31 octubre 2011

Resaca emocional

Se acabó el festival de cine MIX Copenhagen y hoy estoy con resaca emocional. Cada vez que sucede algo así, tan intenso y en lo que me involucro tanto, acabo con la misma sensación. Después me es muy difícil volver a la vida "normal", a mis cosas de cada día, a pensar en algo que de repente se siente como lejano e innecesario, como obligación. La misma sensación tenía este año al acabar el Queer Festival en Copenhague, o el London Lesbian and Gay Film Festival. El mismo estado de desconcierto y desasosiego, por tener que frenar el ritmo y volver a lo cotidiano, que siento al volver de los viajes, al pasar una noche de cegadora pasión, al regresar de mis visitas a mis amigos en España, al forzarme a hacer cosas que sobrepasan mis barreras... Vamos, al terminar cualquier vivencia héctica que casi se diluye en una alucinación febril que me deja temblando, aturdida, llena de nuevos pensamientos y sensaciones y absolutamente vacía de energía y sintiendo un mono terrible por mi dosis de delirio. Hoy esto incluso es más extremo y tengo fiebre física medible con un termómetro. 

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29 octubre 2011

La carne más barata de Dinamarca

En Dinamarca comprar carne en el supermercado es caro. Sin embargo, hay un sitio donde se puede comer carne sin gastar apenas dinero: delante del cementerio Assistens en Nørrebro, un barrio de inmigrantes y de estudiantes de Copenhague. Allí por 15 ó 20 coronas puedes comer kebabs, pizzas, pitas estilo pakistaní, pinchos morunos estilo turco e iraní, etc. De hecho, en un día de sol el cementerio huele a carne a la parrilla. ¡Y está lleno de carnivoros!

Así pues, la carne más barata de Dinamarca se vende delante del cementerio. ¿Alguien ve alguna relación? ;-)

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28 octubre 2011

Fantaseando contigo

Aunque te conozco desde ya hace tiempo, y aunque no dejamos de hablar de sexualidad en todas sus variantes, es curioso que hasta ahora no había empezado a pensar en ti como una posibilidad sexual y que si he empezado a hacerlo es porque otra gente lo ha sugerido o ha dado por hecho que ya era así. Y sin embargo, ahora que se me ha pasado por la cabeza, me parece que la idea es muy interesante, y no debería ser imposible, y al mismo tiempo muy extraña, tanto que no sabría cómo hacerla posible. Entre otras cosas, porque nuestra relación aunque es muy cercana, tiene muy poco de física y sexual, por mucho que hablemos de sexualidad de forma muy directa y muy constante. Ni siquiera sé si puedes sentir tú algún tipo de interés sexual por mí. Y por otra parte tengo tan claro qué tipo de cosas me apetecería probar contigo y qué tipo de cosas no, que veo más difícil todavía que te vaya a apetecer lo mismo que a mí, considerando que tú también pareces tener un gusto bastante especial. Eso sí, ¡como fantasía estás muy bien!

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26 octubre 2011

Tu vena provocadora

Esa vena provocadora que veo que se te despierta cuando tienes un día con ganas de escandalizar, me gusta mucho y además me parece que va perfectamente con la vena escandalosa que se me despierta cuando tengo un día con ganas de provocar. Todavía estoy riéndome de la cara de sorpresa de algunos de mis compañeros activistas al vernos este fin de semana. ¡Quién diría que la gente dentro de estos ambientes es tan fácil de provocar y escandalizar!

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24 octubre 2011

Fetiches fotográficos a la Jackie Baier

Hace ya algún tiempo que me había percatado de ello, pero con el paso de los años se va haciendo más visible y más específico. Tengo un fetiche muy claro con algunas imágenes. Su belleza me deja sin aliento. Se graba en mi mente y crea una impresión perenne. Estas imágenes no solo son fotográficas. En mi cabeza voy archivando sin buscarlo escenas congeladas en un único fotograma, objetos retratados de un poder quasi mágico sobre mí, imperfecciones fosilizadas de tal modo que toda su belleza resplandece, gestos dibujados que aceleran mi pulso... 

