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29 febrero 2012

No lleva carne

Debe de ser que los pollos crecen en los árboles o tienen raíces. Y lo mismo pasa con los cerdos. Le preguntas al camarero si el plato lleva carne y te contesta clara y contundentemente que no. Lo pides y cuando llega a tu mesa está lleno de trozos de pollo. Te quejas y te dicen que no tiene carne, solo pollo. O si tienes mala suerte y los trozos no son visibles, empiezas a comértelo y notas ese bello aroma a bacon. Preguntas, oye, ¿pero esto no lleva bacon?, y te contestan, bueno, solo un trocito para darle sabor

El respeto a los vegetarianos es cero en la mayor parte de los sitios. De hecho, me dice la cocinera: No, no cojas de eso que es para la persona con alergia y tú al fin y al cabo te puedes comer lo demás, no te pasa nada por comer carne un día. 

Y es que esto es como todo. Si no eres parte de la mayoría, no se te respeta.

28 febrero 2012

Yo no quiero follar con cualquiera

Me encanta el sexo. Pero yo no quiero tener sexo con cualquiera en todo momento y tampoco independientemente de la situación en la que suceda y del precio que me cueste. Al contrario. Creo que soy muy exigente, tanto con las personas con las que deseo follar, como con las circunstancias en las que sucede. 

Y es que, bella mía, no creo que el sexo sea la cura a mi ansiedad ni la solución mística a los problemas de mi vida. Tampoco creo que su efecto de trance dure más allá de los minutos en los que se está follando. Y por tanto, no lo veo como la gran respuesta única a la infelicidad. Ni como la forma eficaz de dejar de pensar, porque mis líos mentales volverían tras los polvos y, si estuviera follando todo el día, entonces tampoco me funcionaría porque no podría concentrarme solo en el sexo y olvidar el resto durante horas sin fin. El sexo es sexo, y está muy bien. Pero ni quiero que sea con cualquiera ni quiero que sea todo el tiempo ni quiero que sustituya a todo lo demás en mi vida. Así que deja de intentar provocarme para que sea así solo porque tú usas el sexo como narcótico con el que apagar tu conciencia. A mí en realidad me hace más feliz disfrutar del sexo con conciencia, disfrutarlo con la gente que yo elijo, disfrutarlo en los momentos en los que me apetece y hacerlo del modo en el que me hace disfrutar de la vida en lugar de hipnotizarme para no sentir que vivo. Lo que tu desesperación te lleve a hacer, es cosa tuya. Pero dame espacio para ser como yo deseo ser.

Por otra parte, tampoco creo que me convierta en más liberada o me haga más cool por tener sexo con mucha gente o sexo muy diferente. No voy a ser más queer por follar con alguien solo por mostrar mi queerness. No soy menos monógama o más postmoderna por probar a llevarme uno tras otro a todos los machos que bailan en la pista del bar. No soy más sexy ni más atractiva por conseguir que alguien me devuelva un flirteo después de probar con la mitad de las muchachas en la barra del bar. No soy más libre por no hacerle asco a nadie si en realidad no sé lo que quiero o, peor todavía, si sé que no quiero estar con ninguna de esas personas. Por tanto, no proyectes tus inseguridades, tus necesidades y tus miedos en mí. Yo no tengo ni que demostrarte a ti ni que demostrarle a nadie mi liberación sexual. Y en realidad, con todo lo que haces, a mí no me demuestras otra cosa que tu confusión y tus prejuicios.

24 febrero 2012

No reconoces que te molestó

Aunque entiendo que lo haces por no parecer celosa y por no mostrar algo que no quieres mostrar, sinceramente creo que sería mejor para ambas si fueras capaz de decir que determinadas situaciones te molestan o que te hacen sentir insegura o fuera de lugar o que no sabes muy bien cómo afrontarlas. Y en realidad no es sorprendente. En todas las relaciones que has tenido hasta ahora, los celos han sido una constante, tanto para ti como para las personas con las que estabas. De hecho, te he escuchado muchas veces a lo largo de los años, y también ahora en los últimos meses, mostrarlos de forma más o menos abierta. Sin embargo, conmigo no quieres hacerlo y aunque entiendo el motivo, no entiendo que creas que lo consigues ni tampoco que creas que es mejor fingir que ser sincera.

