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30 septiembre 2010

Pensamientos impuros

Esas conversaciones que tenemos muy raramente son de lo más excitante y descolocante. Desde hace años solo suceden cuando no podemos vernos, cuando no podemos ni oírnos, pero suceden. Siguen volviendo. Cada vez con más claridad. Mi amiguita, yo que intento alejar mis pensamientos impuros cuando se trata de ti, no me lo pones muy fácil si me dices las cosas que me dices de vez en cuando. Por supuesto, ¡me encanta! Me encanta y me pone a cien mil. ¿Qué crees que sueño después de esas conversaciones en el chat? ¿Qué crees que quiero hacer al levantarme de esta silla y meterme en la cama? ¿Qué crees que no puedo dejar de imaginar la mañana siguiente con una sonrisa de oreja a oreja? De vez en cuando te transformas clarísimamente en el foco de mi deseo más claro y apasionado. ¿Nunca te pasa a ti conmigo? Pero entonces, aunque sea tan raramente, ¿por qué vuelves? ¿por qué insistes? ¿por qué juegas? ¿por qué flirteas?

A veces me pregunto por qué no tenemos nunca nada físico. Como amigas si quieres. Como amantes. Como prueba. Como juego. Como deseo hecho realidad. Como experimento. Como aprendizaje. Como acercamiento. Como búsqueda de placer. Como búsqueda de compañía. Como entrega. Como amor. Como aventura. Como forma de pasar la noche. Como contacto físico. Como atrevimiento. Como aceptación. Como oferta. Como satisfacción. Como curiosidad. Como teoría convertida en práctica. Como pasión. Como sexo. ¿Me das una respuesta? Sé que sabes que eres tú al leer esto :-)

29 septiembre 2010

Desilusión

Creía que te había encontrado y que nos entendíamos casi tan perfectamente que no era ni para creérselo. Y parece que desgraciadamente tampoco era cierto. No entiendo por qué te acercas y te alejas, por qué dices las cosas que dices que son como música maravillosa para mis oídos y luego te comportas de esa forma tan completamente incomprensible para mí, tan distante, tan fría. Me estoy desilusionando y con ello pierdo el rumbo. ¿Ya no te gusto? ¿Ya no te parezco maravillosa? ¿Ya no sientes pasión? ¿Ya no estás entusiasmada conmigo? Eso parece y no entiendo qué es lo que ha hecho que sea así. ¿En qué he cambiado de repente? ¿O qué ha cambiado en ti? 

12 razones para seguir en Dinamarca

Para celebrar que ayer hizo una docena de años que vivo en Copenhague de forma fija (aunque viniera aquí antes), os dejo una lista de 12 motivos que tengo ahora para seguir aquí después de todos estos años:

1. K, el hombre con el que comparto mi vida.
2. B, que me tiene completamente fascinada.
3. LGBT DK, la asociación danesa en la que he conocido a tanta gente maravillosa y estoy descubriendo multitud de grupos interesantes.
4. Mis estudios en la universidad, que me proporcionan una rutina en mi vida que me agrada.
5. Mi hogar, que podría estar en otros sitios, pero que yo siento que está aquí.
6. Mi empresa, que me da una profesión que me gusta, aunque en este momento no me dé dinero.
7. Mi trabajo como intérprete, que me da experiencia de forma interesante.
8. Mi préstamo del Estado, que me permite una independencia económica para poder seguir viviendo.
9. El verano maravilloso en Copenhague.
10. Nørrebro, el barrio inmigrante con el que me siento muy identificada.
11. La naturaleza danesa, mucho más accesible y cercana que en España.
12. La seguridad en Copenhague, que hace que me sienta mucho más tranquila y relajada que en España.

28 septiembre 2010

Borran el grupo poliamoroso y no los bífobos o tránsfobos

En la página de contactos danesa para personas LGBT, Boyfriend.dk, por segunda vez he visto que han borrado el grupo sobre poliamor. La primera vez pensaba que era casualidad y que la persona que lo había creado lo había borrado ella misma. Esta vez sin embargo soy yo la que lo ha creado y yo no lo he borrado, así que me lo han borrado ellos, los administradores del sitio. Cosa que me resulta repugnante cuando uno puede encontrar grupos bífobos y tránsfobos sobre los que me he quejado varias veces y no han sido eliminados. Por no hablar de la enorme cantidad de perfiles con comentarios bífobos y tránsfobos, que eso ya sí que es de escándalo. 

He escrito en el chat al administrador pidiendo explicaciones y no he recibido ninguna respuesta. Sencillamente me parece indignante. Como el tema no entra en su cabeza cerrada, mi grupo es eliminado. Sin embargo los grupos que rechazan a personas que no forman parte de lo que se considera la mayoría dentro del ambiente LGBT, es decir, los que no somos homosexuales, y los grupos que directamente promueven comportamientos o actitudes horribles, como racismo, xenofobia, sexo inseguro, violencia sexual, etc. siguen allí. ¡Estoy asqueada! Me dan ganas de borrar mi perfil de la página.

27 septiembre 2010

Un grupo de lesbianas viendo porno

Como contaba en esta entrada, estuve viendo una película porno sobre sexo entre mujeres. Se trataba de un evento organizado en un grupo de lesbianas de más de 40 años en una asociación LGBT de Dinamarca. Primero vimos la película y luego había planeado un debate sobre sexualidad lésbica. Ahora que ya os he hablado sobre la película quiero hablaros sobre la reacción de las mujeres allí presentes, porque me parece realmente impresionante.

Al inicio de la proyección había como 40 ó 50 mujeres en la sala, es decir, estaba completamente llena. La película comenzó con las entrevistas y la luz encendida. Cuando llegó la parte del sexo apagaron la luz. En la primera escena, que era la que incluía fisting vaginal (introducir toda la mano en la vagina) una de las mujeres se levantó escandalizada o asqueada y se fue. La siguiente escena, entre una mujer y un hombre transgénero preoperado, es decir, todavía con pechos y genitales femeninos, provocó algunos murmullos, sobre todo en el momento de la utilización de un dildo y, cómo no, cuando una de ellas se puso pinzas en los pezones, casi la única referencia al mundo BDSM en toda la película. Tras eso llegó la escena del sexo anal. Inicialmente una de las dos chicas saca de una bolsa toda una colección de dildos y eso sin duda fue un motivo de comedia entre la mayoría de las presentes. Pero todavía lo fue más que la cama en la que tienen sexo hiciera ruido. En esa escena un par de mujeres más abandonaron la sala. Luego llegó la escena con el hombre transgénero que se había operado para quitarse los pechos, aunque sus genitales eran femeninos. En cuanto esa historia comenzó un gran porcentaje de las asistentes abandonaron la sala. 9 mujeres se fueron, 4 salieron a fumar y regresaron más tarde, un par aprovecharon para ir al baño y otra para ir a servirse algo de beber. Cuando la mujer eyaculó en la mano del hombre transgénero dos mujeres más se levantaron, una de ellas comentado que esto era demasiado, y se fueron. Por último llegó la escena del baño. Ya quedábamos menos de la mitad y otro par tampoco tuvieron paciencia para esperar a que terminara. Y en cuanto se acabó varias mujeres se levantaron y se fueron con actitud bastante escandalizada. Así que para el debate de la sala llena nos quedamos como unas 15 mujeres.