En la cultura que vivimos tan visual en realidad consumir imágenes no es nada extraño. Y sin embargo, yo siento que el mundo las engulle sin saborearlas y las defeca sin haberlas digerido. Entre millones de impresiones visuales abordándonos cada día, la sensibilidad se entumece y se pierde el sentido erótico de la belleza que nos rodea. A mí también me sucede. Pero por suerte aún así quedan perlas que me devuelven a ese estado contemplativo activo en el que mi mirada se recrea y mi memoria más tarde crea. 

Una de las personas que es capaz de crear esas imágenes que me arrancan con violencia del letargo de insensibilidad es Jackie Baier. Algunas de sus fotografías sinceramente me tocan en un lugar que ni siquiera entiendo. 

Esta semana está en Copenhague visitando el festival de cine LGBT+ del que hablé el otro día presentando su película sobre Chantal, sobre la que ya escribí hace tiempo, y tomando fotografías de la gente para su The Portrait Project. La impresionante colección de fotografías incluye las imágenes más bellas que he visto de muchos de mis buenos amigos. Si alguien desea hacerse una foto, solo hay que visitar Warehouse9 entre las 14 y las 19 horas hasta el 30 de octubre.

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23 octubre 2011

Acordar un encuentro sexual no BDSM por adelantado

Acordar los pasos a realizar o los puntos importantes a tener en cuenta en un encuentro sexual en el mundo BDSM es muy normal, pero en el resto de las relaciones sexuales no lo es tanto. Y en realidad eso para mí en muchas ocasiones es un problema. Tanto que acabo decidiendo por adelantado no tener sexo con tal o cual persona solo porque no creo que vaya a ser posible acordar lo que a mí me apetece y hablar abiertamente sobre lo que deseamos, y sin ello prefiero ni empezarlo. Esto es así en concreto con gente con la que lo que me apetecería tener es un determinado tipo de relación sexual que sé por adelantado que deseo que incluya algunos elementos y excluya otros. De hecho, cuanto más específica es la fantasía o el deseo, más importante es para mí la alineación de expectativas. Pero sé que este tipo de acuerdos a la gente que no está acostumbrada a negociar y a verbalizar su sexualidad le resultan casi imposibles, y por tanto a mí la sexualidad con ellos y ellas también.

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21 octubre 2011

10 días de Mix Copenhagen

Este año el antiguo Festival de Cine de Gays y Lesbianas de Copenhague ha cambiado de nombre. Ahora se llama MIX Copenhagen, con la intención de abarcar y mostrar toda la diversidad dentro de la sexualidad y las identidades de género. Y con ello yo, y mucha de la gente que conozco, hemos empezado a sentirnos incluidos y a tener interés en ver lo que hay en el programa. Se trata entonces de un cambio, de los pocos que hay en la sociedad danesa dentro del ambiente LGBT+, que ha sido para bien, creo yo.

Y sí, todavía hay muchas cosas que mejorar. Todavía siguen teniendo lugar situaciones que muestran que la homosexualidad es para la mayoría el centro del ambiente, como expliqué en verano sobre sus películas al aire libre. Pero sin embargo, parece que como grupo se lo han tomado más en serio que suelen este tipo de asociaciones, y el programa de películas y de actividades ha ampliado visiblemente sus miras.

Por ejemplo, la fiesta de apertura hoy se inicia con un documental trans, Becoming Chaz, como han notado la mayoría de los periódicos daneses. Mañana, en el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans, que yo sepa solo MIX Copenhagen ha organizado eventos en Dinamarca. Y lo han hecho de verdad: una conferencia más un debate sobre la campaña STP 2012 (Stop Transpathologization 2012), además de incluir toda una serie de películas en su programa sobre este tema y suscribirse a la campaña nacional que hay en marcha. El porcentaje de películas trans ha aumentado enormemente en el programa, hasta ser alrededor de un cuarto del total. Y no se ha reservado un hueco especial solo para lo trans, sino que las identidades trans y los temas de identidad de género están repartidos a lo largo de todo el programa, formando una parte integrante de la comunidad LGBT+ y no un rincón como suelen.

El número de películas que incluyen personajes bisexuales, pansexuales o no monosexuales también ha aumentado considerablemente, aunque siga siendo muy bajo. Y de hecho, este año por primera vez, la película de la gala de premios y fin del festival es una película claramente bisexual, Kaboom. Además, a diferencia de los otros años, los programas de cortos son aptos para bisexuales, trans y todos los demás, ya que no están como suelen divididos en dos claros géneros, sino que están divididos por temas.

