino. Nos emborrachamos. Con una cantidad mínima de alcohol. Y al día siguiente teníamos resaca. ¿Puede ser el efecto del aroma fétido de la planta? ¿Su combinación con el alcohol? ¿O fue la deliciosa embriaguez que produce sentirse tan cerca? Para mí la respuesta está casi clara...

26 junio 2012

¿Ele o elle?

Ya sabéis que intento usar un lenguaje que también incluya personas de género ni masculino ni femenino. Tengo una duda y veo que escribo y digo ambas cosas, según el momento en el que me pille. Para usar en castellano un pronombre personal en singular ¿qué será mejor, elle o ele? ¿Alguna opinión a favor o en contra de alguna de las propuestas?

25 junio 2012

Salir de caza

Un paseo por la playa. He ido hasta allí solo para estar algo más de una hora con el grupo porque había visto que tú ibas. Aun habiendo leído que iba a llover a mares y que nos íbamos a empapar. Aun sabiendo que seguramente tampoco esta vez sucedería otra cosa que un breve intercambio de miradas y algún que otro diálogo insignificante entrecortado por el ir y venir de toda esa otra gente con la que sí que tienes diálogos con significado. Y aun así corro hasta allí, me uno a una actividad que me provoca angustia solo para poder acercarme a ti. Para hacer que te des cuenta de que existo. Para intentar despertar tu interés.

¿Y todo por qué? Una arrolladora atracción física que casi nunca suelo sentir por alguien que no conozco. La primera vez que te vi casi no me lo podía creer. Eres como una versión mejorada, más atractiva de la persona por la que he sentido más atracción en toda mi vida. No podía dejar de mirarte. Llegué a mi casa y te busqué en Facebook, incluso intuyendo que tú ni te habías dando cuenta de que existía. Babeé ante tus fotos. Y no nos volvimos a cruzar fuera del ordenador durante una infinidad de meses. Ahora de repente otra vez resurges en mi mundo no cibernético, escucho sobre ti, sobre tus aventuras y tus flirteos con ele. Y sé cómo encontrarte, a qué eventos acudir. Y, creo que por primera vez en mi vida, me decido a hacer algo que no he hecho antes: salir de caza. Hacer algo activo con mi atracción para intentar provocar la tuya. Y luchar contra esta tendencia a comportarme de forma tan introvertida ante alguien que me interesa de la forma en la que me interesas tú.

Pero estoy oxidade. ¿Cómo se hacía eso de flirtear con una completa desconocida? ¿Qué es demasiado o tan poco que ni siquiera es perceptible? ¿Qué señales son necesarias? ¿Y cuáles son pasarse de la raya? Pero también, ¿por qué seguir las normas? Casi lo que quisiera hacer es escribirte directamente y decirte que me siento tan atraíde por ti que me encantaría quedar para tener sexo contigo. Pero así no se liga con las personas que se definen como mujeres cisgénero lesbianas, aunque sean poliamorosas, ¿o sí? 

24 junio 2012

Día de lluvia

Día de lluvia. O lo que es igual, día de arrebato de melancolía. Cosa terrible reaccionar de esta forma tan clara a los cambios atmosféricos cuando se vive en un país como este en el que los días grises, lluviosos, oscuros y demás ambientes lúgubres no son precisamente escasos. Aquí puedo estar durante horas retorciéndome en mi propia incertidumbre. Dejándome contagiar por la grisura atmosférica que inunda mis neuronas. Es verano, apenas un par de días después de la noche más corta. ¿Por qué está entonces todo tan falto de color?

17 junio 2012

¿Es escribir un blog un proceso social?

El otro día alguien me preguntaba si para mí esto de escribir el blog es un proceso social o si es algo individual y aislado, como cuando escribes un diario o tal vez una novela. Para esta persona escribir siempre ha sido un proceso que incluye a otras personas, tanto en la formación de las ideas que escribir, como en el desarrollo del propio texto, como en el diálogo que surge después con el texto ya creado al ser leído por otres. Casi diría yo que a esta persona le resulta inconcebible crear algo, independientemente de si estamos hablando de escritura o de cualquier otro elemento, que no sea parte de un modo u otro de un proceso social en el que participe necesariamente un pequeno grupo.