Si todo esto ya me parecía digno de estudio (de hecho como podéis ver fue lo que hice), todavía más interesante fue escuchar a las mujeres que quedaban en la sala. Las allí presentes fueron las "valientes", es decir, las capaces de soportar el ver porno y también hablar de sexo después. Si tenemos en cuenta ese factor, todavía resulta más chocante lo que siguió, porque sin duda las mujeres que abandonaron la sala anteriormente piensan algo todavía más conservador que las mujeres que permanecieron en ella. De ellas solo dos más y yo teníamos comentarios positivos sobre la película y sobre el porno en general. Las demás mujeres pensaban que ver porno es algo que no interesa a las mujeres. Lo comparaban a ser voyeur y esto, claramente, a algo negativo. Afirmaban además ser incapaces de excitarse viendo una película. Y pensaban que ver una película porno tiene que ser algo con historia y en un ambiente más atractivo, con imágenes más suaves. Además hubo muchas risas y comentarios sobre que eso era sexo para jóvenes y que era desagradable verlo si no estás tú misma metida en la escena. Cuando la mujer que lo había organizado intentó hablar sobre sexo seguro todas rechazaron la idea. De hecho, no solo rechazaron la idea sino que se justificaron con tópicos completamente falsos y con algunas afirmaciones que directamente son burradas de calibre mayor, como que la piel de la vagina es muy resistente y que es casi imposible hacerle heridas. ¡Toma tomate! Y todo curiosamente mientras criticaban y se reían de las que se habían ido antes. Tras muchas generalizaciones sobre que las mujeres no somos tal y sí que somos cual, y tras insistir en que el sexo entre mujeres no es como se mostraba en Pour une nuit y las fantasías menos, la organizadora intentó llevar la conversación a hablar sobre fantasías sexuales. Esto también fue completamente rechazado. La respuesta: de algo tan privado no se habla. De hecho, la organizadora que es conocida por tener unas ideas mucho más abiertas recibió la sugerencia de crear otro grupo diferente para poder hablar de sexo y fantasías si eso era lo que le interesaba. ¿Queréis oír el nombre del grupo sugerido? Lesbianas swingers. Es decir, que asocian el hecho de tener una mentalidad abierta en cuanto al sexo a ser swinger (esto es intercambiar parejas y tener sexo esporádico). Por supuesto, también hubo varios comentarios sobre las personas transgénero y si eran o no eran transgénero pues tenían cuerpos de mujer.

El caso es que salí del evento decepcionada. No por la película ni por la organización, sino por la actitud de las mujeres lesbianas danesas de más de 40 años. Si se piensa con cuidado, cabe esperar que esas mujeres sean más abiertas en principio que la media de la sociedad para hablar sobre temas sexuales porque llevan muchos años hablando y defendiendo su propia sexualidad como mujeres homosexuales en una mayoría heterosexual. Y para seguir dentro de las mujeres homosexuales son las que se interesaron por adelantado suficientemente en el tema como para ir a ver la película. Y entonces una se da cuenta de que si las mujeres supuestamente abiertas piensan así y reaccionan así, ¿cómo reaccionan y piensan entonces la gran mayoría de las mujeres, que no estaban representadas en la sala? Lo cual me lleva a considerar una vez más el terrible poder del machismo y cómo afecta a las mujeres en su sexualidad. Si estas mujeres, que han crecido y vivido el feminismo, que luchan por su derecho a ser lesbianas y que han crecido en una sociedad moderna y abierta en la que la pornografía fue legalizada antes que en ningún otro sitio, son capaces de reaccionar así ante su propia sexualidad, el mundo sencillamente está mucho más atrasado en cuanto a la situación de las mujeres que lo que vamos creyendo. Y eso es terrible, porque ya sabemos y creemos que la situación es mala.

26 septiembre 2010

La abeja bisexual

Una curiosidad del danés. La palabra bisexual, al igual que en español, se suele acortar a decir bi. Sin embargo, a diferencia del español, esa palabra tiene una asociación muy clara con otro significado: abeja. Es decir, que en danés abeja se dice bi y bisexual se dice bi. Este juego de palabras es utilizado por el grupo de bisexuales de la asociación LGBT Danmark para su logo. Y supongo que también está en la conciencia de la gente. 

Esto me lleva a una anécdota curiosa. Estaba con una persona transgénero que me había conocido en el grupo bi y el grupo trans tomando algo en un café y hablando sobre transexualidad y bisexualidad. Aquí en Dinamarca a finales del verano hay muchas avispas, aunque las abejas son escasas. El caso es que en la cerveza de esta persona entró una abeja y se quedó atrapada en el líquido. Por eso, al beber se encontró al pobre insecto histérico en la boca y por suerte reaccionó con suficiente rapidez para que la picadura fuera en la mano al escupir la cerveza y no en la boca. Lo interesante de esta anécdota es que esta persona en lugar de tomárselo como un accidente y ya, pensó que había alguna clase de destino místico en el hecho de estar conmigo, bi, y recibir una picadura de una abeja, la otra bi. Sorprendente como el idioma afecta a cosas tan extrañas como nuestra superstición. 

25 septiembre 2010

Pour une nuit - One Night Stand - Sexo de una noche

Segundo intento. Cuando lo he publicado la primera vez se ha borrado todo y me toca reescribir el artículo otra vez :-( Así que será más breve.


Ayer por la noche vi una película porno francesa, Pour une nuit o One Night Stand (Sexo por una noche) del 2006 de Emilie Jouvet. Se trata de una película hecha por mujeres sobre sexo entre mujeres (y 2 hombres transgénero) con la intención de ser consumida por mujeres. Por supuesto en su promoción hablan de sexo lésbico y público lésbico, pero yo no veo el motivo por el que se deba excluir a las otras mujeres que tienen sexo con mujeres o a los demás espectadores que quieren disfrutar de ver sexo entre mujeres. La película tiene buena crítica. Ha ganado varios premios en festivales de cine LGBT y cine porno, entre ellos el especial del jurado en el festival de cine LGBT de Copenhague de hace tres años.


La película nos presenta a 10 personas, 8 mujeres y 2 hombres transgénero, que son entrevistados al comienzo y después 5 escenas sexuales sin historia entre estas personas. En otra versión las entrevistas se suceden entre las escenas de sexo, y tal vez esto hubiera sido más interesante para crear otro ritmo en la película. En las entrevistas las personas protagonistas nos explican sus motivos para participar en el rodaje. 

Como idea, a mí me parece excelente. Hacen falta películas pornográficas creadas por mujeres que muestren el sexo de otra forma. Además, la estética está bastante cuidada. Por otra parte, las personas que actúan no son actrices y ello da un aire de autenticidad. Por una vez en el porno se ve a mujeres disfrutando del modo que ellas quieren disfrutar.

Sin embargo la película también tiene varios aspectos que quiero criticar.

Para empezar me parece que le falta diversidad. Y es curioso porque se supone que la intención declarada es justamente mostrar la diversidad de la sexualidad entre mujeres. En mi opinión, en ello falla terriblemente.

Así, las protagonistas son todas jóvenes, parece que en los 20, y todas pertenecen a una determinada subcultura LGBT. No hay diversidad de edades ni de culturas. En su subcultura parecen lo que aquí en Dinamarca se identifica con jóvenes okupas del movimiento Jagtvej 69. Gente de izquierdas, joven, de aspecto "durillo", que van a determinados clubs, que tienen piercings y tatuajes, que se visten de un determinado modo.

Tampoco hay gran diversidad en el aspecto físico, cosa que me sorprende. No hay coños peludos, todas se han cortado el pelo de un modo u otro. No hay piernas peludas ni axilas peludas. Y desde luego no hay ingles peludas y mucho menos pechos peludos. Ni siquiera los hombres transgénero son especialmente peludos. Su ropa interior es bastante uniforme. Todas llevan cosas de moda que en la sociedad se pueden considerar sexy. Incluso su ropa exterior es bastante similar. Es cierto que hay algunas mujeres con pelo algo más largo, aunque la mayoría lo lleven corto. Pero no hay mujeres muy femeninas, ni tacones, ni maquillajes. Y tampoco ropa de otros estilos, como conservadora o tradicional.

En cuanto a las personas, es muy interesante y muy necesario introducir a personas transgénero, ya que el ambiente lésbico es igual de tránsfobo que los demás. Sin embargo, la forma en la que se ha hecho para mí muestra prejuicios muy claros con los que no puedo estar de acuerdo. ¿Por qué son hombres transgénero y no mujeres transgénero? ¿Por qué son hombres transgénero en estados preoperativos? ¿Por qué no hay mujeres transgénero en estados pre y postoperativos? Parece que para la directora lo que define el género (y la sexualidad) es lo que uno tiene entre las piernas. Por eso, si son hombres transgénero pero no tienen penes, son aceptados en la película. Peor todavía, es con lo que uno ha nacido entre las piernas. Lo que explicaría por qué no hay mujeres transgénero postoperadas. De hecho, si se quiere demostrar variedad se puede introducir a gente que se defina como géneros diferentes o esté en estadios diversos. Los dos hombres transgénero se identifican a sí mismos así. No como mujeres. No como genderqueer o andróginos o lo que sea. Y sin embargo están en una película sobre sexo entre mujeres, cuando al mismo tiempo no se nos muestra sexo con esos otros tantos géneros que se acercan tal vez más a ser mujer.

