La bisexualidad es un concepto paraguas

La bisexualidad, como se dice en inglés y en danés, es un concepto paraguas, es decir, un término abarcativo que incluye una multitud de orientaciones sexuales e identidades debidas a la orientación sexual. Todas estas identidades lo que tienen en común es que no son monosexuales, es decir, que no se interesan solo por un tipo de persona, como los heterosexuales y homosexuales. Cualquier persona que se identifique con tener una orientación sexual que incluya a dos o más géneros se puede considerar incluida dentro de la B del colectivo LGBT+. De hecho, una gran mayoría no utilizamos el término bisexual para describirnos. Por otra parte, no hace falta ser sexual para tener una orientación sexual, aunque suene contradictorio. El problema está en el vocabulario, no en los conceptos. Una persona asexual puede sentirse emocionalmente o románticamente interesada por dos o más géneros y eso hace que pertenezca a esta categoría. Por último, una persona queer que no cree en los géneros suele sentir atracción por lo que los demás consideran dos o más géneros y por tanto podría, con reservas para algunos, pertenecer a este grupo. 

Bisexualidad es una identidad múltiple, igual que lo es transgénero. Basándome en la idea del paraguas, he creado esta imagen con el vocabulario que conozco yo en inglés que se puede incluir dentro de la B. Y estoy segura de que hay muchas otras palabras. Por favor, si copias la imagen, cita este artículo.

Lo mejor de mí

Otra peli española en el blog. Hoy se trata de Lo mejor de mí de Roser Aguilar, del 2007. Aunque no es una gran película, tiene éxito en mostrar una cosa que me interesa: como las personas que crecen oyendo hablar de amor de una forma romántica y platónica tienen unas ideas preconcebidas que les llevan a actuar según lo que se espera de ellas. 

En este caso la protagonista cree que mostrar amor es sacrificar su vida donando una parte de su hígado a su novio. Sin embargo, cuando toma la decisión y lleva a cabo la operación descubre que no siente ese enorme amor que esperaba por el chico. Así, la película tiene un final adecuado y no caramelizado que ha hecho que escriba sobre ella aquí. Además muestra otra cosa que me agrada: el hecho de que el chico sea o no infiel no hace que ella cambie su comportamiento ni sus sentimientos. Una visión menos histérica, menos rosa y más realista de la vida en pareja.

L, G, B o T

La ignorancia y condescendencia de la comunidad GGGL hacia los demás miembros LGBT+ se puede ver en casos como el ejemplo que describo a continuación.

Un documento oficial del trabajo de asociación nacional danesa, que se llama desde hace un par de años LGBT Danmark. Se habla hacer una estadística entre los miembros. Una de las primeras preguntas pretende que te identifiques de forma más específica con una de las letras de la coalición. La pregunta dice:

¿L, G, B o T? 

Por supuesto, los responsables de semejante barbaridad no pueden ver el problema, y eso que es gente que se supone que sabe de lo que está hablando. Por supuesto, los responsables son homosexuales hombres cisgénero.

¿Cuál es el problema? Pues que una persona T también puede ser L, G o B. Por lo tanto, poner la "o" entre las letras muestra que no han entendido una pizca del asunto por el que se supone que trabajan.

Interruptor de pausa cerebral

A veces tengo tantos pensamientos, tantos planes, tanto estrés, tantas cosas en marcha... que me resulta imposible apagar tanto ruido en mi cabeza, dormirme, relajarme, dejar de especular, sencillamente parar. Por mucho que me esfuerce en calmarme, en relajarme, en olvidar un determinado tema, en no darle vueltas a tal o cual asunto, en hacer una pausa, en encontrar silencio, en pensar en otra cosa o en dormir, nada funciona. Parece que se me raya el disco y no soy capaz de avanzar pero tampoco sé cómo apagar el tocadiscos. A veces de verdad que necesito un interruptor de pausa en el cerebro. Sería genial poder darle a un botón y tener calma. Silencio. Vaya fallo en nuestra evolución...

Una fea muy guapa

Por algún motivo que jamás he entendido, Barbra Streisand es considerada por mucha gente una mujer fea. A mí sinceramente me ha parecido desde niña una mujer hiper atractiva con un perfil impresionantemente bello. ¿Acaso os parece que está fea en estas fotos?