Por otra parte, el festival no se ha quedado solo en películas L, G, B y T. También hay películas con un claro análisis queer, otras sobre intersexualidad, sobre asexualidad y sobre sexo kinky. Se habla de familias alternativas, de relaciones no monógamas, de trabajo sexual, de cuestiones de clase, raza, etnia, edad, etc. asociadas con ser LGBT+. Algunas películas muestran una sexualidad fluida. Otras un género fluido. Y por una vez se muestra sexo, porno y postporno en un festival de cine LGBT+ que originariamente ha sido el centro del ambiente mainstream.

En cuanto a los invitados y actividades asociadas, la diversidad también es visible. Así, se puede desde tomar el té para gente LGBT+ de edad avanzada hasta postporno en directo con una clara influencia queer transfeminista anticapitalista. Y los visitantes abarcan desde el típico gay de toda la vida hasta un actor porno trans muy conocido en el porno mainstream de los gays, Buck Angel.

Y lo que a mí más me alegra este año: hay una sección entera de apoyo a los trabajadores sexuales. Un tema muy candente y problemático en Dinamarca, donde el ambiente LGBT+ no es precisamente un aliado. El hecho de que MIX Copenhagen haya apoyado la lucha por los derechos de los trabajadores sexuales es algo insólito y digno de alabanza en este ambiente. De hecho, que yo sepa es la cuarta ciudad del mundo en la que habrá una especie de festival de cine sobre trabajo sexual, después de San Francisco, Londres y Berlín.

Y además, no solo es en Copenhague, sino que han ampliado su campo de acción hasta lugares diminutos como Bornholm, pasando por la mayoría de las grandes ciudades de provincia danesas. Con ello se lleva el ambiente LGBT+ a los que no están tan cerca de él.

Sin embargo, el punto más criticable en este momento para mí es los precios de las entradas, 75 coronas danesas, que excluyen a mucha gente que debería poder participar y que seguramente tiene interés. Con ello, aunque las películas muestren otra realidad más diversa, los espectadores seguirán perteneciendo únicamente a la clase media danesa.

El festival empieza en unas horas y dura hasta el 30 de octubre. Su web se puede visitar aquí y también descargar el programa y reservar las entradas, si tienes el dinero para ello. Y por cierto, la gran mayoría de las películas son en inglés o con subtítulos en inglés, y hay varias en español. 

Me voy 10 días al cine :-)

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19 octubre 2011

¿Qué hacer con los casos ilegales?

Teniendo un blog como el que tengo, y hablando de temas que son controvertidos y a menudo tan fuera de las normas como hago, de vez en cuando me llega algún comentario que me deja helada y me crea un verdadero dilema moral. Se trata de comentarios que los visitantes anónimos dejan en esta entrada que trata sobre incesto. Por principio publico todo lo que llega a mi blog, esté o no de acuerdo, sea o no crítico, sea o no aceptable, pero en esta entrada a lo largo del tiempo me he visto censurando algunos comentarios porque son de casos clarísimos en los que por lo general un padre está obligando a tener sexo a uno de sus hijos. Mi duda está entonces en qué hacer cuando me llega algo así, además de censurarlo para no dar pie a que esto se convierta en una página que atrae a gente que abusa de menores. ¿Existe alguna forma de denunciarlo? ¿Es posible ayudar a ese menor a salir esa situación que llega mi conocimiento de esta forma tan directa y al mismo tiempo tan imprecisa? Yo puedo ver el país y a menudo ciudad desde el que se ha dejado el comentario (si os fijáis hay una lista de los últimos visitantes con sus banderas en el pie de este blog), pero no puedo saber más... ¿Qué haríais vosotros? Las sugerencias son bienvenidas. 

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17 octubre 2011

¿Cómo está él?

Cada vez que hablo a solas con alguno de mis amigos más cercanos en algún momento surge la pregunta: ¿Pero cómo está K? Siempre con un intuido ¿Lo lleva bien?

Esta pregunta surge siempre que hablo del resto de mi vida sentimental y/o sexual, cuando menciono cómo me gusta tal persona o cuánto quiero a tal otra, o comento los momentos que he pasado con Menganito o el tipo de relación que tengo con Fulanita. Aparentemente hay una unanimidad no siempre expresada directamente (aunque muchas veces ) pero visible: mi comportamiento es algo que tiene que doler a K, ya que si vivo con él y no tengo una relación monógama, lo que hago tiene que ser una tortura para el pobre.