En la falta de diversidad lo más claro para mí, al tratarse de porno, es la monotonía en el sexo que se nos presenta. No porque cada pareja tenga sexo monótono. Individualmente es perfecto. Pero al unir cinco escenas muy similares para intentar mostrar lo que es sexo diverso yo como espectadora me quedo perpleja. Aparentemente la forma de entender el sexo es muy similar en esas mujeres. Y lo que hacen también. Básicamente en las escenas hay sexo penetrativo y/o sexo oral. Y ni siquiera en estas dos formas de tener sexo son muy variadas. Se reduce básicamente a lo mismo y del mismo modo, incluso en las mismas posiciones. Viendo la película parece que el sexo entre mujeres se acaba en penetraciones, masturbación y sexo oral. Como aspecto positivo puedo mencionar que al menos incluyen prácticas como sexo anal y fisting (introducción de toda la mano - en este caso en la vagina), que no suelen ser mencionadas a la hora de hablar de sexo lésbico. Y también está bien que utilizan aparatos, aunque ni siquiera en estos hay diversidad. Son todos muy parecidos y con una única función: penetrar.

Siguiendo con el sexo hay algo que me llama especialmente la atención. Se supone que varias de las parejas en la película utilizan guantes de látex para tener sexo seguro. Y sin embargo, en mi opinión no hay ni una sola de las escenas en las que se muestre sexo seguro. Muy al contrario. De hecho, las personas que utilizan guantes por momentos hacen cosas que me parecen tan inseguras o más que las que no utilizan los guantes. Y esto en realidad es sorprendentemente triste. Si una película hecha con interés en promover el sexo seguro entre lesbianas ni siquiera es capaz de mostrar sexo seguro es porque el nivel de desinformación incluso entre la gente que se considera informada es terrible. Tener sexo seguro no significa solo usar un guante de látex o un condón en el dildo. Hay muchas otras cosas que son importantes.

Entre ejemplos de prácticas inseguras que se ven con claridad en la película puedo recordar estas: 
  • Sexo oral sin protección de ningún tipo en ningún caso. Incluso las mujeres que están usando guantes para penetrar al mismo tiempo son capaces de tener sexo oral sin protección. Ese sexo oral sin protección también incluye sexo oral a dildos sin condón. Y por supuesto, el sexo oral anal tampoco es realizado con protección.
  • Sexo oral anal seguido por sexo oral vaginal. Y lo mismo con penetración anal seguida por contacto con la misma mano o el mismo guante en la vagina. 
  • Sexo oral a una persona con menstruación. Aunque tenga un támpax puesto sigue sin ser sexo seguro. Y en este caso la inseguridad incluye con claridad el VIH, aunque las lesbianas se piensen inmunes.
  • Contacto con la vulva y/o el ano sin guante, aunque luego algunas utilicen guantes para penetrar. Sin embargo, también se ven cosas tan absurdas como una masturbación con guante en una mano y sin guante en la otra. O una penetración anal sin guante seguida de una penetración vaginal con guante.
  • Contacto con objetos punzantes. Varios de los piercings son punzantes. Además, muchos de los piercings están situados en sitios que aumentan el riesgo de entrar en contacto con sangre y otros fluidos corporales.
  • Por supuesto, también hay sexo completamente sin guantes, condones, etc.
  • Y considerando todo lo anterior y la falta de protección a la hora de tener sexo oral, el contacto entre bocas también es sexo inseguro, ya que las bocas y gargantas pueden ser recipientes y portadoras de gonorrea, sífilis, clamidia, papilomas, herpes, etc.

Otra cosa que me sorprende en la escasa variedad de los escenarios. Camás, sofás y baños. Se acabó.

Y eso me lleva a relacionarlo con otro aspecto. Creo que la película intenta mostrar que el sexo lésbico no es solo acariciarse, sexo blando y romántico. Y por ello creo que lo llevan a algo que muchas lesbianas seguramente consideran como sexo duro, muy enfocado a los orgasmos, la penetración. Y aún así no hay variedad ya que apenas hay aspectos BDSM, aunque tampoco hay caricias a la luz de las velas. 

Este afán de intentar mostrar sexo duro creo que también lleva a las protagonistas en algunos casos a prácticar algo que yo, como mujer que también tiene sexo con hombres, considero como estereotipos de lo que es el sexo heterosexual. Y esto se ve claramente en la forma en la que muchas utilizan los dildos. De hecho, por momentos me parecía estar viendo una película porno de las habituales en las que los hombres definen cómo es el sexo con penetración. Incluso faltaba contacto con el clítoris. 

Por último me pregunto por qué solo hay sexo entre dos personas cada vez. La sexualidad de una mujer puede incluir sexo sola, sexo con otra persona o sexo con varias personas. 

Concluyendo: la idea de la película es buena y tiene éxito en mostrar un determinado tipo de sexo lésbico, pero falla catastróficamente si pretende mostrar sexo diverso y más todavía si pretende mostrar sexo seguro.

24 septiembre 2010

Escuchar una historia en 3 versiones

En las últimas semanas he empezado a conocer en persona a alguna gente que participa de forma activa en lo que originalmente era un grupo en Dinamarca. Así es como me he enterado de que ya no es un grupo. Y también por eso me han contado el motivo. 

Pues bien, esto me está resultando muy interesante como experimento sociológico porque tengo tres versiones diferentes, que se parecen pero no son iguales y en todas faltan elementos esenciales que se pueden escuchar en las otras versiones. Y también es interesante ver que cuando les cuento que yo hablo también con los otros todos intentan ser razonables y tolerantes, además de claramente comedidos, pero incluso así en cierto modo llevarme a su lado y hacer que crea en su versión. Debe ser por esto que los humanos tenemos el lenguaje y la política: para hacer intrigas.

El reencuentro

Después de no sé ni cuántos años sin vernos ni hablarnos, antes de ayer por la tarde al girar la cabeza me encuentro una mano tendida hacia mí para saludarme y es ella, mi ex. Tampoco ella me había visto antes de tenderme la mano, lo hizo de forma automática como el saludo natural a una persona en un grupo a la que te tienes que presentar. Sin embargo, aunque no justo en ese momento, yo ya esperaba encontrármela en la reunión, ya que la chica que acababa de conocer y con la que estaba sentada, al oír que soy española, me preguntó si conocía a una tal R que también era de España. "Sí, claro que la conozco" fue la única respuesta. Lo siguiente fue una larga lista de comentarios por su parte sobre que esa R iba a venir esa tarde a la reunión y que a ella le gustaba. Curioso, ¿no? En una reunión de más de 100 personas y la chica que se sienta a mi lado me tiene que preguntar sobre mi ex y contarme que le gusta.

Pues bien, allí cogida a mi mano, R de repente vio mi cara y escuchó mi voz. Y claro, la sonrisa de Profident se le borró completamente y se quedó petrificada, sin saber reaccionar. Por supuesto, lo siguiente que hizo fue despedirse de la pobre que estaba a mi lado e ir a sentarse a otro lugar... curiosamente al lado de la chica en toda la reunión con la que mejor me llevo y con la que había estado hablando hasta unos minutos antes. ¡Qué mundo!

La noche avanzó y la chica a mi lado volvió a sus preguntas sobre mi ex. Quería sacar información que le fuera útil para poder saber si tenía alguna posibilidad. Información de la que yo carezco. Así que mi consejo fue que se levantara y fuera a hablar con ella, porque no creía que ella fuera a volver. Cuando me preguntó de qué la conocía le dije que era mi ex y su cara de sorpresa también fue un poema. ¡Dos caras completamente desconcertadas en una misma tarde! Se disculpó por haber mostrado su interés y yo solté una carcajada por la idea. Le dije que no nos hablábamos desde hacía años y que no tenía ningún interés en ella, así que no había motivo para disculparse. Y para rematarlo le hablé del poliamor y que incluso si hubiera sido mi novia en ese momento tampoco me hubiera parecido nada malo ni nada problemático. La muchacha, si antes ya estaba desconcertada, después de esa mini conversación estaba con la boca abierta y sin saber bien cómo reaccionar.