Para mí este pensamiento es algo a lo que siempre me he opuesto. Siempre he sentido una desconfianza clara hacia los grupos, y más todavía hacia tener que crear algo en grupo. La idea de un grupo para mí siempre ha implicado tener que adaptarse de algún modo, tener que claudicar ante las exigencias que se crean por el grupo, tener que modificar (aunque sea mínimamente) lo que haces para que se ajuste a lo que el grupo quiere. Y tener que someterse a una jerarquía en la que yo siempre veo que hay unas voces que se imponen más que otras, independientemente de que lo que esas voces tengan que decir sea más o menos adecuado para el proceso común que se está intentando crear.

Así, con mi rechazo al trabajo en grupo, siempre había visto el escribir como un proceso individual, algo que surge de mí y acaba en mí. Yo pienso, yo escribo, yo corrijo, yo guardo o tiro el texto, yo... De hecho así había utilizado siempre el escribir desde mi infancia... Y he escrito miles de páginas pensadas así.

No obstante, el escribir un blog es proceso un poco diferente. A menudo lo que escribo surge de una conversación con otras personas, o de un pensamiento provocado por otras personas, o de una vivencia con ellas. A veces incluso lo que escribo está destinado a que lo lean esas personas. Además, al escribir lo quiera o no tengo en mente a esa persona lectora conocida y desconocida que sé que puede tener acceso a mis textos. No escribo igual que lo haria si no lo fuera a publicar, eso está claro. Después, cuando la entrada sale a la luz, de vez en cuando recibo respuestas aquí, en Facebook, por email o personalmente (de la gente que me conoce). Y en consecuencia, de algún modo les demás están siempre implicades en mis textos. Con lo que visto así, escribir este blog es un proceso social aunque yo lo sienta en su mayor parte como algo que surge de mí, no como un trabajo en grupo.

Y al contrario, también me dan ganas de dudar cuánto en realidad hay de social en esto de publicar textos en Internet. El blog recibe miles de visitas cada semana, y sin embargo, de esas miles de visitas yo solo escucho un número mínúsculo de comentarios. Algunas cosas para mí esenciales de las que he escrito dudo que hayan sido leídas por nadie más que yo misme. Y otros textos que en realidad me son bastante indiferentes o en los que ya ni creo no dejan de recibir visitas y mensajes. 

¿Es escribir entonces un proceso social? ¿Lo es necesariamente más cuando escribes en un blog? La mayor parte del tiempo se siente como que escribo al vacío, aunque tenga constantemente la conciencia de que pueda ser leído. Analizado así casi se ve como un proceso paranoico individual, más que un proceso social. Tengo paranoia con que me leen y mis textos son algo público, pero en realidad esa lectura por parte de otros es algo que la mayor parte del tiempo está solo en mi cabeza.

09 junio 2012

Dame tu opinión pero quiero que sea favorable

O soy yo que no entiendo nada o la gente en general no sabe lo que dice cuando te cuenta algo y te pide a la ligera que comentes. Así, te dicen que por supuesto que quieren escuchar tu opinión... y que esta sea sincera. Y si tú te lo crees, o si eres como yo y lo haces de forma sincera independientemente de lo que te hayan pedido o lo que sea que hayan dicho, la conversación siempre acaba en problemas a no ser que casualmente todo lo que tengas que decir sean halagos y dar la razón estando de acuerdo en cada minúsculo detalle. Vamos, que en la práctica siempre se reduce a un "dame tu opinión sincera" porque por supuesto "tu opinión sincera tiene que ser favorable" porque, qué duda cabe, "si te gusto yo, todo lo que digo tiene que ser algo que a ti te guste y te parezca bien".

Estoy cansade de vivir siempre lo mismo. Por mucho que me guste alguien, no voy a dar la razón en algo en lo que no esté de acuerdo. No voy a apoyar algo en lo que no crea. No voy a dejar de comentar los puntos negativos que vea. O de explicar cómo veo yo lo que escucho si no coincide con lo que me dicen. Y de hecho, cuanto más me gusta alguien más me esfuerzo en dar esto y más espero recibir lo mismo. Y cuanto más vivo que no es así menos me gusta ese alguien y menos me importa hacerle partícipe de mis ideas.