También si se pone en versión menos pija y más hippie es guapa.

Es que ni con más años pierde el atractivo.

Y en Yentl esa versión andrógina de ella me encanta.

Agresión H

Hoy estoy de muy mal humor y lo estoy porque veo que no dejo de darme cabezazos contra la pared y, lo que es peor, que no es solo contra la pared que más esperaba, la sociedad en general y sus normas cisheterosexuales, ni solo cuando yo avanzo hacia ella. La pared más violenta y que me agrede a mí en lugar de abalanzarme yo sobre ella me la encuentro en ambientes que se supone que son tolerantes y que constituyen un espacio seguro (safe zone) para la gente LGBT+. La pared contra la que no dejo de chocar es la cishomonormativa que me tiene cansadísima y sinceramente en días como hoy, tras sufrir varias agresiones clarísimas en menos de una semana, más que decepcionada con nuestra supuesta comunidad. 

Los homosexuales cisgénero, y por supuesto especialmente los masculinos, se aferran al poder con sus dientes y sus garras y no dejan que nadie que no sea como ellos participe, y que nada que no sea aprobado por ellos avance sin ponerle dificultades. No luchan por una agenda LGBT+, ni siquiera por una agenda LGBT. Luchan por su agenda, GGGL.

Estoy harta de sentirme agredida. De sentir cómo se cuestiona mi identidad. Cómo se insultan mis opciones de vida. Cómo se descalifica todo lo que no sigue su norma igual de cuadriculada que la cisheterosexual. Estoy hasta el rabo y más allá de soportar que me traten con condescendencia, que no escuchen mis opiniones, que ignoren lo que no es bien visto por ellos, que intenten asimilarme para que luche por su discurso y no el mío, que pretendan domarme para que no asuste a los cisheterosexuales con ideas y propuestas tan radicales, que me ninguneen para intentar hacerme callar, que me ataquen directamente para hacerme sentir excluida, que me pisen por expresar mi descontento, que me insulten con una maldita sonrisa y que encima me pidan que juegue de acuerdo a sus normas por el bien de toda la comunidad LGBT (por supuesto, sin + porque este tipo de gente ya a regañadientes incluye la B y la T como para encima recordar que hay otras identidades).

Estoy quemada, qué digo, chamuscada, y no sé si mandarlo todo a la mierda directamente y no volver por determinados sitios, o si montar un escándalo en el que sé que solo voy a conseguir más agresiones a mi persona y ningún cambio. No quiero seguir jugando su juego. No quiero más agresiones H. No al ambiente GGGL. No a sus agresiones.

La vida de nadie

Aunque no me gusta nada José Coronado, esta peli ya un poco vieja os la tengo que recomendar si no la habéis visto todavía: La vida de nadie de Eduard Cortés del 2002. Me gusta mucho la historia, especialmente porque tiene éxito en mostrar como una mentira siempre lleva a otra, y también que la gente que se comporta de forma completamente desastrosa para sí misma y su alrededor no siempre lo hace por maldad. 

El hecho de que una mentira siempre lleva a otra mayor no dejo de observarlo a mi alrededor. Por eso yo voy defendiendo siempre la sinceridad más cruda y más bárbara. Es mejor tener que afrontar las consecuencias de lo que es real que de lo que se crea por tener que defender la mentira inicial.

Apoyamos a los malos

Creo que en nuestra sociedad cristiana tenemos una tendencia a creer que las personas son buenas per se y que de forma automática se identifican con los que sufren y necesitan ayuda, con los que están en desventaja, además de con los que realizan acciones que se consideran positivas, no perjudiciales, vamos, buenas. Así se da por hecho que un espectador siempre se identifica con el bueno de la película. Que un niño juega a ser el bueno del grupo, el héroe y no el villano. Que un lector comprende mejor los motivos del personaje bueno y desea que el bien triunfe al final. Y así un largo etcétera. 

Por lo general esto no me suele pasar a mí, como escribo en otra entrada: los personajes malos son los que suelen hacer las historias entretenidas en mi opinión.