En algún momento de la charla, la chica me dijo que el ambiente LGBT en Dinamarca es muy pequeño y eso me llevó a pensar nuevamente en algo que me molesta mucho. Hasta ahora he dejado de ir a las reuniones y grupos LGBT en los que sé que participa mi ex porque no me apetece el mal rollo ni las discusiones y había oído de un amigo común que ella no solo no quiere cruzarse conmigo, sino que no me iba ni siquiera a saludar. Pero como esa tarde se había visto obligada a saludarme, porque se había encontrado con mi mano en la suya, ya habíamos pasado ese punto de estupidez. Así que decidí levantarme y acercarme a intercambiar unas frases con ella. No porque tenga interés en ser su amiguita, no porque quiera volver a tenerla cerca, no porque me apetezca cruzar más de dos palabras con ella, sino porque sé que al moverme en el ambiente LGBT como hago ahora nos vamos a tener que cruzar en diversas ocasiones y me parece que lo único civilizado es tener una relación en la que seamos capaces de estar en la misma habitación sin tener que pretender que no nos conocemos o hacer el teatro del odio, la invisibilidad o la transparencia. Cruzar unas palabras vacías de contenido no debería ser tan difícil cuando hemos cruzado tantas palabras llenas de contenido en otra época.

Por supuesto, R no esperaba que me acercara. La última vez que nos vimos hace años ni nos saludamos. La vez anterior fue cuando me llamó para que "volviéramos a ser amigas" y yo, muy al contrario de lo que ella esperaba, dejé claro que no tenía interés, además de estar cabreadísima por todo el asunto de mi dinero que ella se quedó tan tranquilamente. Desde entonces han pasado años, y mi cabreo se ha transformado en indiferencia. Sigo pensando que en la ruptura ella hizo las cosas mal, sigo sabiendo que me debe algo más que una disculpa y considerando que no podemos tener una relación ni siquiera amigable hasta que me devuelva lo que es mío, sigo sin dudar que dejar de estar juntas fue lo mejor que pudo pasar tanto para ella como para mí, sigo creyendo que después de dejarme durante el tiempo que seguimos en contacto se comportó como una arrogante y una cerda y que fue eso lo que hizo que yo después no quisiera volver a tener contacto cuando ella por fin había superado su estado de enajenación mental o lo que fuera que le pasaba entonces, sigo afirmando que nuestra relación tendría que haber acabado mucho antes y que ambas cometimos errores, sigo sintiendo cansancio al pensar en todo esto y la mayor parte del tiempo prefiero no hacerlo y por eso, de todo el pasado, casi es el período que menos espacio ocupa en mi mente. Y sin embargo creo que he llegado a un punto en mi vida en el que ya no siento ni rabia ni odio ni dolor por todo esto. Sencillamente me parece triste e infantil. No poder cruzar dos palabras sin discutir es patético. No poder saludarnos cuando antes vivíamos en la misma casa y dormíamos en la misma cama es un teatro. Y yo no quiero teatros de ningún tipo en mi vida.

Así que me acerqué con la intención de mostrarle que ya no estoy enfadada, que sencillamente prefiero ser capaz de moverme en ambientes en los que ella se mueve, porque también son mis ambientes. Que no quiero jugar a ser amigas pero tampoco a ser enemigas. Que el pasado es pasado y que ya me da igual. De verdad. Pero claro, para eso tendría que haberme encontrado a una persona más madura y que también hubiera sido capaz de evolucionar en su forma de ver las cosas. Pero no. Me encontré a la misma cría herida y orgullosa. Primero no quería ni hablarme. Lo siguiente fue repetir 20 veces que no quiere hablar conmigo porque "no le intereso como persona" y los motivos "no tiene porqué dármelos". Cuando le contesté que estaba bien, que a mí tampoco me interesaba ella como persona especialmente y que no estaba allí para hacerme su amiguita sino para explicarle que creo que deberíamos ser capaces de movernos por los mismos sitios sin montar escándalo, no supo entenderlo. Siguió repitiendo su frase con pretensión de herirme que a mí sencillamente me hacía seguir pensando que no había entendido el motivo de mi acercamiento. Y para terminar, como se giró intentando evitar que la hablara y me tuve que acercar a ella demasiado para poder hablar con el ruído del local, se puso a gritar como una loca. Así que me separé, expliqué una vez más lo que quería decir, que no me hace falta que huya a otro sitio y que yo desde luego no pienso hacerlo, y me fui a mi sitio a seguir charlando con mis conocidos. A los pocos minutos la reunión se acabó y empezó la supuesta fiesta, pero como tenía que levantarme hoy pronto, regresé a mi casa con sensación de hastío.

Casi 9 años después de la ruptura, y todavía hoy aparentemente significa tanto para ella que no es capaz de relajarse y escuchar dos frases sin gritar. Increíble. Con lo fácil que sería hacer las cosas de forma más tranquila... 

Veo que sigue sintiendo ese orgullo y ese afán de competición, de quedar por encima. Creo que su insistencia en repetir esa estupidez, que no le intereso como persona (¿y como qué sí? ¿como animal? ¿como objeto sexual? ¿como farola?), es la muestra más clara de ello. Supongo que en el pasado cuando mostró interés en mí, en volver a ser mi amiga, y yo no acepté, se sintió humillada o por debajo o como que había cometido un error al mostrar su interés en mí o yo qué sé, y ahora tiene que dejar claro que ella desde luego no tiene interés. Por eso mismo, porque sé que así ve el mundo, pensé que sería mejor que me acercara yo, para hacer que no se vea forzada a esa misma competición de quién está por encima de quién. A mí no me importa acercarme si tengo algo que decir. Tampoco me importaría mostrar interés si lo tuviera. Como lo hacía cuando lo tenía. Y desde luego no tengo ninguna necesidad de sentirme por encima o por debajo.

Pero... y en realidad, ¿qué más da quién tiene menos interés? Yo no tengo interés y ella tampoco lo tiene. Pero tenemos ambas suficiente interés como para que la noche de antes de ayer signifique algo, como para que ella lea mi blog como dice nuestro amigo común que hace, como para que yo me levante y me acerque a ella para intentar mostrarle que ya no estoy enfadada y que simplemente quiero paz, no amistad ni guerra. ¿Para qué seguir con el teatro? Digo yo que sería mucho más lógico sencillamente hablar como personas civilizadas y adultas. En lugar de gritar. En lugar de montar dramas. En lugar de luego preocuparse por su reputación. En lugar de esto o aquello.

Mira R, sé que sabes que este blog existe. Sé que es probable que leas esto. Sé que no tienes interés en ser mi amiga y sé que ser mi enemiga también debe cansarte y dolerte. Mejor relájate. En serio. Sufrirás menos.

22 septiembre 2010

La desesperación no atrae

Una de esas verdades de la sociedad que siempre me ha parecido extraña es eso que siempre se escucha: la desesperación no atrae. Lo que con ello quieren decir es que si te gusta alguien y muestras mucho interés, esa persona en lugar de acercarse se va a ir corriendo agobiada. O por lo menos desde luego no va a tener interés en ti. Por eso hay que jugar a ese juego en las relaciones y no ser el que muestra más interés. Por eso hay que esperar para volver a llamar después de la primera cita. Por eso hay que esconder lo que uno siente. Todo para evitar que la persona salga espantada por tu supuesta desesperación.

Con este asunto también tengo una posición ambivalente. Me parece que es una verdad a medias de esas que siempre me han irritado.

