21 diciembre 2014

Otro intercambio no gratuito

Esto de escribir un blog es un intercambio que, como todo lo demás en la vida, no es gratuito. Les que están al otro lado quieren alabanzas, sentirse apreciades, saber que reciben algo más que el texto que escribes. No es suficiente con que escribas, tienes que hacerlo con la intención de agradar a le que te va a leer después. 

¿La prueba? No había entrado aquí desde que escribí la entrada anterior. Los comentarios que siguen llegando los publico desde mi buzón de email sin tener que visitar la propia página de Blogger. Con lo que no había visto ni si se habían publicado más cosas viejas, ni las estadísticas, ni el número de suscripciones ni nada desde entonces. Ahora que entro y me doy una vuelta mis labios no pueden evitar esbozar una sonrisa ante lo previsible que es todo en esta vida. ¡Nada es gratis! El día que publiqué eso anterior no muy halagador ni para les lectores ni para el blog mismo, nada menos que 237 suscripciones fueron eliminadas. En los días siguientes unas 150 más. Aparentemente a la gente no le gusta que le mandes a la mierda. Y en realidad, a mí que escribo todo esto ya me da igual. Durante años me curré horas sin fin el crearme un espacio en la blogosfera. ¿Para qué? Este blog no lo merece. Está lleno de mierda. Las cosas interesantes nunca las publiqué. La mayoría ni las escribí. Y además, aunque mereciera ser leído, ¿qué cambiaría? Desde luego no mi vida, y mucho menos la de cualquier otra persona. 

Palabras hay muchas en la red. Aquí ya no hay más halagos.

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13 agosto 2014

Se me olvida que existes, blog

Se me olvida que existes, blog. Se me olvida que es aquí donde debo dejar mis pensamientos, donde debo escupir mi ira, donde debo confesar mis secretos, donde debo mantener el interés de les que me leen/leían y hacer que vuelvan. Te olvido y en un análisis barato estilo freudiano me dan ganas de gritar que es un acto de rebelión contra esa sensación de deber. No quiero escribir para nadie. Me cansé hace tiempo de preocuparme por el número de lectores y las estadísticas, de ver si complace lo que digo, de ver si agita o cambia las cosas, de ver que no hay comentarios cuando creo que algo que he publicado es interesante y de ver comentarios cuando creo que algo puesto en público es absolutamente insignificante e incluso patético. Me harté de pensar que esto es activismo. No lo es. Es mirarme el ombligo con espectadores. Y además, ¿hacer activismo para qué? Me cansé de mirar hacia atrás y ver con asco lo que escribía. Me cansé de sorprenderme y asustarme si de repente al entrar al blog como hoy veo que se ha publicado alguna basura vieja escrita hace años sin el menor sentido presente para mí, como la entrada anterior. Me cansé de construir a Lille Skvat. ¡A la mierda con Lille Skvat! A la mierda con el activismo, a la mierda con cambiar el mundo, a la mierda con las confesiones y los análisis de madrugada, el exhibicionismo de escritore de pacotilla y el voyeurismo de les que leen/leemos blogs. A LA MIERDA CON TODO.

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12 julio 2014

Otra saeta

Otra saeta clavada en el costado atravesando mi pulmón, dejándome sin aire. Pero claro, en realidad, ¿qué se podía esperar? El error es mío por dejarme engañar por mis propios sentimientos y deseos y tapar mis miedos y las huellas que veo del pasado con falsas esperanzas construidas solo de aire y tus palabras huecas. El error es mío por querer creer que cuando insistes tanto se debe a un sentimiento que amargamente reconozco que jamás has tenido y que nunca vas a tener por mí. Pero duele. Ahora ya te he mostrado mi interés. Otra vez, con ello me aparcas en la cuneta. Ya no despierta tu interés ni tus ganas de seguir buscándome, ya me he vuelto fácil. Si no hubiera contestado, seguirías comentando cada paso que doy, cada cosa que digo en público, cada posibilidad de hacerte notar. Aunque eso temía, contesté. Y ello ha resultado, cómo no, en la manera más eficaz de hacerte parar. Tú no me quieres a mí. Nunca me has querido. Solo necesitas sentirte amada porque estás sola. Y eso duele.  