Todos estos comentarios, que vienen también de la gente que más me quiere y que sé que en principio está de mi parte, muestran sin duda una visión crítica y negativa sobre mi forma de entender las relaciones y la vida, y especialmente mi forma de tratar a mi bello compañero de cama. Para decirlo de forma clara: piensan que soy una hija de cura con él. Y sé que detrás de todo esto se esconden un montón de prejuicios de este estilo:
  • K ha tenido que aceptarlo para poder estar conmigo porque él me quiere más.
  • No quiero a K lo suficiente porque si no, no le haría esto, no estaría con otra gente, no me enamoraría de otras personas, no tendría sexo con nadie, no se lo iría diciendo al mundo, no se lo diría a él.
  • Utilizo a K para no estar sola pero en realidad yo lo que quiero es ser libre o estar con tal o cual, no con él.
  • K es débil porque no ha sabido pararme los pies.
  • Esta forma de tener una relación solo me beneficia a mí, para K todo son desventajas, por eso sufre y se siente maltratado, humillado y herido.
  • En realidad es así porque soy lesbiana y necesito estar con mujeres aunque viva con este hombre al que no quiero por homofobia internalizada y adaptarme en apariencia a las normas sociales.
  • O lo que pasa es que como bisexual, o lo que es lo mismo, viciosa y obsesionada con el sexo, necesito tener a dos personas de géneros "opuestos" de forma simultánea para sentirme realizada.
  • K siente con toda seguridad celos terribles pero los esconde para no perderme.
  • Soy una egoísta que solo busco mi placer.
  • Tengo miedo al compromiso, a la intimidad, a establecer una familia y aceptar mi rol en una relación.
  • Estoy confusa y algún día me cansaré de "mariposear", pero entonces el destino se vengará de mí y K habrá encontrado a una persona que lo trate como se merece.
  • Etc.


Todo esto, y mucho más, surge y resurge mil veces si es necesario. Siempre las mismas dudas, las mismas miradas. Y lo cierto es que llegan a cansarme. Sí, mi vida es diferente. No tengo una relación con K de un modo que entiendan. Ni menos todavía con las demás personas. Pero, ¿no pueden sencillamente aceptar mis respuestas de una vez y dejar de interpretar mi realidad del modo que les place? ¿No pueden escuchar lo que dice K y creerlo en lugar de pensar que miente y esconde su dolor?

Lo más terrible es que yo lo veo justo al contrario. No estoy confusa, no miento, no escondo nada, no engaño, no trato mal a las personas con las que establezco una relación y si me comporto así es precisamente porque tengo un enorme respeto por sus necesidades y sus sentimientos. ¿Lo van a entender los demás acaso? Por lo que parece, no.

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15 octubre 2011

Más fácil echar un polvo que besar

A propósito de toda esta discusión sobre lo aceptable de preguntar si se quiere un beso o no, tengo que decir que a mí sinceramente me resulta mucho más personal y mucho más íntimo besar con la lengua que lo que la mayoría entiende por echar un polvo, es decir, la penetración genital o anal. De hecho, creo que me hace falta mucha más cercanía, deseo y confianza para desear besar a alguien en la boca (no solo en los labios) que para penetrar a alguien o dejarme penetrar. Especialmente, y supongo que esto difiere de la norma, para mí es más aséptico tener sexo penetrativo con un pene o dildo con condón que besar con la lengua o tener sexo oral con cualquier tipo de genital. Y creo que me es más fácil ponerme en el humor de lo primero que de lo último. Aparentemente para mí mi lengua es algo más íntimo que mis genitales.

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12 octubre 2011

Ironías sincrónicas

Estos días que me he encontrado lamentándome por momentos de no poder ser un padre, capaz de producir esperma y con ello tener la posibilidad de crear una vida en una mujer con quien a veces siento que eso hubiera sido el camino más agradable, y que además sé que desea más hijos, de repente me tengo que preocupar de no convertirme yo misma en una madre de un feto que abortar. Esta sincronía del destino cuando juega a recordarme que mi biología y mi cabeza no siempre están de acuerdo es muy irónica pero muy poco divertida. 

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11 octubre 2011

La labor social más importante de una persona LGBT+

Otro año más es el Día de Salir del Armario. Y como el año pasado quiero aprovechar para invitaros a todos y todas desde aquí a salir del armario.