Viendo documentales de fauna y observando a la gente me he dado cuenta de que en realidad mi reacción es mucho más habitual de lo que se quiere admitir. Al ver un documental sobre un guepardo corriendo tras una gacela, la mayoría quiere ver sangre. Si hay un cocodrilo sumergido junta a la orilla del río en el que beben los ñus, lo que están esperando con expectación es ver como el indefenso ñu acaba entre las mandíbulas del reptil. Si la cámara sigue a un tiburón, lo que deseamos es ver cómo se lanza con toda su brutalidad sobre el león marino. El oso tiene que despedazar al salmón. Nadie quiere ver un documental en el que los predadores pierden o son tan apáticos que no atacan.

Digo yo que los humanos somos predadores, no está en nuestro cerebro sentir empatía con la presa.

Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

Hoy 21 de marzo, como cada año desde su proclamación por la ONU en 1966, es el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Que se eligiera este día se debe a un evento histórico ocurrido en 1960, donde la policía en Sharpeville, Sudáfrica, mató a tiros a 69 personas que participaban en una manifestación pacífica contra las leyes de pases del apartheid. Hoy, 51 años después, el apartheid ya no existe, en EE.UU. tenemos un presidente negro y en una gran parte del mundo hay leyes que luchan contra la discriminación racial, pero el racismo sigue dominando muchas de los comportamientos humanos. 

El racismo no se da solo en casos tan claros como el apartheid o las leyes de segregación estadounidenses de otra época. El racismo se da hoy en nuestras sociedades. Y no estoy hablando solo de la xenofobia e islamofobia que sufrimos claramente en Europa. Hoy hablo del rechazo por motivo de raza. Solo hay que ver cómo tratamos a los gitanos del Este de Europa, que sin ir más lejos han sido objeto de expulsiones en media Europa, incluida Dinamarca, sin otra motivación que el rechazo a su raza, incluso siendo ciudadanos de la Unión Europea y por tanto con derecho a residir y buscar trabajo en otros países miembros de la Unión. Racismo es también cuando un español payo habla de "los españoles" y no incluye en ellos a los gitanos nacidos en España. Racismo es cuando un indeseable con el que trabajo dice que "no le gustan los negros". Racismo es cuando en Dinamarca se divide a los ciudadanos con pasaporte danés en dos tipos, los que son blancos y los que son marrones, siendo estos segundos siempre considerados ciudadanos de segunda clase que no pertenecen verdaderamente a este país. Racismo es cuando al hablar con un danés, este insiste en verme de piel oscura aunque tenga la piel más clara que la suya, solo porque sabe que he nacido en otro sitio. Racismo es cuando se hace burla de las características físicas de los chinos entre un grupo de estudiantes. Racismo es cuando se utiliza la palabra "sudaca" o "moro" para hablar...

Por último, y ya que estamos, una nota tangencial y colorida. Dinamarca fue uno de los pocos países que se saltaron el embargo económico a la Sudáfrica del apartheid para venderle armas con las que matar negros. Sí, esta Dinamarca de buen nombre apoyaba a escondidas, hace no tanto tiempo, políticas claramente racistas. Y eso era antes de que se convirtiera abiertamente en la Dinamarca xenófoba y racista de los últimos años.

Por qué escribo este blog

Me preguntaba el otro día un anónimo en uno de los comentarios cuál es el motivo por el que escribo este blog y qué me aporta. La respuesta es un poco compleja.

Escribo: 