En mi vida yo por lo menos he probado una y otra vez que si uno se atreve a mostrar interés, normalmente en la otra persona se despierta el interés y no al contrario. Si ambos juegan a ese juego de no ser el primero en dar el paso, lo habitual es que la micro llama que se había encendido se apague. La inseguridad y lo que parece falta de interés del otro hacen que tú mismo te dejes de interesar tanto y acabes buscando otro sitio en el que poner tu atención. Sin embargo, si uno de los muestra que el otro le gusta y lo hace de forma clara pero comedida, es decir, sin parecer desesperado, creo que al otro le suele halagar, impresionar y eso suele llevar a algo más serio y más profundo. La clave está en que para que esto funcione ambas personas deben sentir inicialmente interés, aunque no sea mucho.

Sin que se cumpla este requisito sin embargo las cosas suelen ir de forma muy diferente. Si muestras mucho interés por alguien que no tiene casi ningún interés, esa persona suele salir espantada. Y no es necesariamente por tu interés, sino por su falta del mismo. Con lo que al fin y al cabo tampoco está mal mostrar tu interés si así descubres que en realidad esa otra persona no lo tiene en ti. Así las cosas avanzan, aunque sea en una dirección diferente a la que deseas.

Lo que creo que es cierto que espanta a todos es la verdadera desesperación. Y eso yo creo que lo que quiere decir es otra cosa diferente a lo que la gente va pensando. No es mucho interés. Ni siquiera es demasiado interés, aunque es cierto que esto último es negativo ya que "demasiado" demuestra que la persona que recibe ese interés no lo desea así. Desesperación es más bien interés clarísimo y fuera de proporción no en la persona que recibe la atención, sino en el hecho de querer estar con una persona... cualquiera. La persona en concreto en realidad no es tan importante. Lo verdaderamente importante es que haya una persona. Eso creo yo que espanta a cualquiera.

Por eso, es verdad, la desesperación no atrae, pero creo que hay que redefinir el significado de esa palabra al hablar de ella, porque tal como se hace ahora creo que produce más daño que provecho haciendo que la gente oculte sus sentimientos y a menudo pierda oportunidades maravillosas de estar con las personas objeto de su atención.

21 septiembre 2010

Tres idiomas con tres usos

En mi uso de los distintos idiomas, me estoy dando cuenta en estos días de un hecho curioso y en el que no había reparado hasta ahora.

No soy trilingüe ni de lejos, aunque hablo mucho mejor idiomas de los que no soy nativa que muchos de los que se consideran bilingües. Pero como digo, nativa solo soy de un idioma, el español con el que me crié. Sin embargo, después de más de un tercio de mi vida en Dinamarca, la mayor parte del tiempo cuando pienso me doy cuenta de que formulo mi discurso interno en danés. Los conceptos, las estructuras, los pensamientos, las conversaciones imaginadas, todo suele ser en danés. Incluso cuando intento hacerlo en español suelo acabar cambiando al danés sin darme cuenta. Y mi español interno se ve afectado por la gramática, los vocablos y la forma de pensar en danés. De ello soy todavía más consciente aprendiendo otro idioma como japonés. Para mí las palabras japonesas tienen equivalentes en danés antes que en español, y cuando tengo que traducir un texto, aunque intente hacerlo al español, lo primero que me sale es en danés. Cada vez.

No obstante, a la hora de leer información, una novela, un blog, libros académicos, etc., me resulta más fácil, más lógico y más agradable hacerlo en inglés. Para mí el lenguaje de la información se ha convertido en el inglés. No solo en la lectura. También el lenguaje de la televisión. Y el lenguaje en el que yo busco información. De hecho, si tengo que buscar un libro traducido de un idioma que no domino, prefiero leerlo en inglés que en español o en danés. Y es curioso porque a pesar de pensar y vivir en danés, creo que mi vocabulario sigue siendo mayor en inglés... incluso mayor que en español. Tal vez también porque el inglés contiene más palabras y es por lo general más preciso.

Lo que me resulta más ilógico dentro de este contexto es que de cualquier modo el idioma en el que me siento más competente a la hora de hablar y escribir es en español, aunque me resulte casi imposible hacerlo de forma natural sin mezclar términos, expresiones y estructuras danesas e inglesas. Pero sé que en español soy capaz de encontrar los errores gramaticales. Sé que si me esfuerzo soy capaz de producir un lenguaje correcto. Sé que cuando hablo no tengo acento. Y ese 100% de seguridad me hace más competente en mi idioma nativo. Aunque mis pensamientos sigan siendo en danés y aunque la mayor parte de la nueva información que recibo sea en inglés o en danés y por tanto también del nuevo vocabulario que adquiero.

El cerebro humano es sorprendente. Antes de pensarlo y vivirlo yo misma nunca hubiera creído que alguien que afirmara que piensa mejor en un idioma, lee mejor en otro y habla mejor en un tercero estuviera diciendo algo posible.

20 septiembre 2010

Sucedaneo del sexo


A veces las cosas más inverosímiles se pueden convertir en un sucedaneo del sexo si uno no tiene la libertad o el valor para ir directamente al grano. Esto se puede ver claramente en muchas películas, sobre todo las de países en los que las escenas de sexo son censuradas como en India. También es un recurso muy utilizado en todo tipo de arte. Desde los éxtasis religiosos quasi orgásmicos de muchas esculturas en las iglesias hasta las escenas como Beyoncé dando de comer un bollo a Lady Gaga en uno de los últimos vídeos musicales de Jonas Åkerlund. Como digo, esos sucedaneos no siempre se deben a la censura sino sencillamente a juegos eróticos o recursos estéticos. Y, muy a menudo, se deben a que las personas involucradas pertenecen al mismo género.

También en nuestras vidas creo que hacemos muchas veces cosas con las que sustituimos el sexo que deseamos tener. Por ejemplo bailar. A veces está más que claro que las dos personas bailando estarían más felices en una cama. Otras veces las cosas no están tan claras... Y eso es especialmente así entre las personas del mismo género cuando no se ha salido todavía del armario.

Cuando era adolescente estaba enamorada de mi amiga. Y mi amiga lo estaba de mí. No sabíamos qué sentíamos, ni que queríamos tener sexo. Pero sí que sabíamos encontrar todo tipo de sucedaneos extravagantes para poder satisfacer de un modo u otro nuestra necesidad de contacto físico e intimidad. Algunos ejemplos:
  • Hemos buscado canas en nuestro pelo solo para poder pasar largos ratos acariciándonos.
  • Nos hemos dado de comer como si fuéramos niñas pequeñas.
  • Hemos jugado a pegarnos, a hacernos cosquillas, a darnos con las almohadas, a tirarnos al suelo...
  • Hemos fingido dolores y cansancio y para poder darnos masajes en sitios diversos.
  • Hemos escrito cartas de amistad (que eran cartas de amor) en las que hablábamos de tener contacto físico no sexual para que la otra las leyera mientras estábamos delante.
  • Hemos incluso aprendido otra lengua para poder comunicarnos en secreto mientras teníamos una excusa para quedar horas y horas a solas.
  • Y el que me parece más cómico: nos hemos cepillado los dientes la una a la otra.
¿Habéis hecho cosas así alguna vez?

19 septiembre 2010

Ver a mi ex en el Orgullo

Una de las cosas más extrañas para mí de vivir en Copenhague es ir al Orgullo LGBT y tener que encontrarme allí a mi ex española, que aparentemente todavía sigue viviendo aquí. Me parece extraño y sobre todo cansino. Tanto darme la lata con no querer vivir en Dinamarca, con estar deseando irse a estudiar a Canadá o EE.UU., con querer viajar y ser libre para poder estar lejos de mí y después de todos estos años todavía sigue viviendo aquí, por momentos al lado mismo de mi casa. ¡El mundo se ha reducido a Copenhague aparentemente! ¡Y no solo eso, sino que al ambiente LGBT en Copenhague! Lo cual dificulta mucho que mantengamos la situación actual en la que no nos hablamos y no queremos saber nada de nada de la otra.
Así llega el Orgullo y allí está, desfilando entre un grupo con el que yo también podría ir. Allí está y acabo de oír la semana anterior de un amigo común que ella va diciendo que si nos cruzamos ni siquiera me va a saludar. Así que tengo que pasar de largo como si no la conociera e irme con otro de mis grupos. ¡Menudo teatro! Ella sabe que existo y yo sé que existe. Nos reconocemos. ¡¿Y no nos podemos ni decir hola!? Sencillamente es patético. Es increíble que después de tanto tiempo tengamos que seguir con estas estupideces.