Dos veces he vivido últimamente lo que ahora interpreto como la misma reacción. Y no me había dado cuenta de ello hasta hace unos días analizándolo en mi casa. Primero en el Orgullo. No te gustó encontrarme con compañía que parecía interesarme sexualmente. Y sin explicar el motivo montaste un escándalo basándolo en otra cosa y acabamos mal esa noche, sin ir a la fiesta juntas, sin pasarlo bien. Entonces aunque lo pensé, que tal vez te molestabas por verme flirteando con otra persona, no le di demasiada importancia y no me lo tomé como la razón oculta.

Después en el festival. Vimos una peli juntas y al salir estaba un/a de mis ex dates con quien me apetecía charlar y a el/la aparentemente también conmigo. Y tú rápidamente encontraste compañía... casualmente con la misma con la que yo hablaba en el Orgullo. Disfruté de la noche y me sentí muy bien, estando contigo y al mismo tiempo sintiéndome libre y viendo que te sentías libre para tontear y hacer lo que te daba la gana con cualquier otra persona. Sin embargo al día siguiente llegaste extraña a nuestro encuentro, y te comportaste de forma extraña el resto de la noche. En algún momento comentaste que yo conozco a mucha gente y que te dejo sola y eso no mola. Pero yo en realidad no hago normalmente eso, y desde luego si lo hago es menos que tú. Lo que pasa es que lo había hecho el día anterior con alguien que me gustaba. Y creo que es eso lo que te puso así de extraña. 

De hecho, te lo sugerí y lo rechazaste inmediatamente, pero creo que deberías analizar todo esto con más tranquilidad, porque creo que las cosas no son tan sencillas como parecen. Y tú, que siempre has vivido de un modo, no has cambiado tanto tu forma de actuar y sentir como intentas mostrarme a mí.

22 febrero 2012

Si mi descaro te asusta

Si mi descaro o lo directo de mis preguntas, propuestas o acciones te asusta, sinceramente es algo que tú tienes que superar si deseas estar cerca de mí. Ya sabes cómo soy y cuáles son mis principios en este tema. No quiero jugar a ese juego de indiferencia intermitente. No voy a hacerlo. Si me apetece acercarme, te lo voy a mostrar. Si me apetece alejarme, lo vas a notar. Cuando sienta amor, lo escucharás, lo sentirás, lo verás. Cuando sienta frialdad o no sienta nada, también te lo haré saber. Mi alegría, mi dolor, mi deseo, mi miedo, mis expectativas... lo que sea, no voy a ocultarlo. Si me pareces adorable, te adoraré. Si me pareces horrible, me horrorizarás. No quiero máscaras, ¿recuerdas? Y sigue siendo así. Sigo siendo así.

18 febrero 2012

¿1 regalo?

Te pregunto la cantidad de regalos que has comprado por persona y dices que 1. Y luego al empaquetarlos sacas 3 libros por persona y dices que es un regalo para cada uno. No son una trilogía, no tienen ninguna relación. Son 3 puñeteros libros, no 1. Así que no me mientas con algo tan estúpido como esto, porque no quiero mentiras en mi vida y lo sabes.

17 febrero 2012

Pero dímelo

De verdad que a veces no entiendo por qué eres así. Dime que no. Dime que vas a estar con él. Dime que no quieres. Dime lo que sea. Pero dímelo.

14 febrero 2012

Parezco más joven

Me he cortado el pelo y dicen que parezco más joven. ¿Cómo es eso posible? Se debe, claro está, al estilo de mi corte de pelo. Aparentemente alguien casi en los 40 no puede llevar el pelo con este corte mío, así que por narices tengo que ser más joven. Y lo más curioso es que por una vez no es solo algo que dicen, porque desde que me he cortado el pelo se me han acercado varios jovencitos a intentar ligar conmigo. Jovencitos de algo como 16 años. Con lo que definitivamente debo parecer de otra generación... Hay que ver lo que hace tener un estilo no normativo.

12 febrero 2012

1500 entradas

WOW! Parece increíble, pero este blog ya tiene 1500 entradas publicadas, más de 6000 comentarios aquí, cientos en Facebook y una infinidad de referencias en la red. Cuando lo inicié jamás imaginé que fuera a ocupar tantísimo espacio en mi existencia, a cambiar tantas cosas en ella y a tomar su propia vida y crecer mucho más allá de lo que yo hago.