08 junio 2012

Mi olor corporal

Tienes toda la razón. Esa obsesión con mi olor corporal, o más específicamente, con eliminar mi olor a sudor, tiene sus raíces en una visión normativa, burguesa, capitalista de mi cuerpo. Lo sé, y llevo rebelándome contra muchas de esas imposiciones corporales durante años... Y como dices, sé hacer los análisis pertinentes para ver con qué y cómo estoy disciplinando mi cuerpo bajo la presión de las normas... sobre todo porque desde que te conozco me has mostrado aquellos otros aspectos en los que no me había parado a pensar en cuanto a este tema. Y sin embargo, aunque no he hecho nunca muchas de esas cosas que se suponía que tenía que hacer con mi propio cuerpo, aunque para mí en los cuerpos de les demás esas normas nunca han tenido el mismo o ningún efecto, y aunque con el tiempo y especialmente en los últimos meses he dejado de hacer la mayor parte de las pocas cosas que venía haciendo para cumplir las normas con mi cuerpo, la obsesión con mi olor corporal persiste. Y me persigue. Tanto que aunque lucho contra ella, acabo eligiendo para eliminarlo una de esas soluciones regladas, disciplinantes y contra las que quiero oponerme... Así en mi desesperación ante el aroma que percibo, acaba con no valerme el lavarme una y mil veces, y o bien tengo que elegir el desodorante (y ya no lo hago) o bien tengo que eliminar el vello axilar que acumula ese hedor (y no quiero empezar a hacerlo de forma regular cuando no lo he hecho casi nunca en mi vida). 

Como tú bien me preguntas, ¿por qué? Si veo lo absurdo de todo esto, ¿por qué me dejo caer en la tentación de seguir las reglas no pronunciadas? Si el olor a sudor no solo no me molesta en el cuerpo de les demás, sino que a menudo me atrae, ¿por qué tengo tantos problemas con tenerlo en el mío? Si sé que usar desodorante es malo para mi salud, para mi economía, para mi activismo, para tu alergia, para la lucha contra el capitalismo y la biopolítica, para el ecosistema y el planeta, ¿por qué no puedo dejar de echarlo de menos al notar mi olor a sudor? Si sé que afeitar mi sobaco crea una imagen de mi cuerpo más femenina, más normativa, más presentable de ese modo que la gente cree que hay que exponerse a la vista de los demás, de una falsa apariencia más limpia (como si el sudor y el vello corporal fueran incompatibles con la limpieza y la higiene), si sé que a a mí me atrae mucho más una axila no depilada, ¿por qué casi por primera vez en mi vida caigo en afeitar mi sobaco solo por no usar desodorante? 

La respuesta está en esa relación compleja que hay entre la razón y el miedo, entre mis excelentes argumentos y mi rechazo visceral a algunos aspectos de mi propio cuerpo y mi aún mayor terror a que mi cuerpo sea rechazado por aquellas personas a las que deseo. Es esa incapacidad de ser siempre coherente a la hora de llevar en cada punto el activismo a la vida personal. 

06 junio 2012

No fisting for F

Tanto que me hacías sentir incomplete con mi cuerpo al tener sexo contigo debido a tu propia homofobia, tanto que dejabas caer lo incompleto del sexo con una persona para ti incompleta por no estar provista de una polla de carne y sangre, y ahora que por fin me he alejado y he detenido tu tortura psicológica, veo con todavía mayor claridad lo absolutamente absurdo de tu argumento, lo patéticamente heteronormativo y aburrido de tu visión del sexo y lo estúpido de mi falta de autoestima al dejarme herir y afectar por semejantes sinsentidos, aún cuando nunca han tenido la más mínima lógica para mí.