• Porque me gusta escribir. Aunque a veces se ha convertido en una obligación y entonces ya no me gusta tanto... 
• Porque vivo lejos de gente que me importa y a la que le importo y es una forma de mantener el contacto.
• Porque creo que faltan blogs como este.
• Porque me interesa ver lo que la gente opina de las cosas que pienso y comunico.
• Porque me ayuda a encontrar gente interesante o con una mentalidad cercana a la mía, cosa que no me resulta necesariamente fácil en el mundo no virtual.
• Porque en algunas épocas en las que no he tenido contacto con el mundo esta era una forma de tenerlo.
• Porque crea dependencia y lo que empezó como una prueba al final se ha transformado en algo serio.
• Porque me interesa la comunicación abierta y sincera sin filtros y este es un buen modo.
• Porque tengo una agenda política muy clara que intento también avanzar por medio de este blog.
• Porque quiero mostrar que una persona es compleja y que no solo se interesa por un tema o una actividad.
• Porque quiero denunciar los abusos que la sociedad comete contra las minorías.
• Porque pretendo dar una imagen más realista de cómo es Escandinavia, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
• Porque ya que escribo delante del ordenador y es tan fácil publicarlo, es mejor hacerlo que tener todas estas cosas archivadas en un disco duro.
• Porque quiero registrar mi evolución mental.
• Porque creo tener una vida y una mente poco habitual para muchas personas y quiero abrir un poco las puertas a mundos que para la mayoría parecen cerrados, como ser transgénero, pansexual, poliamorosa, inmigrante, antirreligiosa, activista política, de clase baja y pobre, con contacto con mucha gente fuera de la norma...
• Porque esta es una forma de ser crítica de cine, periodista, política, escritora, fotógrafa, etc. sin serlo profesionalmente.
• Porque al leer los comentarios aprendo, o al menos veo el motivo por el que no tengo que pensar algunas cosas.
• Porque es fascinante e hipnotizador ver como miles de personas siguen de una forma u otra lo que digo...
• Porque es un hobby que me satisface.
• Porque mantiene vivo mi español que de otro modo no utilizaría.
• Porque...

En cuanto a qué me aporta escribir este blog, supongo que la respuesta está arriba mezclada con los motivos por los que lo escribo. Me aporta conocidos y gente interesante en mi mundo, una gran red de contactos en Internet y a través de Facebook, una plataforma para expresarme, luchar, divertirme, frustrarme, ampliar mi horizonte... Por supuesto también me aporta cosas negativas. Uso muchísimas horas en esto, con lo que a veces me siento un poco ridícula malgastando tanto tiempo en algo que supongo que no tiene sentido. Esa costumbre de escribir una entrada casi diaria también me produce estrés, porque hay épocas en las que no tengo tiempo, fuerzas o ganas para escribir aquí. Además he tenido que conocer y aguantar a gente desagradable que insulta, manda spam, amenaza, etc., y a menudo soy el foco de muchas críticas, algunas infundadas, por lo que puede llegar a ser cansino. Pero en resumen siento que gano más que pierdo y por eso sigo con ello.

Diosa con ropas de bruja

Hoy os dejo a una de las mujeres más bellas del mundo, Maggie Cheung, una actriz de Hongkong que ha protagonizado algunas de las mejores películas de mis directores favoritos, como In the Mood for Love y 2046 de Wong Kar-wai, y Hero de Zhang Yimou, además de otras obras maestras como Chinese Box, donde su papel secundario es vital para la historia y una maravilla.

En Hero borda su papel como Flying Snow. Y es allí donde va vestida con "kimonos" de diversos colores que parecen el vestido de una de las brujas clásicas de Europa. Eso junto al enorme cabello largo y negro crean una apariencia increíblemente hermosa.

En In the Mood for Love esos vestidos tradicionales chinos ajustados al cuerpo fascinan. Es una maravilla ver como sube y baja las escaleras en busca de tallarines.

Os dejo aquí un par de fotos más para que disfrutéis.

Coñomatón

Un grupo de mujeres danesas han creado el coñomatón (kussomaten), es decir, un fotomatón o máquina de hacer fotos automáticamente en la que en lugar de la cara lo que se fotografía es el coño. La intención: mostrar a las mujeres danesas que no todos los coños son como los que se ven en el porno. Es decir, que hay gente con labios grades y pequeños, simétricos a asimétricos, con grandes y pequeños clítoris o entradas a la vagina, con pelo o sin pelo, con arrugas o sin ellas... Y al mismo tiempo mostrar que el coño no es solo algo sexual. Para ello, las fotos son publicadas en esta web.

La idea está bien, pero se estropea con la mala calidad de la cámara o de la iluminación. El resultado final es tan oscuro y mediocre que no creo que ninguna muchacha joven con dudas vaya a comparar un coño de una revista porno fotografiado en un estudio y un coño en esta web y pensar que ambos son igual de aceptables y atractivos.

Por ello, al final es mala propaganda para los coños y creo que consiguen lo contrario, que las personas inseguras con duda sientan menos interés todavía en los coños no retocados.