11 febrero 2012

Tanto miedo, pero tanto, tanto miedo… ¿Para qué?

"Tanto miedo, pero tanto, tanto miedo… ¿Para qué?". Eso me pregunto yo. Pero todavía más por qué y a qué. Aparentemente no te das cuenta. O tal vez sí y quieres que sea yo quien no se da cuenta. Sigues sintiendo ese miedo. Y yo lo veo. Yo lo siento. Yo lo escucho. Está ahí palpable y visible. Brilla y deslumbra tanto que apenas se puede ver lo que hay detrás de él. Todavía, aunque lo creas o no lo entiendas, no te has liberado. No has salido de los corsés de la cultura y el prejuicio. Todavía estás dando vueltas con desasosiego en tu jaula detrás de las barras sin atreverte a empujar esa puerta entreabierta. Vivir tras las rejas con paz interior es posible para quien no ve la ranura de la puerta y entreve el otro lado. Pero no para ti. Ya no. ¿A qué esperas entonces? ¿A qué tienes tanto miedo? ¿Y por qué? ¿Qué consigues con quedarte en tu armario si tampoco te da paz interior?

10 febrero 2012

Alemán

Después de muchos años sin contacto con el idioma de los germanos, parece que últimamente en mi vida vuelve a resurgir por todas partes. Como siempre que lo hace es con algo que para mí es muy positivo, siento un enorme cariño por esa lengua.

La primera vez que me acerqué a este idioma era adolescente y estaba enamoradísima de una chica aunque no lo sabía por entonces. No, no de una alemana, como se podría esperar, sino de una española que estudiaba alemán. Para poder pasar más tiempo con ella, especialmente para poder volver de las clases con ella a solas, me apunté a un curso intensivo durante el verano para alcanzar su nivel y así cuando regresó de sus vacaciones pasamos todo el curso estudiando alemán... y por tanto juntas 3 tardes cada semana, que para mí eran mis momentos más preciados. 

Después dejamos de estudiar juntas pero yo seguí con el alemán porque me ayudaba a disfrutar de algo que me volvía loca por entonces: la filosofía. Pero cuando mi interés giró hacia otras áreas aparqué también el idioma.

Desde entonces, aunque muchas veces he pensado en volver a estudiar alemán, nunca he vuelto a hacerlo. Sin embargo, cada vez que me veo en la obligación de utilizarlo tiene que ver con algo que me resulta agradable como un viaje a algún país germanohablante o de Europa del Este, la visión de alguna película alemana (que por lo general me parecen muy interesantes) o el estudio de la cultura japonesa a través de una profesora alemana.

Tanto es el cariño que tengo por esta lengua que desde un par de años he estado estudiando la posibilidad de mudarme a Berlín, ciudad que me fascina, y tomármelo de una vez por todas en serio. Sin embargo, hasta ahora no lo he hecho. Y casualmente sin embargo el idioma ha vuelto a mí de otra forma que me hace seguir sintiendo esa relación tan positiva. En mi vida últimamente han aparecido personas cuyo idioma materno es el alemán, personas que me gustan mucho y que hacen que vivir en Copenhague sea una buena experiencia. Tanto que por momentos me dan ganas de volver a estudiar alemán y aprenderlo de verdad. Aunque solo sea para poder comprender, apreciar y disfrutar mejor de su compañía.

09 febrero 2012

La maleta a rebosar

Aquí preparando la maleta veo que, para un par de semanas, está a rebosar. ¿Y todo por qué? Normalmente en mi vida de cada día en dos semanas no utilizo ni la mitad de la ropa que he metido en esa dichosa bolsa. De hecho, si fuera a viajar sola o con mi compañero habitual de viajes, no llevaría ni la mitad de lo que hay incluso para más tiempo. Y sin embargo ahora no puedo controlarme. Todo porque sé que la gente con la que voy está obsesionada con la moda y la ropa. Yo ya les parezco un marciano porque no me visto de forma moderna ni normal. Pero sobre todo porque tengo un vestuario tan pequeño y a menudo voy con la misma ropa. Y sin embargo, incluso sabiendo que ya lo saben y que no se iban a sorprender, me dejo enredar por mis inseguridades y acabo cayendo en esta trampa, en la que no me siento bien. A veces me doy pena. Y me asquea mi propia inconsecuencia y mi incapacidad de hacer frente a la presión del grupo y al mismo tiempo mi incapacidad para terminar de adaptarme del todo al puñetero grupo. Así no solo no dejo de ser rara en sus ojos, también soy imbécil en los míos.

