21 octubre 2011

10 días de Mix Copenhagen

Este año el antiguo Festival de Cine de Gays y Lesbianas de Copenhague ha cambiado de nombre. Ahora se llama MIX Copenhagen, con la intención de abarcar y mostrar toda la diversidad dentro de la sexualidad y las identidades de género. Y con ello yo, y mucha de la gente que conozco, hemos empezado a sentirnos incluidos y a tener interés en ver lo que hay en el programa. Se trata entonces de un cambio, de los pocos que hay en la sociedad danesa dentro del ambiente LGBT+, que ha sido para bien, creo yo.

Y sí, todavía hay muchas cosas que mejorar. Todavía siguen teniendo lugar situaciones que muestran que la homosexualidad es para la mayoría el centro del ambiente, como expliqué en verano sobre sus películas al aire libre. Pero sin embargo, parece que como grupo se lo han tomado más en serio que suelen este tipo de asociaciones, y el programa de películas y de actividades ha ampliado visiblemente sus miras.

Por ejemplo, la fiesta de apertura hoy se inicia con un documental trans, Becoming Chaz, como han notado la mayoría de los periódicos daneses. Mañana, en el Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans, que yo sepa solo MIX Copenhagen ha organizado eventos en Dinamarca. Y lo han hecho de verdad: una conferencia más un debate sobre la campaña STP 2012 (Stop Transpathologization 2012), además de incluir toda una serie de películas en su programa sobre este tema y suscribirse a la campaña nacional que hay en marcha. El porcentaje de películas trans ha aumentado enormemente en el programa, hasta ser alrededor de un cuarto del total. Y no se ha reservado un hueco especial solo para lo trans, sino que las identidades trans y los temas de identidad de género están repartidos a lo largo de todo el programa, formando una parte integrante de la comunidad LGBT+ y no un rincón como suelen.

El número de películas que incluyen personajes bisexuales, pansexuales o no monosexuales también ha aumentado considerablemente, aunque siga siendo muy bajo. Y de hecho, este año por primera vez, la película de la gala de premios y fin del festival es una película claramente bisexual, Kaboom. Además, a diferencia de los otros años, los programas de cortos son aptos para bisexuales, trans y todos los demás, ya que no están como suelen divididos en dos claros géneros, sino que están divididos por temas.

Por otra parte, el festival no se ha quedado solo en películas L, G, B y T. También hay películas con un claro análisis queer, otras sobre intersexualidad, sobre asexualidad y sobre sexo kinky. Se habla de familias alternativas, de relaciones no monógamas, de trabajo sexual, de cuestiones de clase, raza, etnia, edad, etc. asociadas con ser LGBT+. Algunas películas muestran una sexualidad fluida. Otras un género fluido. Y por una vez se muestra sexo, porno y postporno en un festival de cine LGBT+ que originariamente ha sido el centro del ambiente mainstream.

En cuanto a los invitados y actividades asociadas, la diversidad también es visible. Así, se puede desde tomar el té para gente LGBT+ de edad avanzada hasta postporno en directo con una clara influencia queer transfeminista anticapitalista. Y los visitantes abarcan desde el típico gay de toda la vida hasta un actor porno trans muy conocido en el porno mainstream de los gays, Buck Angel.

Y lo que a mí más me alegra este año: hay una sección entera de apoyo a los trabajadores sexuales. Un tema muy candente y problemático en Dinamarca, donde el ambiente LGBT+ no es precisamente un aliado. El hecho de que MIX Copenhagen haya apoyado la lucha por los derechos de los trabajadores sexuales es algo insólito y digno de alabanza en este ambiente. De hecho, que yo sepa es la cuarta ciudad del mundo en la que habrá una especie de festival de cine sobre trabajo sexual, después de San Francisco, Londres y Berlín.

Y además, no solo es en Copenhague, sino que han ampliado su campo de acción hasta lugares diminutos como Bornholm, pasando por la mayoría de las grandes ciudades de provincia danesas. Con ello se lleva el ambiente LGBT+ a los que no están tan cerca de él.

Sin embargo, el punto más criticable en este momento para mí es los precios de las entradas, 75 coronas danesas, que excluyen a mucha gente que debería poder participar y que seguramente tiene interés. Con ello, aunque las películas muestren otra realidad más diversa, los espectadores seguirán perteneciendo únicamente a la clase media danesa.

El festival empieza en unas horas y dura hasta el 30 de octubre. Su web se puede visitar aquí y también descargar el programa y reservar las entradas, si tienes el dinero para ello. Y por cierto, la gran mayoría de las películas son en inglés o con subtítulos en inglés, y hay varias en español. 

Me voy 10 días al cine :-)

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