Mi Tumblr: Art Of Sex

Hace un tiempo al publicar esta entrada, una de las personas con las que tengo contacto en Facebook me recomendó utilizar Tumblr en lugar de Blogger para este propósito. Ese mismo día me di de alta y desde entonces he estado viendo miles de imágenes eróticas y artísticas, y he ido reuniendo algunas en mi blog allí, que se llama Art Of Sex. Os invito a verlo si tenéis interés. 

Y ya de paso, también os invito a dejar vuestra opinión aquí sobre las imágenes que hay allí. Cuanto más tiempo pasa, más me doy cuenta de que me interesan y me atraen un determinado tipo de imágenes que no son las consideradas clásicas. 

Tú eliges

Acabo de ver Tú eliges de Antonia San Juan del 2009 y sinceramente no es una película que pueda recomendar y es una pena, porque ella como actriz me encantó en Todo sobre mi madre de Almodóvar. Como directora sin embargo no tiene el mismo gancho. Aunque algunas de las escenas eran interesantes y funcionaban muy bien, en general el largometraje parecía un conglomerado sin sentido de escenas semi decentes mezcladas con escenas bastante malogradas. 

En lugar de un largometraje tendría que haber hecho un corto en el que solo viéramos las citas a ciegas de la lesbiana con un hombre esquizofrénico con diarrea verbal, y la de mujer casada infiel con un machote violento y desagradable. Entonces hubiera valorado la película de otro modo y os la habría recomendado. Pero tal como es sencillamente no merece la pena.

Gritar que quieres respeto

Decirle a alguien que quieres que te respete es completamente aceptable y comprensible, pero gritárselo no lo es. Y no lo es porque al gritar a la persona estás faltándole tú el respeto y en consecuencia te quedas sin ningún argumento. Después de eso ya nada importa si tenías o no tenías razón en tu queja. Los gritos hacen que pierda toda la legitimidad. 

Soy trans... Y silencio

Hace varios meses estaba en Skype con una de mis mejores amigas en España. Después de varias conversaciones en las que había estado hablando de mis salidas por Copenhague con grupos T, al final se decidió a preguntarme: Pero... uhm... eh... ¿por qué tienes tanto interés en los asuntos transexuales? Es cierto, en ningún momento le había dicho que me considero trans o genderqueer. Ella sabía que me consideraba queer y pansexual, pero no habíamos llegado a esa explicación. Mi respuesta rápida y tranquila: Bueno, pues porque soy trans. Después de decirlo, pausa más larga de lo normal y es ahí cuando me doy cuenta de que acabo aparentemente de soltar una especie de bomba que no se esperaba. Me río y espero hasta que me dice algo: Bueno, qué curioso. Y lo siguiente fue un cambio de tema a algo completamente diferente. Desde entonces por distintos motivos casuales no hemos vuelto a hablar. Pero algo me dice también que la noticia ha sido recibida con algo más que sorpresa. Y mira que sé que ya está acostumbrada a llevarse sorpresas al hablar conmigo... Pero supongo que será como cada vez. Tendrá que acostumbrarse a la idea, pero en un tiempo le parecerá que lo ha sabido siempre.

House Of Shame - Chantal All Night Long

Nueva recomendación de cine. Esta vez se trata de un documental del 2011 que se llama House Of Shame - Chantal All Night Long, dirigido por Johanna Jackie Baier que ha sido presentado en la última Berlinale. En él se nos muestra la vida de Chantal, una artista y mánager de uno de los lugares más importantes de la escena underground berlinesa. Por su local, House Of Shame, pasan todo tipo de personas transgénero, intergénero, genderqueer y demás géneros. 

En el documental tenemos la suerte de ver varias de las actuaciones en directo, entre ellas las de Luis Miguélez, Juan Tormento y Antonio Culebras, Gloria Viagra, Aerea Negrot, Yogurinha Borova, Sherry Vine, Miss Fish (de Dinamarca, actúa a menudo en Warehouse9 en Copenhague), además de a la propia Chantal Lehner. 

También podemos ver entrevistas que nos cuentan la vida underground T de Berlín desde los 80. Altamente recomendable. Y preciosa carátula.