08 febrero 2012

No al diálogo

Estoy más que harta de dialogar. El diálogo no funciona llegado un punto. Hay gente que no va más allá. Hay gente que no quiere ir más allá. Especialmente esa que tiene el poder y no quiere abandonarlo. ¿Para qué seguir dándome cabezazos contra las paredes que me ponen delante? No quiero diálogo. Ahora quiero confrontación directa y si es necesario violenta. Estoy harta de sonrisas falsas que se transforman en puñales en cuanto me giro y ofrezco mi espalda, o en puñetazos a mi mandíbula cuando ya es evidente que no hay ninguna posibilidad de comunicación porque he descubierto sus engaños, su corrupción, sus tretas para mantenernos lejos del poder y seguir haciéndonos sentir responsables por ello. No más diálogo. Hay que actuar. Hay que hacer revolución. Darles donde más les duele. Esa es la única solución que veo.

07 febrero 2012

¿Demasiado mayor para ti?

Me acabas de escribir otro de esos emails en los que siento que flirteas pero no acabo de creérmelo del todo. Todo se puede interpretar también como una forma desenfadada y cariñosa de escribir. O un intento de ser amable porque no nos conocemos tanto. Pero a los que se lo he contado insisten en decir que es flirteo y que además, cuando te han visto conmigo, has sido bastante clara y que soy yo que no he querido verlo ni creérmelo. 

No sé por qué pero de algún modo eso de que seas algo como 15 años más joven que yo me hace pensar que es imposible que sea flirteo y que tengas algún interés sexual en mí. Y el caso es que sé que en realidad es una locura, porque a mí la edad no me importa ni en una dirección ni en otra, y cuando tenía tus años estaba interesadísima en personas mucho mayores que yo soy ahora... Pero sin embargo se me sigue haciendo extraño y pienso que el hecho de que yo sea rara y no me importen las edades no significa que los demás lo vayan a ser. De hecho, socialmente es muy poco aceptable eso de tener relaciones transgeneracionales. 

06 febrero 2012

Bisexual obligada a informar a las lesbianas de su identidad

Ya no sé ni cuántas veces he oído lo mismo. Aparentemente entre una gran parte de las lesbianas es una opinión generalizada el creer que las mujeres bisexuales están obligadas a informar de su identidad como bisexuales antes de tener algo sentimental y/o sexual con ellas. Lo ven como una especie de obligación moral, un imperativo basado en todos esos prejuicios bífobos que circulan dentro del ambiente lésbico. Aparentemente esas borricas se creen que las enfermedades venéreas solo pueden afectarlas si están con mujeres bisexuales. Igualmente opinan que ser abandonadas por una mujer que encuentra la compañía de un hombre es una ofensa terrible que para nada es comparable con ser abandonadas a cambio de otra mujer. Y lo que es peor, parecen opinar que una vez probado el sexo con una polla de carne no se puede volver atrás y desear en serio tener algo estable solo con una mujer. Y todavía más claro, una vez contaminadas por la presencia de un ser masculino en sus vidas, no pueden de verdad ser feministas ni tener una visión igual de radical y queer (en el sentido de no-heterosexual) que las mujeres que no han sido ensuciadas por la presencia de un órgano reproductor masculino. 

Por tanto las mujeres bisexuales se ven obligadas a informar de su condición de apestadas dentro del ambiente lésbico para que las mujeres lesbianas puedan decidir con conocimiento de causa si quieren someterse a la humillación y el riesgo de estar con una de esas falsas mujeres interesadas en mujeres.

Todo esto para mí en realidad no solo es bifobia, también es signo de otras enfermedades mentales como la homofobia, el machismo y el sexismo internalizados que son el pan de cada día dentro del ambiente lésbico. Cuando escucho estas cosas me pongo de muy mala leche.