Con el tiempo he llegado a la conclusión de que la labor social más importante de una persona LGBT+ es sin duda salir del armario. Ningún otro acto puede cambiar tanto las cosas como el salir del armario en todos los aspectos de tu vida y en todos los ambientes en los que te mueves. Fuera del armario, sin decir nada más, ya estás contribuyendo más por la lucha y la defensa de nuestros derechos a ser como somos que de cualquier otro modo. Fuera del armario haces política aun sin pretenderlo. Cambias la sociedad. Tu familia, tus amigos, tus conocidos, tus compañeros de trabajo, tus colegas de copas, el tendero que te vende la fruta, la farmacéutica que te vende los condones, el camarero que te sirve la cena romántica... todos y cada uno se ven confrontados con la existencia REAL de una persona LGBT+. Con ello dejas de ser una simple imagen plana que solo contiene estereotipos y prejuicios. Con ello todas esas personas que te conocen a la hora de hablar, a la hora de actuar, a la hora de votar, sabrán que lo están haciendo en TU contra si se deciden por una política homófoba, bífoba, tránsfoba, intersexfoba. Con una cara y una personalidad las personas LGBT+ dejaremos de ser una masa uniforme y minúscula para la gente que te conoce a ti. Y con ello avanzaremos todo lo que no hemos avanzado hasta ahora. Somos millones y cada uno de nosotros se relaciona de un modo u otro con mucha gente. Imagina cómo sería la sociedad si todos estuviéramos fuera del armario: un sitio más justo, más humano, más diverso, más real.

Una vez más: Salgamos todos del armario y en todos los aspectos necesarios. Es la única forma de cambiar este mundo.

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10 octubre 2011

Calma corporal

Hay algo en vuestro calor y en vuestro olor que me infunde seguridad y me relaja cuando mi cabeza está alterada. Algo que hace que, cuando no puedo dormir y me pego a tu cuerpo, me sosiegue y mi mente descanse. Algo que se tranquiliza al sentir tu piel cuando finalmente nos acercamos después de estar una tarde tratándonos casi sin saber cómo hablarnos. Vuestros cuerpos, vuestros alientos, vuestros sudores, vuestras humedades, vuestras temperaturas, vuestras pieles... me calman.

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06 octubre 2011

Motivos de mi acoso en las organizaciones "LGBT"

Como ya he ido explicando en otras entradas, la violencia que sufro dentro de las organizaciones que se autodenominan "LGBT" es clara, creciente y no deja lugar a dudas. No se me quiere en esos ambientes y se lucha contra mí con amenazas, con insultos, con comportamientos agresivos, con violencia social, psíquica y verbal, con lenguaje corporal amenazante, con actitudes opresoras e intimidatorias. Se me acosa en grupo con la intención de que abandone el lugar y además me sienta responsable, culpable y avergonzada. En inglés diría que soy bullied y en danés mobbet. En español lo más cercano es acosar, pero es poco preciso.

Creo que hay varios motivos por los que esta situación ha surgido:

1. No soy homosexual ni cisgénero: Mi identidad y mi lucha política basada en letras minorizadas como la B y la T, pero también otras letras que directamente no son aceptadas como parte del movimiento LGBT+ y de sus asociaciones, por mucho que se lleve luchando ya tiempo por incluirlas, dentro de un ambiente en el que se cree que ser cisgénero y ser homosexual es el centro del trabajo y política a realizar. Yo me identifico y hago política bi, trans, intersex, queer, asexual, poliamorosa, kinky, pro-trabajadores sexuales, etc. La política cisgénero y homosexual ni es ni va a ser mi centro.

2. Me ven como mujer: Mi expresión de género social que ellos entienden como mujer en un ambiente sexista en el que los hombres cisgénero están acostumbrados a tener derecho al poder y a ser escuchados.

3. Soy inmigrante: Mi etnicidad no danesa en un ambiente en el que nadie más habla con acento, todos son "daneses puros" y por tanto no aceptan que yo tenga el mismo derecho a participar y opinar en una asociación danesa. Y además se sienten superiores y me oprimen por medio del lenguaje y de su autoproclamada supremacía étnica y cultural.