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10 mayo 2014

Otro despertar

La inquietante sorpresa de despertarme sudando y con la respiración agitada, el corazón galopando y lágrimas en los ojos al revivir en un sueño aquel acoso en grupo que terminó tan mal y al que se puso fin hace casi dos años. No pensar nunca en ello y al mismo tiempo tenerlo enterrado tan solo a unos milímetros de mi consciencia. No querer darle importancia y sin embargo dejar que afecte a tantos pequeños detalles de mí día a día. Cada breve mención o referencia que se cruza en mi camino acarrea el mismo resultado: en el momento no me afecta, después creo que ni lo pienso y aún así un par de noches después el pavor se apodera de mi fase REM y me arranca por medio de gritos del mundo de las pesadillas a un mar de lágrimas, sudor, saliva, temblores y falta de oxígeno. 



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27 febrero 2014

Psicoanalízame, por favor

Fascinante esto de tener un blog. La red está llena de psicólogues y psicoanalistas wannabes con complejo de mesías que no tienen el menor reparo en mandarte sus análisis de pacotilla para con ello intentar salvarte de tu trágica situación y tu terrible error

Parece una constante que si escribes sobre algo que no es la norma o desde una posición minoritaria/minorizada, esto será analizado por la mayoría de aquelles que lo leen como que tienes algún problema psicológico, y por tanto siempre habrá alguien liste para, en lugar de comentar sobre lo que has escrito, saltar en tu auxilio con un análisis completo de lo que cree que es tu personalidad, acompañado de una soga. Claro que la soga no es para sacarte de esa agua en la que creen que te estás hundiendo, sino para apretarte el cuello y tirar de ti con todas sus fuerzas e intentar volver a meterte en su norma. 

Gracias, misioneres internautas, sin vosotres habría perdido completamente el rumbo.


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15 febrero 2014

Rugidos de macho

Aquí están otra vez. Esos rugidos de macho. Ni mudándome de casa me puedo librar de ellos. Parece que es una imposición que acompaña al vivir en un edificio en el que se alojan también parejas cisheterosexuales. Sábado por la noche, un par de cervezas de más, y ya están otra vez los gritos, los insultos sexistas, la música que de repente sube de volumen, los golpes, los llantos infantiles, las súplicas de voces adultas temerosas. Más golpes, cosas que se rompen, objetos que golpean la pared, pasos a carreras, portazos seguidos de puñetazos y patadas contra las puertas y rugidos todavía más violentos exigiendo que las puertas sea abiertan, y ya no se escuchan ni la música ni los llantos dele bebé ni los de la madre. Solo insultos y más insultos sexistas. Rugidos de orgullo herido del macho.

La violencia de esta noche es tal que hace un rato un par de vecines se han presentado en la puerta para quejarse del ruído. Parece que han entrado a la casa, pues el gorila sigue gritando, pero ya no del mismo modo. Ahora tiene a otro macho intentando hacer que razone mientras una voz femenina diferente habla con un tono apaciguador. Puertas que se abren, seguidas de un rato de calma interrumpido solo por algún que otro rugido de macho ebrio y risas nerviosas de sus compañeras de cama.

En el pasado, hace años, llamaba a la policía. Pero ya hace mucho que no creo que esa sea una solución. Invitar a más gorilas ebrios, en vez de de alcohol, de poder y sed de sangre no mejora las cosas. Cuando lo he hecho, las voces que lloran y suplican siguen sonando temerosas durante y después de la presencia de los maderos. Porque esas voces pertenecen a personas que continúan viviendo con el animal de turno cuando los machos uniformados se van. Lo único que cambia tras la visita es que la música aumenta el volumen y los llantos son mucho más inaudibles, aunque los golpes no lo sean tanto.

En la casa de la que me acabo de mudar hace unos meses, en la primera ocasión que escuchamos semejante espectáculo de amor cisheterosexual, nos presentamos varies en la puerta y exigimos ver a la persona que lloraba para que nos explicara ella misma su historia. Por supuesto, nos contaron una mentira, estamos segures. Ella confirmó la historia de él. Y después cuando el escándalo que montaban era demasiado evidente, después de los golpes, subía el furioso gigante como un corderito a explicarnos que su mujer estaba enferma y que no pasaba nada extraño. Así pues, de nada sirvió. La violencia continúa hasta este día, no me cabe duda.