No todos los bisexuales aceptan que hay más de 2 géneros

Por supuesto que para alguien como yo, que utiliza a menudo la palabra bisexualidad como sinónimo de pansexualidad y que ni siquiera se identifica como mujer u hombre, está claro que hay más de 2 géneros... ¡entre ellos el mío! Pero me parece también que muchos activistas bisexuales olvidan que la gran mayoría de la gente bisexual no está tan metida en el ambiente LGBT+ y la teoría queer como lo estamos nosotros. A mí sinceramente no cabe la menor duda que la enorme mayoría de los bisexuales creen en la bisexualidad como una atracción dual a hombres y mujeres. Igual que la enorme mayoría de los homosexuales no se plantean la existencia de otros géneros, creo que los bisexuales tampoco lo hacen. Solo hay que ver una gran parte del material que se utiliza en la lucha bi. 

Por supuesto, luego estamos nosotros, los que tenemos otro discurso, los que tenemos otra identidad de género, los que tenemos amigos intergénero, genderbender y demás. Pero los bisexuales en general, como la sociedad en general, ven el género de forma cisheteronormativa. Estoy convencida. Y por eso para mí es muy importante explicar que mi forma de entender la bisexualidad tiene otros matices muy diferentes. Y por eso insisto en usar la palabra pansexual.

Manifestaciones feministas

Hoy es el Día Internacional de la Mujer y en todo el mundo hay convocadas numerosas actividades y manifestaciones feministas para hacer que por un día los medios de comunicación y la sociedad hablen de la clarísima desigualdad que todavía existe entre los géneros en todas nuestras sociedades que sitúan a los hombres cisgénero como la punta de la pirámide jerárquica. Entre esas manifestaciones, tenemos en Dinamarca en la mismísima plaza del ayuntamiento de Copenhague una convocada por una gran parte de las feministas del país. El tema: prohibir la compra de sexo, es decir, intentar parar la prostitución que ellxs identifican con el tráfico de personas. Desde aquí quiero aprovechar un día como hoy para mostrar mi enorme rechazo ante semejante iniciativa y animar a la gente a no participar en manifestaciones como esta que tienen como consecuencia la opresión todavía mayor de un grupo de personas muy estigmatizado.

El trabajo sexual no es igual a tráfico humano. Es cierto que una gran parte de la venta de sexo se debe a las redes de tráfico ilegales, pero eso no cambiaría con prohibir la compra de sexo, muy al contrario. Lo que hay que hacer es combatir mejor el tráfico de personas, cosa que empieza quitando el signo de igualdad entre trabajo sexual y tráfico humano. Hay gente que elige el trabajo sexual y esa gente tiene que tener derecho a hacer con su cuerpo y con su vida lo que desee. Pero sobre todo hay que conseguir que la gente que por el motivo que sea venda servicios sexuales lo pueda hacer con seguridad, cosa solo posible dentro de la legalidad, con unos derechos que iniciativas como la manifestación de hoy solo contribuyen a retirar.

Así pues, celebra el día de la mujer, manifiéstate, lucha por los derechos humanos y la igualdad, pero hazlo por la de todo el mundo, también los trabajadores y trabajadoras sexuales. No a las propuestas que contribuyen a oprimir a las mujeres (y gente de otros géneros) como forma de celebración feminista.

Compartir camas dobles

Fin de semana de viaje con una organización LGBT+. Yo soy la única persona que represento a letras que no sean L ni G. No soy cisgénero. No soy homosexual. Y por lo que escucho y lo que veo es la primera vez que la organización se ve en semejante situación... aunque se consideren LGBT+. 

Un par de días antes del viaje, con gente que no conozco en absoluto, recibo la información para el fin de semana. Entre todos los datos algo me llama enormemente la atención. Hay que compartir habitación y todas las camas son dobles, excepto una única plaza. porque somos un número impar. Al verlo escribo a la persona encargada y pregunto sobre la distribución de la gente a la hora de dormir. La respuesta: a nadie le importa compartir habitación ni cama. Habitualmente los que no son pareja duermen chico-chica... Son homo y es lógico en su cabeza, por supuesto. Molesta con la situación, escribo de vuelta diciendo que yo no quiero compartir mi cama con gente que no conozco, ni chico, ni chica ni cualquier otro género. Recibo una respuesta diciendo que muestre tolerancia y ya sí que me irrito, no tanto porque sea necesariamente un enorme problema para mí personalmente sino por la bifobia y transfobia que hay en semejantes decisiones. Insisto en no querer compartir ya no solo la cama, ahora ni siquiera la habitación. Y al final consigo la habitación para mí sola.