4. Mi aspecto: Como decía ayer tengo un aspecto poco normativo. Además soy pequeña y parezco más joven de lo que soy. Todo ello me hace no imponer mucho respeto con mi apariencia física en un ambiente en el que la apariencia, la capacidad física, el nivel de educación, la posición laboral, la clase social, etc. parecen ser los parámetros de referencia para fijar el nivel de respeto con el que hay que tratar a cada persona.

5. Soy de extrema izquierda: Mi posición política como persona de izquierdas que lucha contra la desigualdad desde una análisis queer de las estructuras de poder en un ambiente en el que la mayoría es de derechas y conservadora, con un enorme interés en mantener y perpetuar los valores y estructuras de poder tradicionales.

6. No quiero dinero: Mi posición enormemente crítica dentro de NGOs que creen que son empresas cuyo mayor (y casi único) objetivo es ganar dinero por medio de atraer a nuevos miembros que paguen una cuota. Y sin embargo al mismo tiempo decir que se representa a todas las personas LGBT+ pero se hace solo por medio de un trabajo en el que se busca únicamente promover la "marca" de la NGO con la que se identifican escasísimos miembros elegidos.

7. No quiero poder: Mi posición dentro de las organizaciones sin buscar poder que en algunos lugares crea situaciones dudosas en las que trabajo como parte de la dirección pero se oprime mi aportación por no luchar por tener y mantener un puesto de poder.

8. Soy crítica: Mi insistente uso de mi derecho a participar, a opinar, a criticar, a señalar las desigualdades e injusticias, a luchar contra las tendencias corruptas entre los que tienen puestos de poder, a votar en contra de posiciones neoliberales y especialmente recordarles que las organizaciones no son solo para cishomosexuales, o ni siquiera solo para homosexuales, bisexuales y transgéneros, sino para todas las personas que se consideran parte del movimiento LGBT+.

9. Lucho contra las fobias: Las fobias de todo tipo circulan a sus anchas en estas asociaciones, por lo que me veo obligada de forma constante a combatirlas, y no solo la homofobia, cosa que además les resulta muy provocante.

10. No busco aliados a toda costa: Mi posición desde el principio ha sido crítica y no he buscado tener aliados sino hacer política que nos incluya a todos. Por tanto no he apoyado a nadie incondicionalmente y en todas las situaciones, cosa que es claramente opuesta a la forma de actuar de los demás, con lo que sin aliados me he aislado y mis posiciones son atacadas hasta por los que están parcialmente de acuerdo, porque han formado una alianza en mi contra. Si acaso, las personas que parecen mis aliadas son otras que también son acosadas por su actitud crítica.

11. Se me percibe como pervertida y no se quiere que represente a las personas LGBT+: A diferencia de la forma de hacer política que se tiene en estas organizaciones, que es intentar conseguir ser tolerado por ser igual a los demás en todo menos en la orientación sexual, yo lucho abiertamente por nuestro derecho a ser diferentes. No quiero tolerancia. Quiero que todos puedan ser como son. Por tanto declaro abiertamente mi identidad como y/o mi apoyo al sexo no convencional, el trabajo sexual, las relaciones no monógamas, etc. No busco que se nos permita copiar la moral tradicional ni sus estructuras sino crear nuestras propias estructuras con nuestros propios principios morales. Por supuesto, con ello para la mayoría doy una imagen del movimiento LGBT+ a la que no se quieren asociar y por tanto pretenden evitar que gente como yo sea visible.

Creo que mi caso, aunque aislado en mi contexto, no lo es tanto en el contexto general de las asociaciones LGBT+. Escucho sin cesar historias de otros activistas que son acosados por motivos similares. De hecho, la mayoría de la gente con identidades e ideas como las mías no trabaja dentro de asociaciones justamente por la violencia que sufren en ellas. Para nosotros estas organizaciones son todo lo contrario de lugares seguros.

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05 octubre 2011

Cliente potencial

Con este aspecto que llevo normalmente, y cada vez más y más, que desde luego no parece ni muy normativo ni muy pudiente económicamente o ni siquiera adecuado para mi edad y mi supuesto género, me doy cuenta de que cuando tengo que interactuar en la sociedad la mayor parte del tiempo, aunque no debería, me dificulta las cosas. Mi opinión se escucha menos. Y se me da hasta menos espacio físico para existir en muchos ambientes.

Un ejemplo muy claro es el tipo de relaciones comerciales que tengo.