¿Qué es exactamente lo que tú puedes echar en falta en el sexo de una persona sin polla? Porque no es ni el tamaño ni la forma ni la temperatura ni lo que se puede hacer con ella, ni la manera en que se mueve ni los lugares recónditos en tu cuerpo a los que puede llegar. Ni tan siquiera la posibilidad de poder tener un orgasmo simultáneo o de sentir que la persona que te está penetrando siente placer con ello. ¿Qué es entonces? ¿El semen que en teoría tampoco notas cuando follas con pollas porque dices hacerlo con condón? ¿O más bien la idea heterosexual que tienes del sexo y de ti como mujer penetrada por un macho con una polla real?

Porque F, el sentirte follada y penetrada no es algo que no puedas hacer con alguien sin polla. El sentir que tu cuerpo está lleno de mí en cada centímetro y hasta cada milímetro de ese (aparentemente único) hueco que tanto buscas rellenar entre tus piernas es fácil de conseguir. ¿Para qué existen los dedos, las manos, los puños, los brazos, los pies, las piernas, las lenguas, las narices, los dildos, los plátanos, los teléfonos móviles y todos los demás objetos? ¿Qué hace que no puedas notar que te estoy follando de forma bestia si es lo que buscas? Ah, ya, eso de que te gustan las pollas grandes tal vez... ¿y no te vale un puño? ¿Qué hace que no puedas sentir el mismo placer físico que con un patán con polla? Yo tengo la respuesta: tu estúpida cabeza. Curiosa estupidez viniendo de alguien que no ha sabido proveerse de objetos que sustituyan a la dichosa polla cárnica. Supongo que exactamente por eso mismo. Y ¿sabes qué?, precisamente por tu estúpida visión del sexo, en ningún momento descubriste ni mínimamente lo que puede suceder y lo que puedes sentir teniendo sexo con alguien sin polla y con una visión diferente a la tuya. Y precisamente por eso en ningún momento llegué a desear mostrarte ninguna otra cosa que las que tú dabas por hecho que podrían suceder y que veías como carentes e incompletas por no contar con esa polla sin silicona entre las sábanas. 

Así pues, ni hubo ni nunca habrá algo más allá de lo que tú puedas llegar a concebir con ese cerebro falto de fantasía y lleno de normatividad heterosexista, cisexista y foba. No fucking good fucks for F. No fisting for F. 

03 junio 2012

A través de la mampara de la ducha

Hay algo hipnótico en observar sin que lo sepa a alguien que se está duchando a través de una mampara o cortina traslucida, vislumbrar el cuerpo desnudo, intuir las zonas oscuras donde el vello corporal se hace más espeso, espiar los movimientos íntimos realizados de forma inconsciente mientras se enjabona con los ojos cerrados, escuchar los sonidos que van produciéndose... Despierta en mi la vena voyerista más clara. 

Y todavía es más fascinante cuando no has tenido el placer de ver a esa persona sin ropa, sobre todo cuando deseas con intensidad tocar ese cuerpo desnudo, olerlo, saborearlo, tenerlo pegado al tuyo. Una ducha cualquiera se puede convertir en el marco de innumerables fantasías...

01 junio 2012

Por qué me dices tantas veces que mi ex es muy guapa

Casi no hay vez que saques a mi ex en la conversación (sí, porque eres tú el que insiste en hablar de ella, no yo) y que no me digas que es muy guapa, que tiene mucho éxito entre las chicas, que es muy buena socializando, que atrae a mucha gente a su alrededor, que es un hit en todas la fiestas...  A ver, cuéntame, ¿con quién comparas a mi ex al insistir tanto en su belleza? ¿O en su sociabilidad? Porque vamos, que me lo dejas muy clarito. Especialmente porque ella según los estándares de belleza tanto de la sociedad danesa como de la española no es que sea una modelo por mucho que para mí lo fuera en su momento o tal vez lo pueda seguir siendo. ¿Me estás intentando decir que te gusta a ti? ¿O que yo no te gusto? Más bien parece una mezcla de todo eso, una forma de decirme que no entiendes cómo es posible que alguien como yo pudiera tener una pareja como ella. Me pregunto si de verdad no te das cuenta de todas las cosas que se pueden extraer de tu comentario y su insistencia... o si sencillamente no tienes el valor de decírmelo de otro modo.