18 septiembre 2010

La responsabilidad de los sentimientos


Esta semana alguien me decía que no quiere tener ninguna responsabilidad por mis sentimientos. Yo ante la frase siento incomprensión. No entiendo de dónde puede surgir semejante razonamiento. ¿Cómo va a tener otra persona responsabilidad por lo que yo siento? Los sentimientos los tengo yo, y solo yo puedo ser responsable de ellos, si es que se puede hablar de responsabilidad al hablar de sentimientos... que ni siquiera estoy segura. 

Los sentimientos se sienten. No se fabrican. Por mucho que yo me empeñe, no puedo sentir amor por alguien que no me hace sentir amor. Por mucho que lo pretenda, no puedo dejar de sentir amor por alguien por quien desearía sentir indiferencia. Los sentimientos no tratan de responsabilidades, sino de emociones. Emociones que se tienen. La única responsabilidad asociada a ellos es lo que uno hace con esos sentimientos. Pero eso, por supuesto, solo es responsabilidad de la persona que siente algo determinado y actúa de una forma determinada como consecuencia. 

Si sintiera odio, celos, ganas de venganza o deseos de matar y actuara siguiendo lo que siento, sería única y exclusivamente mi responsabilidad el daño que le cause a la persona que desgraciadamente es objeto de toda esa negatividad. Y lo sería porque yo estaría realizando una acción basada en esos sentimientos. Y de nuestras acciones sí que somos responsables. Sin embargo, los sentimientos en sí mismos no serían mi responsabilidad. Por supuesto menos todavía de la persona por la que sentiría todo eso. Pero tampoco míos. Lo importante, como digo, es lo que uno hace con lo que siente.

Si por el contrario siento amor, confianza, deseo o ganas de estar cerca, tampoco esos sentimientos positivos son responsabilidad de nadie. Solo mis acciones. Si por mi amor decido acercarme, es mi responsabilidad. Si luego sufriera solo por el hecho de haberme acercado, seguiría siendo única y exclusivamente mi responsabilidad. Pero no por haber sentido amor, sino por haberme acercado, por haber actuado. 

Así, para mí solo se puede hablar de responsabilidad con las acciones y nunca con los sentimientos. Y la responsabilidad pertenece siempre al sujeto de la acción, el que actúa. 

17 septiembre 2010

Vicky, Cristina, Barcelona

Me encanta Woody Allen. Y llevaba mucho tiempo deseando ver la película Vicky, Cristina, Barcelona, que no había visto en su momento en el cine. Había notado que los españoles con los que he hablado sobre ella suelen ser muy negativos. Los no españoles parecen mucho más positivos. Así que tenía curiosidad por ver el motivo de esa diferencia como española que no vive en España.

Ayer por fin llegó a mis manos. Y debo decir que tenía bajas expectativas, por lo que me sorprendió muy positivamente. En cierto modo había esperado ver un largo cliché sobre España, como tanto me habían dicho. Y sin embargo me encontré con una historia que refleja mi modo no tan cliché de ver las relaciones y la vida. Así que estoy muy satisfecha.

Es verdad, la fotografía muestra una España bellísima que ha sido elegida al milímetro. Una España llena de Gaudí, lugares pintorescos, calles con encanto... Pero así es en tantas otras películas. ¿Acaso creen todos los españoles que París solo son casas con balcones ante la Torre Eiffel, Venecia solo son canales con góndolas, EE.UU. solo son carreteras a través de Monument Valley, Tokyo solo son neones y miles de personas un paso de cebra en Shibuya? Y también es verdad que solo muestra una España de pijos, de gente de clase alta que se mueve en ambientes no habituales para los españolitos corrientes. Pero, ¿Nueva York es solo el Manhattan de lujo de las otras películas de Woody Allen? ¿O España es solo la clase social baja de las películas de Almodóvar? Y sí, es verdad, la música, las guitarras, etc. son para mostrar una España estereotípica. Pero también existe. Y eso mismo se puede ver en las películas de Almodóvar sin ir más lejos.

Centrémonos pues en la historia, que es lo que tiene más importancia, como en todos los largometrajes de Allen. Bardem como persona es en muchos aspectos lo que yo busco en una relación. Sincero. Honesto. Claro. Poliamoroso. Lo deja todo claro desde el principio. Habla de su ex con claridad antes de que aparezca. Habla de su interés en Vicky y en Cristina desde el principio. No reacciona con celos ni al oír que su propio padre habla de su deseo por su ex mujer. Es abierto. Y al mismo tiempo apasionado. Sin embargo, comete un error en mi opinión. Deja a Vicky por Cristina. Eso yo lo hubiera hecho de forma diferente. 

Me gusta también algo que Allen deja muy claro: la relación de Bardem y Cruz no solo no empeora por la existencia de otra persona, sino que florece, mejora, se vuelve posible. 

En un momento Johansson habla en contra de las etiquetas, y eso también es un acierto. Tiene sexo con un hombre y una mujer. Tiene una relación amorosa con ambos. Pero no quiere ser etiquetada. 

También me gusta que no acaba bien, que no es un pastel. Cristina no es capaz de aceptar su papel en la nueva relación. Vicky no es capaz de hacer nada con lo que siente. Así es desgraciadamente la vida real. O al menos así lo parece en mi vida.

Solo una crítica dura. La escena en la que Bardem y Cruz están discutiendo a solas en la habitación en la que él insiste en hablar en inglés no tiene sentido. Es una estupidez. Hablarían en español sin ella delante. En eso Allen pierde un poco los papeles, creo.

Y una reflexión sobre los españoles y los daneses. Por lo general en Dinamarca una película que muestre el país es recibida con honores. En España es lo contrario. Parece que al tratar sobre España las expectativas son otras y el director, si es extranjero, siempre cometerá errores. ¿No sería mejor una visión intermedia? ¿Analizar la película por lo que es y no tanto como representante de una nación?

15 septiembre 2010

Identidad homosexual vs acciones homosexuales

Aunque en nuestras sociedades occidentales estamos convencidos de que la orientación sexual es una parte de la identidad y el hecho de tener sexo con alguien de tu mismo género te hace homosexual, en realidad no en todo el mundo se cree que esto es así. En una gran parte del mundo no occidental tener sexo homosexual (entiéndase como sexo entre dos personas del mismo género) incluso de forma muy regular no es igual a tener una identidad diferente a la del resto de las personas de la sociedad. De hecho, en algunos sitios es muy normal tener sexo homosexual y considerarlo algo parte de la vida normal de un hombre heterosexual. Esto, en realidad, aunque en mucho menor grado, también lo tenemos en occidente. Aquí se entiende como aceptable y no parte de la identidad de una persona el que se tenga sexo homosexual si el sexo heterosexual no está disponible. Y lo mismo es válido para esas experiencias de prueba que parece que son aceptables en nuestro lado del mundo en la adolescencia y juventud. Por el hecho de tener sexo homosexual no se es necesariamente homosexual. Ni siquiera bisexual. Desde luego no como una parte de la identidad. 

Cabe entonces preguntarse si la identidad de persona como homosexual es algo cultural y mi respuesta sería que aparentemente sí, aunque las acciones homosexuales, es decir, el sexo entre personas del mismo género, no es algo cultural (aunque la forma de realizarlo sí) y en mi opinión se puede nacer sintiendo mayor o solo atracción hacia personas de tu género, y se puede vivir teniendo solo o mayoritariamente sexo homosexual independientemente de la identidad de la persona.

14 septiembre 2010

Sacerdote en la universidad

¿Me puede explicar alguien por qué hay un sacerdote como parte del personal en las universidades? Antes de llegar aquí creía que eso era algo de un país con un sector tan pesado con la religión católica como España, pero no... Aquí en Dinamarca tenemos lo mismo y casi peor. Las universidades tienen a su equipo de sacerdotes protestantes de la Iglesia Nacional Danesa para darte consejo espiritual si tienes problemas. ¿Por qué? ¿Con qué lógica un lugar de enseñanza ofrece el servicio de estos señores? Para mí es igualito que si me ponen además de la capilla del sacerdote la sala del curandero de la tribu perdida del Amazonas y la consulta de Aramis Fuster. ¿A qué lugar quedan relegados la lógica y el conocimiento si se incluye dentro de la oferta razonable que un sacerdote tenga acceso a los alumnos? ¿Obtendrán esos alumnos el favor divino y concluirán sus estudios con mejores calificaciones?