Cuando entro a las tiendas los dependientes no se dirigen a mí, no quieren atenderme. Si yo me acerco, empiezan siempre ignorándome. Los demás clientes se saltan mi turno, o lo intentan. Y en ocasiones incluso veo al vigilante de seguridad con un ojo puesto sobre mí. Mi aspecto de clase baja, alternativo, inmigrante, no cishetero aparentemente me convierte en lo opuesto de un supuesto cliente potencial al que escuchar, al que contestar, al que dirigirse. En su mente está claro que yo no voy a comprar nada allí, si acaso intentar robarlo.

Sin embargo, cuando me paseo por el centro de Copenhague y están los jóvenes que intentan vender suscripciones a Amnistía Internacional, Greenpeace y demás, aparentemente siempre soy un cliente potencial. Algo de mi aspecto dice en su mente que yo voy a comprar una suscripción. Y lo mismo sucede cuando ando por tiendas de cosas deportivas, cosas de segunda mano, cosas menos maintream o alternativas... o lugares o personas que venden drogas, pornografía y demás. En su mente está claro que voy buscando algo y voy a usar mi dinero, voy a comprar algo.

En ambos casos quieren mi dinero, y en ambos casos me valoran solo por mi aspecto. Mi supuesta pinta "quinqui" me abre unas puertas comercialmente y me cierra la mayoría... hasta que muestro mi dinero. Pero, ¿estoy acaso buscando droga cada vez que paso por Pusher Street en Christiania? ¿Y no necesito comprar pan si estoy en la panadería?

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04 octubre 2011

¿Por qué es aceptable robar un beso y no un polvo?

A propósito de esta entrada que escribí el otro día y los comentarios que han surgido en Facebook como consecuencia de ella, me veo en la necesidad de complementar lo que escribí. 

Aparentemente hay mucha gente en desacuerdo con preguntar y pedir permiso para besar. Muchas personas lo ven como falta de espontaneidad, falta de pasión, pérdida del romanticismo, incapacidad de comprender el lenguaje corporal de la otra persona, un cortarrollos. Y yo sin embargo no entiendo muy bien estos argumentos, aunque los escuche, porque si bien es cierto que no siempre es necesario preguntar a alguien, porque la situación está muy clara (por ejemplo, si besar es la forma habitual que tenéis de saludaros o si acabáis de tener sexo) y es fácil entender que la posibilidad de besarse existe, en muchísimos otros contextos no lo es tanto y para mí la pregunta no solo es adecuada sino que muchas veces incluso es necesaria.

Lo que peor entiendo de todo es esa idea que parece que es tan generalmente aceptada que dice que robar un beso no es algo malo ni nada grave. Pero, ¿por qué es aceptable robar un beso y no un polvo? Es decir, parece que no se puede montar ningún drama porque alguien te bese sin tu consentimiento. Parece que es un mal menor que la gente está dispuesta a aceptar e incluso a infligir a otros. Si a mí me apetece besarte, según esta lógica, debe ser motivo suficiente para que lo intente y te plante mis labios y, si puedo, mi lengua en tu boca. Que a ti no te apetece, no problem, ya me disculpo después, pero entiéndeme... tenía que intentarlo. Y lo que me resulta más sorprendente es que esta idea está igual de extendida entre los hombres como entre las mujeres y personas de otros géneros. Sin embargo, ¿a cuántas personas les parecería razonable usar el mismo argumento sobre robar un polvo? ¿o una caricia? Porque yo intuyo que a muchas menos, y especialmente a las personas que no son hombres cisgénero. Y entonces todavía entiendo menos la diferencia entre las reglas de lo que es aceptable y no aceptable. ¿Quién me dice a mí que tocar una teta es más sexual que meter mi lengua en una boca? ¿A qué se debe que la gente crea que penetrar un ano con un pene es más íntimo que penetrar una boca con una lengua? De verdad que no lo entiendo. Mi ano es tan parte de mi cuerpo como mi boca, y creo que en ambas debo poder decidir qué sucede y con quién. Por otra parte no me veo capaz de defender la legitimidad de imponerle a alguien mis deseos físicos y justificarlo después con mi ataque de pasión, mi malinterpretación del lenguaje corporal o la falta de negación por parte de la persona objeto de mis avances. Ni sobre un beso ni sobre un polvo.

