Si escuchas a la gente y sus historias sexuales, o si ves películas, acabas suponiendo que después de un polvo hay que sentirse o bien en estado de sopor y a punto de dormir, o bien en plan charlatán, con tendencia a confesar cosas privadas, o bien con ganas de estar mimoso, de estar cerca. Pues yo a veces me siento como si nada. Sí, he tenido un orgasmo. O varios. Sí, he estado en trance durante un rato. Y ya. No tengo agotamiento físico, sopor mental, sensibilidad extra o ganas ni de dormir ni de irme corriendo ni de quedarme 10 horas siendo amada. Más bien me siento como si leo un rato o veo una peli o me tomo un té. OK, ha estado bien, pero es hora de levantarse y seguir con otras cosas. Y estoy por cierto hablando de cualquier tipo de sexo y también de casos en los que se trata de sexo con una persona por la que siento amor, no solo deseo.
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