Normalmente las personas transgénero tenemos problemas con la división binaria de lugares como los aseos. No me parece para nada aceptable que una asociación LGBT+ lleve esto al extremo y obligue a una persona transgénero a compartir habitación, cama o lo que sea. Sencillamente me parece una cuestión de principios.

Este es un caso de opresión en el que los opresores no son conscientes de lo que hacen. Pero precisamente en una organización LGBT+ luchamos contra este tipo de cosas. La bifobia que hay en presuponer que siempre te puedes acostar a dormir en la misma cama con alguien que no es potencialmente una pareja sexual. La transfobia e interfobia que supone no entender que una persona transgénero o intergénero tal vez siente incomodidad con mostrar su cuerpo. Y que desde luego siente discriminación al tener que elegir dentro de un sistema binario que tal vez no siente que sea aplicable.

Más lejos de mis amigos

Cuanto más tiempo pasa más cuenta me doy de que cada vez estoy más lejos de algunos de mis amigos. Y no, no me refiero al sentido físico. De hecho, en ese aspecto en el mundo en el que vivimos hoy es mucho más fácil que por ejemplo cuando vine a Dinamarca. Ahora tenemos Skype, los emails, el móvil con Internet... Se puede vivir en el otro extremo de la Tierra y hablar cada día como si vivieras en el mismo barrio, incluso viendo la cara de tu amigo. A lo que me refiero es que cada vez tenemos menos cosas en común. Lo cual no hace que nos queramos menos, pero sí que nos entendamos menos y que por ello tengamos menos y menos ganas de compartir las cosas importantes. 

El otro día mismamente lo estaba pensando. Alguna de mis buenas amigas en España por ejemplo al oír el modo en el que estaba pasando la tarde creo que sentirían incomprensión. Me imagino que en su mundo no entra la política a favor de los derechos de los trabajadores sexuales. De hecho parece que no entra ni siquiera la política. Cuando en alguna ocasión han comentado sobre mi blog, se ve que directamente alucinan con solo ver las palabras que hay bajo el título. Y entonces está claro que cuando mi mundo está tan lleno de todas estas cosas que en su mundo no significan nada, resulta muy difícil la comunicación a esos niveles. Y supongo que lo mismo les pasa a ellxs.

Cada vez me gusta menos el orgullo

Según van pasando los años voy sintiendo más desagrado al tener que utilizar la palabra orgullo. Para mí, el orgullo siempre ha sido una característica negativa de la personalidad de alguna gente (como por ejemplo se puede ver en esta entrada). Y sin embargo, desde que empecé como adolescente mi activismo LGBT+, me he visto defendiendo su existencia y su uso. Durante años he tenido esa sensación ambivalente. 

Por supuesto que es algo positivo ser LGBT+ o cualquier otra minoría. No hay que sentir vergüenza, ¿pero hay que sentir orgullo? Me parece que esto es un problema de vocabulario. El antónimo de vergüenza no es necesariamente orgullo, sino que para mí es sencillamente la falta de vergüenza. Del mismo modo, el antónimo de orgullo no es vergüenza, sino la falta de orgullo. 

El problema es que cuando alguien me dice que está orgulloso de ser algo yo veo que lo está en oposición a si fuera algo diferente. Es decir, que por ejemplo está orgulloso de ser gay en lugar de heterosexual o bisexual. O de ser español en lugar de ser francés o venezolano. Y eso para mí es un error. No se puede reivindicar el derecho de las minorías intentando  convertirlas en superiores, en las nuevas normas. Lo que hay que hacer es reivindicar que no hay ningún motivo para sentir vergüenza, que no es lo mismo. Igualdad, no superioridad.

Esto lo veo muy claro cuando escucho a gente como al tipo del que hablaba el otro día, el racista, que entre sus argumentos me dice: "estoy orgulloso de ser danés". Mi respuesta a eso por supuesto sería: "Vale que te parezca bien ser danés, ¿pero por qué hay que sentir orgullo? ¿Es mejor ser danés que ser español?". Pero ese argumento se quedaría sin fuerza cuando ese mismo tipo sabe que participa conmigo en fiestas como el orgullo LGBT+, por lo que me puede contestar: "Estoy orgulloso de ser danés igual que estoy orgulloso de ser homosexual".