12 septiembre 2010

El profesor Norihiro Katō y el pensamiento alternativo

Hace unos días he tenido el placer de escuchar al profesor Norihiro Katō (加藤典洋) en un seminario en el que no debía dar una charla predefinida sino contestar de forma libre a las preguntas de los participantes y por ello utilizar el enorme conocimiento que posee.

El hombre en cuestión me ha impresionado muchísimo y por eso quiero compartirlo aquí. Lo que me ha dejado fascinada es su forma alternativa de expresarse y ver el mundo. El seminario era en inglés pero para conocedores del tema en cuestión: la literatura japonesa del último medio siglo. Él habla despacio, pensando cada una de las palabras, aunque no sé si esto también es así en japonés. Cuando habla parece que no está contestando a tu pregunta, sino contándote algo diferente que le interesa a él... hasta que han pasado varios minutos y descubres que lo que dice tiene una lógica interna y responde a lo que tú querías saber pero de una forma completamente inesperada. En mi opinión tenía una forma muy creativa de verlo todo. Algo que admiro. Esa capacidad de ver ángulos completamente escondidos para el resto de la gente. 

Escuchando a Katō no podía dejar de pensar en B, que para mí es un poco igual en cuanto a su capacidad de ver el mundo de forma alternativa y su manera de hablar pensando cuidadosamente y divagando sobre un tema que, aunque está claro en su cabeza, tal vez no lo está tanto para el que la escucha. De personas así se puede aprender mucho si se escucha con atención lo que dicen. A mí por lo menos me abre las puertas a un nuevo conocimiento del que yo desgraciadamente carezco. Y eso me tiene completamente fascinada.

11 septiembre 2010

Hablando en código


Creo que muchas veces hablamos en código. Tú dices algo poco claro y yo te contesto algo igual de extraño. Y así podemos seguir durante mucho tiempo. Todo porque no tenemos el valor de decir lo que sea de forma directa. Por eso no es casual que esto suela suceder con las verdaderas cosas importantes. ¿Qué sentimos? ¿Qué estamos haciendo juntas? ¿Qué pensamos sobre sexo? ¿Qué esperamos de las situaciones?...

Incluso nosotras, que ambas tenemos la intención de tener relaciones amorosas y amistosas sinceras basadas en la comunicación, somos incapaces de hablar a las claras en el supuesto inicio de algo entre las dos... aunque no mintamos, aunque nos digamos la verdad, aunque seamos abiertas... pero hasta ahora sigue siendo en código.

10 septiembre 2010

Inmigrantes criticando a los inmigrantes

Una de esas cosas que no entenderé nunca es la existencia de inmigrantes que apoyan políticas en contra de la inmigración o que critican de forma completamente prejuiciosa la existencia o llegada de otros inmigrantes al país en el que residen. Este fenómeno tan absurdo aparentemente se da especialmente entre los inmigrantes que llevan más tiempo, aunque no necesariamente sean los mejor integrados ni adaptados a la sociedad en la que habitan.

Así, a lo largo de los años me he podido encontrar a españoles que critican a los latinos que vienen aquí, o a los musulmanes. También a latinos que critican a los chinos o a los somalíes. A chinos que critican a los árabes. A musulmanes que critican a los africanos. A africanos que critican a los europeos del este. Los europeos del este que critican a los turcos... Se puede uno recorrer las distintas comunidades provenientes de todo el globo y encontrar los mismos prejuicios: los de el sitio X vienen a aprovecharse del sistema, desde que han llegado hay más robos, son todos unos tal o cual, no se quieren integrar, estropean las oportunidades de trabajo... Blablabla. La misma basura en todas las bocas.

El otro día por ejemplo charlé con unas mujeres que después de varias décadas aquí todavía no hablan bien danés. Trabajan en negro y no pagan impuestos. Y todavía se permiten decir que los de tal o cual sitio vienen aquí a robar, que la gente de no sé qué país cobra mucho menos en negro y le estropea las posibilidades a los demás, que los que han llegado últimamente de allá no se quieren integrar y que Dinamarca debería prohibir que vengan más inmigrantes... Increíble. Y realmente triste.

09 septiembre 2010

Si no eres mi amiga, no me interesa tu vida

Estaba discutiendo contigo escuchando como me decías que ya no eres mi amiga y respondiéndote que yo tampoco siento que tú lo seas para mí, y en mitad de eso cambias completamente de tema y te pones a contarme algo sobre tu vida. ¡¿Y a mí qué?! Yo no tengo interés en las cosas que le pasan a los demás. No leo la prensa rosa, no veo programas sobre cotilleos, no me interesan las vidas de los famosos, no me interesa ni la vida de mis vecinos, ¿por qué me iba a interesar la tuya cuando no somos amigas, cuando me estás diciendo que no quieres volver a hablar conmigo? Tú haz lo que quieras con tu vida, eso es cosa tuya. Si yo no soy parte de tu vida, a mí me da completamente igual.

08 septiembre 2010

Poliamor como identidad o estilo de vida

Como se puede ver aquí en la columna izquierda en la bandera me incluyo entre las personas que creen en el poliamor. No solo lo creo, sino que lo vivo. Eso me lleva a hablar de que soy poliamorosa o que mis relaciones son poliamorosas. Y con ello parece que estoy hablando de una identidad. Es como si digo que soy bisexual. Algo que identifico como mi forma de ser, parte de quién soy. Sin embargo, no estoy segura de pensar que el poliamor es una parte de mi identidad sino que más bien creo que se trata de un estilo de vida, una forma de vivir. Por supuesto, esta forma de vivir tiene mucho que ver con quién soy, mi forma de ser, mi identidad. Mi forma de ser ejerce una influencia en mi forma de vivir y viceversa. Pero no creo que haya gente que nace poliamorosa y gente que no nace así. No creo que haya algo en la naturaleza de algunas personas que nos haga poliamorosos y algo que haga que otras personas no puedan serlo. Creo que se trata de una elección consciente y clara. Yo no he elegido sentir atracción sexual por los diversos géneros. Sin embargo sí que he decidido llevar una vida poliamorosa. Del mismo modo que en otros momentos decidí llevar una vida monógama fiel o monógama infiel o no tener pareja.

07 septiembre 2010

¿Dónde empieza el sexo?

Una pregunta habitual en mí: ¿dónde empieza el sexo? ¿Con el flirteo? ¿Con la penetración? ¿Con tocar los genitales? ¿Con acariciarse? ¿Con quitarse la ropa? ¿Con un orgasmo?

Parece que en este mundo tan dominado por los hombres no se tiene sexo hasta que hay penetración. De hecho incluso parece que ésta tiene que ser vaginal. Así se habla de ser virgen sobre alguien que tal vez ha tenido sexo anal y cientos de orgasmos provocados por manos, lenguas, etc.... Se habla de enrollarse con alguien y se lo diferencia de tener sexo incluso cuando a veces el rollo llega a cosas como sexo oral o masturbación. 

En realidad esta pregunta es especialmente interesante al pensar en sexo entre dos mujeres. Por supuesto que puede haber penetración, pero si no la hay, ¿dónde empieza el sexo? ¿Y qué es solo enrollarse o petting? ¿Es llegar al final tener un orgasmo?

06 septiembre 2010

Esperando a la salida del avión

Llego a Dinamarca y no me da tiempo ni a pisar el suelo danés para sentir el cabreo habitual con el sistema xenófobo de este país. Me estoy bajando del avión y veo a la policía danesa esperando en la puerta en busca de inmigrantes ilegales. No pueden esperar en el control de policía como hacían antes, no. Y eso que se trata de un vuelo dentro de la Unión Europea. Ahora van a la puerta del avión porque viene de España y como ya se sabe allí hay muchos inmigrantes ilegales. Paran a un par de personas de aspecto no europeo y piel oscura y les piden los pasaportes. Aparentemente todos los papeles están en regla. Sin embargo, incluso así son separados y se los llevan para interrogarlos y revisar sus equipajes. ¡Cada vez da más asco vivir aquí!

