03 octubre 2011

¡Eres gilipollas!

Estoy más que cansada de hacer política y activismo en ambientes neoliberales, ultraconservadores y cishomosexistas como el que impera dentro de la federación estatal danesa de homos, bis y trans. Estoy harta de sufrir violencia verbal, que en algunos días como ayer incluso se transforma en gritos a pleno pulmón a 20 cm de mi cara entre los que va un "¡Eres gilipollas!", todo unido a un comportamiento físico claramente amenazante, agresivo y con intención de intimidar y hacerme callar. Estoy harta de soportar la falta de respeto de un grupo de machos arrogantes que solo porque han nacido con un rabo entre las piernas se creen con la autoridad moral y física para imponer sus ideas y su voluntad a todos los presentes. Estoy más que cansada de ver como tipos de dos metros y como mínimo el doble de peso que yo se creen que pueden imponerse físicamente colocándose frente a mí, mirándome desde lo alto mientras me gritan hasta dejarme casi sorda que tengo que hacer tal o dejar de decir cual porque a ellos les da la gana. Estoy más que harta de ver que el sexo femenino con el que me identifican debido a mi cuerpo, mi orientación sexual como no homosexual, mi propia identidad de género como transgénero y mi estatus como inmigrante son motivos para tratarme sin ningún respeto.

Estoy hasta los huevos de ser insultada, agredida, humillada, ofendida, acusada, marginada, excluida, oprimida, discriminada, amenazada, acorralada, invisibilizada, ridiculizada, objetualizada, estereotipificada, desacreditada, arrinconada, gritada... Y además para recolmo ver como se me hace responsable a mí de la situación, como se intenta mantenerme callada, como se evita que obtenga acceso a la información, como se lucha por conseguir que abandone el lugar, como se intenta que me sienta culpable y avergonzada, como se cuestiona mi derecho a estar, hablar, autodefinirme o actuar. 

Ser minoría en una organización "LGBT" que se supone que lucha por tu derecho a ser minoría no tendría que suponer un problema. Y sin embargo, es todo lo contrario. Estas organizaciones están dominadas por hombres cisgénero que se definen como homosexuales, que étnicamente se identifican como "verdaderos daneses", que no tienen ninguna discapacidad física ni psíquica, que pertenecen a la clase media y que han copiado todas las normas opresoras, discriminatorias y marginalizantes de la sociedad cisheterosexista excepto en un único aspecto, el género de la persona con la que tienen relaciones sentimentales y sexuales. Cualquier persona que cae fuera de estos parámetros de lo que es bienvenido y deseado es acosada de forma activa hasta que abandona el lugar a no ser que copie y participe del discurso de la mayoría o se mantenga discretamente al margen si montar ningún escándalo o dejarse notar.

Yo, que no tengo ni la más mínima intención de abandonar un espacio que considero público y tan mío como de los demás, que desde luego no voy a copiar un discurso que oprime a las minorías y que por supuesto no voy a ocultar mi propia condición de minoría sino todo lo contrario, no solo molesto sino que, como me dicen, "les provoco", despierto en ellos sed de violencia y sinceramente al paso que van las cosas creo que la violencia psíquica, verbal y social que he sufrido de forma creciente durante los últimos meses en breve se transformará en física, porque ya en las últimas dos ocasiones ha estado muy cerca de ello y además se me ha amenazado abiertamente con ello. 

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