Dar por sentando que para otra persona un beso no significa tanto o más como ser objeto de cualquier otra agresión sexual (porque para mí los besos también son sexuales y si no son deseados, son impuestos, también son una agresión) es un problema grave en mi opinión. Por eso, yo funciono más con la búsqueda de consenso explícito y no implícito y no doy por sentado ni que todo el mundo es sexual ni que todo el mundo quiere serlo conmigo ni que los besos son algo menos sexual que cualquier otro acto físico.

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03 octubre 2011

¡Eres gilipollas!

Estoy más que cansada de hacer política y activismo en ambientes neoliberales, ultraconservadores y cishomosexistas como el que impera dentro de la federación estatal danesa de homos, bis y trans. Estoy harta de sufrir violencia verbal, que en algunos días como ayer incluso se transforma en gritos a pleno pulmón a 20 cm de mi cara entre los que va un "¡Eres gilipollas!", todo unido a un comportamiento físico claramente amenazante, agresivo y con intención de intimidar y hacerme callar. Estoy harta de soportar la falta de respeto de un grupo de machos arrogantes que solo porque han nacido con un rabo entre las piernas se creen con la autoridad moral y física para imponer sus ideas y su voluntad a todos los presentes. Estoy más que cansada de ver como tipos de dos metros y como mínimo el doble de peso que yo se creen que pueden imponerse físicamente colocándose frente a mí, mirándome desde lo alto mientras me gritan hasta dejarme casi sorda que tengo que hacer tal o dejar de decir cual porque a ellos les da la gana. Estoy más que harta de ver que el sexo femenino con el que me identifican debido a mi cuerpo, mi orientación sexual como no homosexual, mi propia identidad de género como transgénero y mi estatus como inmigrante son motivos para tratarme sin ningún respeto.

Estoy hasta los huevos de ser insultada, agredida, humillada, ofendida, acusada, marginada, excluida, oprimida, discriminada, amenazada, acorralada, invisibilizada, ridiculizada, objetualizada, estereotipificada, desacreditada, arrinconada, gritada... Y además para recolmo ver como se me hace responsable a mí de la situación, como se intenta mantenerme callada, como se evita que obtenga acceso a la información, como se lucha por conseguir que abandone el lugar, como se intenta que me sienta culpable y avergonzada, como se cuestiona mi derecho a estar, hablar, autodefinirme o actuar. 

Ser minoría en una organización "LGBT" que se supone que lucha por tu derecho a ser minoría no tendría que suponer un problema. Y sin embargo, es todo lo contrario. Estas organizaciones están dominadas por hombres cisgénero que se definen como homosexuales, que étnicamente se identifican como "verdaderos daneses", que no tienen ninguna discapacidad física ni psíquica, que pertenecen a la clase media y que han copiado todas las normas opresoras, discriminatorias y marginalizantes de la sociedad cisheterosexista excepto en un único aspecto, el género de la persona con la que tienen relaciones sentimentales y sexuales. Cualquier persona que cae fuera de estos parámetros de lo que es bienvenido y deseado es acosada de forma activa hasta que abandona el lugar a no ser que copie y participe del discurso de la mayoría o se mantenga discretamente al margen si montar ningún escándalo o dejarse notar.

Yo, que no tengo ni la más mínima intención de abandonar un espacio que considero público y tan mío como de los demás, que desde luego no voy a copiar un discurso que oprime a las minorías y que por supuesto no voy a ocultar mi propia condición de minoría sino todo lo contrario, no solo molesto sino que, como me dicen, "les provoco", despierto en ellos sed de violencia y sinceramente al paso que van las cosas creo que la violencia psíquica, verbal y social que he sufrido de forma creciente durante los últimos meses en breve se transformará en física, porque ya en las últimas dos ocasiones ha estado muy cerca de ello y además se me ha amenazado abiertamente con ello. 

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02 octubre 2011

Otra vez tengo que cambiar mi autodefinición

En los siguientes días cuando reúna un poco de tiempo tengo que volver a cambiar unas cuantas cosas esenciales de la explicación sobre quien soy, porque otra vez siento que lo que digo está desactualizado. Llevo sintiéndolo una época ya (como me pasa cada vez), pero ahora ha llegado el punto después de un par de vivencias en el que no lo aguanto más, tengo que cambiar algo... y también explicar lo que he vivido.

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