05 febrero 2012

Sal del coche

Cuando vas con alguien en su coche, si la persona se enfada, de repente le puede dar un ataque de estupidez y pedirte que salgas de su coche. Esto claramente lo hace como una forma de abuso de poder para humillarte, y no debería ser aceptado. Que la persona conduzca o sea la propietaria del coche no le da más derecho a utilizar ese elemento en contra de los pasajeros. Además, no casualmente, suele ser una persona del género masculino la que conduce y se toma semejantes libertades. Y tampoco casualmente suele ser en un sitio donde no es fácil para los demás volver sin coche, precisamente por eso es utilizado como amenaza.

04 febrero 2012

¿Es la autoconfianza?

OK, algo pasa conmigo últimamente a lo que no estoy acostumbrada, pero ¿cuál es el motivo? ¿Mi nuevo look, casualidad, la nueva autoconfianza que todo esto me da o qué? Normalmente no suelo tener este éxito con mi atractivo. Y ahora de repente en un solo día me salen 4 propuestas bastante claras, y un par de semanas he ligado más que en varios años. Claro que me encanta, pero me gustaría saber el motivo, más que nada para mantenerlo 
:-D

03 febrero 2012

Si lees mi blog

Me preguntaste si quería que dejaras de leer mi blog. Te dije que no, porque es algo que escribo en público y por tanto no veo justo pedirte dejar de leerlo. Además, algunas veces te lo escribo a ti y deseo que lo leas. Pero también, como te expliqué, soy consciente de que este blog crea un relación desigual en la que yo me expongo en una comunicación que la mayor parte del tiempo es unidireccional. Sin tus comentarios, no puedo saber cómo te afecta lo que digo. Además, como tú dispones de esta ventana abierta a mi conciencia y a cosas que normalmente no se escuchan sin filtro cuando se tiene una relación con alguien, también recibes una imagen determinada por lo que escribo de lo que sucede. Tú lees el modo en el que yo veo tal o cual que nos ha sucedido. Tú navegas entre mis escritos donde desgrano mis ideas, pero también mis sentimientos, mis vivencias, mis miedos. Y esa visibilidad que le doy a lo que me sucede te hace creer a veces que algunas cosas son mucho más importantes o que ocupan mucho más espacio que lo que en realidad lo hacen. Al mismo tiempo te hace tener la falsa seguridad de conocerme mejor de lo que lo haces o de creer saber y entender todo lo que siento o pienso en relación a ti. Pero no es así. Este blog, como todo lo demás que obtienes, es solo una imagen parcial y distorsionada de mí.

Sin mi blog estoy segura de que todo lo que hemos vivido juntas hubiera sido de otra manera. Lo que no sé es si hubiera sido mejor o peor. En cierto modo seguramente hubiera sido más justo, dándome la oportunidad de esconderme en mi silencio igual que lo haces tú y de no dejarte ver todas esas cosas que sé que te afectan pero sobre las que no dices nada... Sin mi blog la comunicación que tenemos hubiera seguramente sido más un diálogo que un largo monólogo al que tú tienes acceso. Y sin embargo también a veces creo que sin mi blog jamás hubieras dado los pasos que te han llevado a estar conmigo. Aunque, ¿quién sabe?, tal vez lo hubieras hecho antes y no hubieras reaccionado con tanto pánico al leer mis escritos...

¿Quieres hacer nuestra relación más igual como aseguras cuando hablamos de esto? Comenta. O escribe tú también.

02 febrero 2012

Saltarse las barreras invisibles

Aparentemente saltarse determinados acuerdos no escritos pero claramente establecidos sobre esas barreras invisibles que se supone que existen en las relaciones de amistad es algo completamente inaceptable. Y algo que me crea problemas, porque yo no veo las cosas de ese modo.