En realidad con el tiempo voy sintiendo todo lo contrario. Yo lo que quiero es celebrar el día de la vergüenza, jugando sarcásticamente. Y quiero hacerlo porque quiero reivindicar que todos los comportamientos que según las normas cishetero son supuestamente avergonzantes son esos comportamientos que merecen el mismo respeto y la misma igualdad. Aceptar lo diferente y no solo lo que es igual o casi igual. Aceptar en igualdad aquello que la sociedad cree que es un motivo de vergüenza. Aceptar y luchar por la diversidad y por el derecho a ser uno mismo, sin sentir vergüenza por ser diferente.

El grito silencioso de Ōe

Para aquellos a los que os interese la literatura o Japón, os recomiendo que leáis El grito silencioso, de Kenzaburō Ōe, ganador del premio Nobel de Literatura en 1994. Además, la traducción en español de Miguel Wandenbergh aparentemente también es excelente, aunque yo aquí no he podido encontrarla y me he tenido que conformar con una versión en inglés.

La historia tiene un aire camusiano, nihilista, donde los personajes no encuentran un sentido a su vida que transcurre con desesperación. La prosa de Ōe está llena de drama, fuerza, sarcasmo, rabia, indiferencia, hastío. La forma en la que los personajes principales interactúan es cruel y al mismo tiempo está preñada de sentimiento. Hay un claro simbolismo en gran parte del libro, desde el título original y los nombres de los personajes, hasta las escenas más importantes. Y es muy interesante saber que también hay un paralelismo con la vida del propio autor, especialmente porque este se da en los aspectos más duros.

Me gusta el sarcasmo, la crueldad y el vacío. También me satisface la falta de exotismo innecesario que al mismo tiempo muestra una historia completamente japonesa que solo tiene sentido en un contexto como el de ese país. Me divierte la insistencia en aspectos desagradables. Y me agrada que toque temas prohibidos como el incesto, la infidelidad con un cuñado, la repulsión que produce la enfermedad de su propio hijo, la sexualidad sin sentimiento, el alcoholismo, el suicidio...

Soy racista

"Soy racista y no me gustan los negros", me dice el otro día un tipo con el que por desgracia tengo que colaborar a menudo. Por supuesto, la palabra negro dicha en danés con un término racista que no tenemos en español (de España), lo cual por otra parte es increíble considerando que tenemos términos racistas para casi toda la humanidad.

Por supuesto, escuchar esa frase me revuelve el estómago y me pone de muy mal humor. Y sin embargo en cierto modo tiene su lado positivo. El resto de la conversación ya no tiene que girar en torno a si lo que ha dicho o no ha dicho, lo que se intuye o lo que hay como base de sus comentarios y actos es por racismo o no. Por supuesto que lo es, como siempre lo es en una situación así. Pero ante un tipo así en lugar de perder el tiempo en intentar hacerle ver que decir cosas como que "todos los negros huelen mal" es una frase racista podemos pasar al verdadero problema: por qué es malo ser racista y qué consecuencias tiene.

Me da la impresión de que en la mayor parte de las conversaciones de este estilo lo que sucede es que la gente no quiere reconocer su propio racismo aunque sabe que lo tiene. Por eso, intentar demostrar que tal o cual es algo racista es una pérdida de tiempo. Jamás van a reconocerlo. Y tampoco sirve de nada. Sin embargo, con un tipo como este que es capaz de pavonearse afirmando que su comentario es producto del racismo, la conversación puede ser más productiva. Por supuesto, no con él. A él jamás lo voy a convencer de que lo que dice es terrible. Sin embargo, la conversación tiene lugar delante de otra gente. Gente que sabe que el racismo es considerado como algo negativo y por eso no dice ser racista abiertamente. Gente que al oír las reflexiones de este energúmeno que abiertamente muestra su orgullo racista, frente a los argumentos que los demás le presentan, puede entender que sus propios pensamientos también están manchados de ese mismo racismo al ver su lado más oscuro, y como consecuencia cambiarlos.