Y ahora aquí. Al poco de mudarnos empezamos a notar los mismos signos de violencia provenientes de una de las casas con las que compartimos pared pero no portal. Poco a poco nos hemos ido convenciendo de que algo de lo mismo sucede ahí. Y esta noche, ya no queda duda. Pero hoy no tengo compañía para plantarme en la puerta y realizar algo más contundente. Y a la policía no la voy a invitar. ¿Qué hacer entonces? Opiniones por favor. 

Mientras dudo de qué hacer, no dudo sobre lo que va a suceder a continuación. Los golpes volverán en breve, ya que los rugidos aumentan y la tensión crece.


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24 enero 2014

Hijes sí o sí

Acompaño a un amigo a ver a un cardiólogo. En la consulta, el especialista da por supuesto por sentado que somos una pareja heterosexual y, por tanto, deseosa de reproducirnos. No hay ninguna pregunta sobre quién soy o por qué estoy allí. Sencillamente se entiende que si un cuerpo leído como hombre y otro cuerpo leído como mujer, ambes entendidos como de mediana edad, van juntes a un sitio con ese, no puede haber otra explicación que el ser una pareja monógama heterosexual y reproductiva

La primera pregunta: "¿Tenéis hijes?" Reacción inmediata y cara de desagrado: "No". Pero no se acaba nunca ahí. Segunda pregunta ignorando la cara de desagrado: "¿Pensáis tener hijes?". Reacción simultánea: "¡¡¡No, por supuesto!!!", y cara de pero tú de qué vas más tono agresivo. Pues bien, ¿qué sucede a continuación? Que obviamente solo hay UNA respuesta a esa pregunta, y es SÍ. El médico sin inmutarse a continuación nos suelta un discurso de 10 minutos sobre las implicaciones que el motivo de la consulta puede tener cuando decidamos (no si decidimos) tener hijes, y por tanto, que nos ofrece un "servicio especial", una charla en la que aclarar todas nuestras dudas con un equipo especialista, y además varios servicios extraordinarios, gratuitos todos, para asegurarnos de que nuestres hijes no van a tener ese diagnóstico, y que por tanto deseemos tenerles. Volvemos a decir que no estamos interesades, ¿y tiene algún efecto? Pues no. El médico sigue como si no hubiera oído nada, nos entrega toda la información y la dicta también al historial.

Reproducción sí o sí. Hijes sí o sí. Por mucho que tú GRITES repitiendo que NO.

Me pregunto qué cara se le hubiera quedado si le respondo: "Pero oíga, qué dice, soy su hermana" o "Pues es que soy un hombre así que hijes por ese método dudo mucho que vayamos a tener". La próxima vez lo pruebo.


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02 enero 2014

¡Hipócritas!

El mundo está lleno de hipócrites. No hay forma de mantener el buen humor. Ni encerrándome en mi burbuja, porque sin contacto social la vida tiene menos interés. Ni teniendo ese contacto social, porque cuando escucho, leo, veo fotos, quedo, etc., me acabo retorciendo de incomodidad, sino directamente de furia y de ganas de vomitar.

Hipocresía por todas partes. Autonombrades queers que ahora resulta que se casan. No monógames que parece que tienen una secta new age. LGBTs que se creen con el derecho de definir la forma de tener tal o cual identidad de forma verdadera. Feministas que niegan su propio sexismo. Antifascitas que solo buscan sentirse cool perteneciendo a ese grupo. Anticapitalistas que se hinchan a comprar regalos navideños. Activistas cuya única política es la autopromoción. Atees que promueven la islamofobia y olvidan criticar su propia religión cristiana. Gente que dice partir de una política crítica con las normas, pero en realidad critica para ascender en la escala social. Académiques queers que son clasistas y se burlan de les que no tienen títulos universitarios. Fiestas y grupos antirracistas en les que solo hay blanques. ETCÉTERA. La lista es eterna. Y mi buen humor no. ¡Asco da!


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