05 septiembre 2010

Definiciones de bisexualidad

Hablando sobre bisexualidad hay varias formas de definir el concepto:

     1. Sentirse atraído por hombres y mujeres.
     2. Sentirse atraído por personas de tu género y del género opuesto.
     3. Sentirse atraído por personas de tu género y de otro género.
     4. Sentirse atraído por personas de dos géneros distintos al tuyo.
     5. Sentirse atraído por personas de tu género y personas de los demás géneros.

De estas formas la primera y la segunda eran en lo que pensaba cuando empecé a utilizar el término bisexual y creo que son lo que la mayoría entiende cuando leen en mi blog o escuchan de mi boca que soy bisexual. Son las definiciones que justifican frases como "mira en ambas direcciones" o nuestra bandera bisexual y que explican de forma simple que no por estar con una persona se siente únicamente atracción hacia ese género.

La tercera, cuarta y quinta definiciones son en mi opinión mucho más acertadas aunque no me pueda identificar con todas. En ellas se dice con claridad que el género no es algo binario, es decir, que no solo hay hombres y mujeres, sino hombres, mujeres y otros géneros (intersexuales, transgénero, genderbenders...). La diferencia entre ellas sin embargo es que en la tercera y la cuarta la persona solo se siente atraída por algunos de esos géneros y sin embargo en la quinta la persona se siente atraída por todos los géneros, incluido el suyo propio. Si se quiere ser específico, en la tercera la persona es bisexual, en la cuarta es polisexual y en la quinta pansexual

Hoy en día para poder sentirme a gusto con la palabra bisexual yo necesito pensar en ella como la quinta opción. Es decir, que para poder hablar de algo en plan binario tengo que oponer mi género a todos los demás géneros y con ello decir que me siento atraída tanto por el mío como por todos los demás. Es decir: por todos los géneros. 

Sin embargo, la palabra bisexualidad sigue siendo muy útil (y por ello la utilizo para referirme a mí misma) a la hora de hablar sobre personas que no son monosexuales (es decir, homosexuales, heterosexuales y autosexuales) o asexuales. Especialmente a la hora luchar por la aceptación de nuestros derechos. Pienso que el término bisexualidad en realidad es un abanico que incluye otras sexualidades: omnisexualidad, polisexualidad, pansexualidad, sexualidad queer... y al luchar bajo esta palabra lo hacemos por todas estas otras sexualidades.

04 septiembre 2010

Tradúceme esto

Si trabajas como traductora tus amigos, familiares y conocidos creen que eres como el traductor de Google. Es decir, que no te cuesta más que dos minutos que te manden un documento de 5 páginas y pasarlo al inglés o al danés. Vamos, como si fuera apretar al botoncito de "Traducir" y ya está. Como soy idiota y nunca me quejo por ello, a menudo tengo emails cuyo título es "Tradúceme esto que necesito enviarlo hoy" y con el currículum, la carta, el artículo o hasta el trabajo para entregar en la universidad. Habitualmente tampoco me molesta especialmente si tengo tiempo para hacerlo. Pero ya el colmo es cuando alguien te manda algo por parte de su empresa porque lo necesitan en inglés y, como no quieren pagar a un traductor, se lo han pedido a la secretaria, contable, administrativo o lo que sea de turno. ¿No es justo quejarse ahí y decir que no? Porque a mí me parece pasarse...

03 septiembre 2010

Los optimistas sufren más

Siguiendo con eso de ser optimista o pesimista que nombraba en esta entrada, creo que al contrario de lo que se cree habitualmente, somos los optimistas los que sufrimos más. 

Un pesimista de verdad no suele ser decepcionado por nada porque ya espera lo peor. No suele hundirse porque no creía que las cosas fueran buenas. No suele ser sorprendido con la guardia baja porque siempre está en alerta roja por los desastres en camino. No suele sentir con intensidad alegría porque no puede olvidar que todo acabará mal y por tanto tampoco le duele tanto cuando por fin acaba mal porque ya contaba con ello. 

Un optimista sin embargo siempre se lleva decepciones, sorpresas desagradables, sobresaltos, golpes... Siempre descubre cuando está en la miseria que las cosas no eran tan bellas como esperaba. Siempre mantiene la esperanza hasta que está en lo más hondo del hoyo. Y así va dando saltos de decepción en decepción.

El que ve el vaso medio lleno siempre se decepciona al descubrir que se vacía. El que lo ve medio vacío y sucio, en el fondo imaginaba que todo acabaría mal y no siente ninguna decepción.

02 septiembre 2010

Cuerpo femenino o ropa femenina

Toda mi vida he estado entendiendo que el aspecto físico que se me atribuía como masculino, aun siendo mujer, se debía a mi corte de pelo, a mi ropa masculina, a mi voz grave, a mi forma de moverme desgarbada, a mis gustos y preferencias por las cosas supuestamente de hombres, a mi cara poco femenina y no maquillada... Es decir, a todos esos atributos externos que en su mayoría tienen que ver con el estilo y que por lo general se pueden cambiar con facilidad. Si lo deseara hoy mismo podría ponerme una minifalda, unos zapatos de tacón, maquillaje, un peinado más femenino y salir a la calle moviéndome como si estuviera sobre la Pasarela Cibeles. Y entonces dudo que mucha gente me considerara masculina.

Hace unos días sin embargo me he encontrado con otra definición de lo que es masculino en una mujer al escuchar a un hombre bisexual que dice sentirse atraído SOLO por mujeres masculinas. Para él esas mujeres pueden vestirse como quieran, moverse como sea, maquillarse, trabajar como modelos de ropa femenina, etc. Lo importante es que tengan pechos pequeños y caderas estrechas. Es decir, un cuerpo más cercano al que se considera masculino. Esto es algo que no es tan fácil de cambiar... sin cirugía al menos.

Me resulta sumamente interesante esta diferencia porque según la segunda definición yo no soy nada masculina. Mi cuerpo tiene muchas curvas. Sin embargo mi estilo y tal vez actitud son masculinos según esta sociedad y eso es en lo que tradicionalmente se ha fijado la gente a mi alrededor para considerarme masculina.

01 septiembre 2010

Ver la luz


Me he pasado más de 16 años de amistad con una idea fija en la cabeza sobre algo en concreto acerca de ti: tu orientación sexual. Y una charla de un chat muy clara y muy sincera me ha iluminado y me ha hecho ver algo que no entendía y que no había sabido ni querido comprender en todo este tiempo por mucho que tú te has esforzado en decirme que no tenía razón y que no era cierto eso que yo veía. Desde esta noche, por primera vez, entiendo por qué no es cierto. Y te creo al cien por cien. Sin esas reservas anteriores que siempre te repetía: que creía que era difícil para ti verlo. Pues no, ¡era difícil para mí! 

Llegar a esto me ha costado y creo que aunque hubieras dicho lo mismo que dijiste esta noche hace 10 años no lo hubiera entendido. Ahora soy otra persona en muchos aspectos, veo las cosas de un modo diferente. He evolucionado. La vida me ha ido mostrando nuevos caminos. Y en una unión de varios de esos nuevos caminos he encontrado el sentido a lo que dices. 

Los caminos... Mi vida que ha cambiado y he dejado de vivir como lesbiana hace mucho tiempo. Mi identidad sexual que ha ido evolucionando con el tiempo y ha llegado un punto en el que las etiquetas no me sirven, ninguna. Además hace un par de meses he conocido a alguien que piensa y vive como yo en este aspecto y encontrarla me ha ayudado a poner palabras y ver más claras mis cosas. Y por último, sin haber conocido hace unas semanas a un chico en el ambiente que se define como asexual tampoco hubiera entendido determinadas cosas. 

Así que ya ves, el cambio no está tanto en lo que dices, sino en lo que yo soy capaz de entender. Eso sí, ayuda que por una vez lo hayamos hablado tan claramente e, incluso estando en desacuerdo, haber seguido con la conversación sin malos rollos hasta hablarlo del todo.