Tengo una muy buena amiga con la que comparto una gran parte de mi vida íntima, pero con la que nunca mezclo algo sexual. Vamos, una de esas amistades de verdad en el modo en el que las entiende la gente y que a mí no me acaban de entrar del todo en el coco. Para mí desde siempre ha estado clarísimo que siento no solo ganas de compartir nuestras vidas mentalmente, sino también experiencias de otros tipos. Sin duda siento atracción sexual por ella. Como me suele pasar con casi todo el mundo que me gusta tanto como para que sean mis auténticos amigos. Pero sé que ella ve estas cosas justo al contrario, lo hemos hablado de forma teórica muchas veces. Y también con ejemplos de otra gente. Nunca sobre nosotras. Para ella la amistad y el sexo no se pueden mezclar sin que suponga un problema y uno se arriesgue a perder esa amistad. Por lo tanto, como yo sé que ella tiene esas reglas, durante los 10 años que hemos sido amigas, he mantenido y respetado esa barrera invisible y jamás he dicho ni hecho nada que supusiera un flirteo ni algo confuso con ella. Y eso que no dejamos de hablar de sexo, relaciones y similares. Pero NUNCA haciendo una mínima referencia a la posibilidad de que hubiera algo entre nosotras.

Pues bien, hace unos días me salté la barrera. De algún modo me parece que no soy fiel a mis ideas ni a quien soy ni a nuestra amistad, si no le muestro que yo lo veo de otra forma también con ella. Así que dije algo inapropiado. Flirteé. Hablé sobre algo físico entre nosotras. Y con ello creo que asusté a mi amiga. Aunque esperaba que fuera un poco chocante para ella que me saltara esa barrera, lo cierto es que no esperaba que lo fuera tantísimo. Y ahora por su reacción veo que ese salto de barrera ha creado un problema en el modo en el que hablamos. O hablábamos. Porque lo cierto es que no hemos vuelto a hablar desde entonces... Y ya empieza a parecerme más que preocupante.

¿Pero por qué lo sucedido es un problema tan grande? Para empezar, ella conoce más que de sobra mis ideas sobre la amistad, el amor, las relaciones, el sexo y demás. Con lo que realmente no puedo entender qué es lo que le resulta tan sorprendente. Claro que siempre se puede una hipnotizar y pensar que no tiene nada que ver con ella si no se lo dices directamente. Pero sinceramente creo que ni siquiera es así. Creo que ya lo sabía, que también era con ella. ¿Cómo no iba a saberlo? Entonces el problema debe de estar en otro sitio. ¿Pero cuál? Puede ser enfado porque yo he roto ese acuerdo tácito que he respetado durante tantos años. Puede ser miedo por no saber qué esperar de mí. Si me salto las barreras, ¡vete tú a saber qué se me va a ocurrir hacer la próxima vez que nos veamos! ¡Tal vez me lance a la acción! Puede ser inseguridad por no saber cómo rechazarme sin herirme y con ello temer perder mi amistad. Puede ser que en el fondo no quiera rechazarme... O simplemente puede ser que no sepa qué decirme ahora y cómo forzarme a volver a cumplir el acuerdo sin tener que hacerlo explícito. No sé.

El caso es que cuando ves la vida de otro modo, es muy difícil relacionarte con la gente sin obtener reacciones muy fuertes. Y eso es duro. Aunque también es duro para mí no poder ser como soy y tener que esconderme en una norma impuesta por la mayoría y que yo no comparto y a menudo ni entiendo.

01 febrero 2012

Veo el sexo masculinamente

Dices que veo el sexo de forma masculina porque insisto en que los sentimientos no tienen por qué mezclarse. También porque digo que a veces termino y estoy tal cual, que no me afecta ni positiva ni negativamente. Y además porque añado que para mí son más íntimas e importantes algunas cosas como que me toquen los pies o me besen que una penetración. Yo de verdad no entiendo qué es lo que eso tiene de masculino. Sí, según los roles sociales de lo que es masculino y femenino, es cierto que la sociedad patriarcal enseña a las mujeres (y yo no lo soy) a pensar que el sexo es algo que tiene que afectarte enormemente y que te tiene que llegar a lo más íntimo de tu ser. También que no puedes follar con alguien sin tener sentimientos profundos, o sin que el sexo cree en ti esos sentimientos profundos. Y sin duda que lo más íntimo que te pueden hacer como persona con coño es penetrarte con una polla. Pero todo esto son construcciones creadas para controlar la sexualidad femenina. Y en la práctica ni todas las mujeres son unas melodramáticas a la hora de elegir con quién tienen sexo, ni todos los hombres son indiferentes y fríos antes, durante y después de tener sexo, ni todas las personas con otros sexos y géneros se adaptan a estas reglas. Por eso, no consigo asociar que mi forma de vivir mi sexualidad sea masculina.