13 marzo 2009

Los daneses y las puertas


Otra diferencia entre los españoles y los daneses: su relación con las puertas. En España es impensable una puerta de una casa en una ciudad sin que esté cerrada, sin que tenga cerrojo o una cadena, sin que se cierre con llave, sin que tenga mirilla o algo para controlar quién hay detrás de la puerta antes de abrirla, y casi sin que sea blindada o, como dicen ahora, acorazada. En Dinamarca, sin embargo, es difícil encontrar esa seguridad. Es que creo que casi ni en los bancos debe haber puertas como las españolas.

Para que entendáis de lo que hablo, os voy a poner algunos ejemplos:

Primero el motivo por el que escribo esto: la puerta de la hermana de K. Resulta que quedamos con ella en la calle y cuando llegamos a su casa la puerta está simplemente abierta. Como nos alucinamos un poco, porque vive sola (cuando no tiene a sus hijos con ella), le preguntamos si es normal. ¿Qué nos contesta? Que la puerta no se puede cerrar desde hace días, que la cerradura se ha roto o algo, no sabe bien qué, y que ya se arreglará. Así que por ahora la deja así juntada, sin cerrar... pero cuando hace un poco de viento, cosa no muy rara en Copenhague, pues se abre. ¡Y vive sola en esa casa y duerme con la puerta simplemente abierta sin inmutarse! ¡Vamos, yo es que no podría!

Siguiente caso marciano: los padres de K. Viven en un chalet, como muchos daneses. La puerta está simplemente cerrada sin llave, se puede abrir con el manillar y entrar. Solo cierran con llave por la noche cuando se van a dormir. Y por el día si salen muchas veces se olvidan de ella y la dejan abierta. ¡Pero total para qué! Como en todas las casas también hay una puerta trasera en la cocina. Esta puerta se estropeó hace dos inviernos por las lluvias y ahora no se puede cerrar. Así que la tienen simplemente juntada, en invierno con una cuerdecita, esperando a que un día se pueda cerrar del todo. Y por ahora simplemente se puede ir por la parte de detrás de la casa y entrar sin preocuparse de tener que romper cristales o abrir cerrojos.

Otro más: mi ex compañero de piso en Copenhague, en un apartamento en Nørrebro, tenía una puerta de la calle en la que había manillar por dentro y por fuera, y en la que no había cerrojo ni llave. Es decir, era como la puerta de una habitación. Cualquiera podía entrar o salir. Por supuesto, en el tiempo que yo viví allí pusimos un cerrojo, pero en cuanto me fui se apresuró a quitarlo, porque "se siente encerrado" si tiene que abrir una puerta con llave.

Más todavía: cuando vine la primera vez a Copenhague viví durante una semana con un danés que tenía fobia a cerrar la puerta con llave, cadena o lo que fuera, aunque en su puerta existía tanto una cerradura como una cadena. Pero no, él nunca cerraba y me dijo que en Dinamarca era completamente innecesario cerrar con llave, pues nadie entra en las casas... En fin, luego descubrí por la forma no agradable que esto no es cierto.

Y más: durante los primeros meses en Dinamarca vivía en casa de una familia rica en Hellerup, el barrio pijo de Copenhague. En su pedazo de chalet, la puerta tenía un manillar también por fuera. Y casi nunca cerraban con llave, ni siquiera por las noches. Así que podías llegar y abrir la puerta, entrar y darte una vuelta. Y como la casa tenía tres pisos y el salón estaba arriba, incluso hacerte una cena y vaciar dos plantas antes de que se dieran cuenta.

Y ya para rematar: la mayoría de las casas en Dinamarca no se cierran con llave. Es decir, al irte tiras de la puerta y cuando vuelves tienes que usar la llave para poder abrirla, pero es como si en España sales y no cierras con llave. La puerta está cerrada, sí, pero se abre fácilmente. Y todavía no he visto nunca una puerta blindada. Son puertas normales, de láminas de madera y huecas, incluso con cristal, como la de la foto.

Entonces, ¿a qué se debe todo esto? En realidad es la naturaleza confiada e ignorante de los daneses. Saben que los robos en las casas existen, y que cada vez hay más. De hecho, hay de media estadísticamente 120 al día. Sin embargo, siguen confiando en que a ellos no les va a pasar. O creen que casi no sucede.

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7 comentarios:

  1. Lille S., esa costumbre me recuerda la España rural de los años 60 ( al menos en el norte). Estaba mal visto cerrar el porton de las casas cuando sus moradores se ausentaban.

    La puerta del piso de mis anfitriones en Copenague es endeble y de cristal opaco la parte superior. Me produjo sensación de inseguridad la primera vez que la ví asi.

    Si,tienes razón, la población ahí es confiada y eso es algo encomiable.

    Otro detalle significativo. Bar cercano a Stroeget. Una chica sola sentada en la barra repleta. Se va al servicio y deja el bolso sobre su taburete. Yo,a su lado, me sentí sorprendido y también violento ( no vaya a ser que piensen que yo extranjero quiera meter mano en...). Pero ninguna mirada desconfiada hacia mi persona cuando la chica regresó.

    Buf! que alivio...

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  2. La imagen de algo abierto en Dinamarca me parece increíble...lastima que sean solo las puertas...aun no pasa con las mentes de los nativos...es un lastima je ;-)

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  3. Ser confiado es algo bueno. Sin embargo, pasarse en la confianza no lo es tanto. Ese ejemplo que pones tú, Car, sobre dejar el bolso en la mesa, es bastante habitual y también te digo que es bastante habitual que cuando llegan de vuelta el bolso ya no está. Pero parece que les tiene que pasar de uno en uno para que dejen de hacerlo. Muy extraño.

    María Inés, fíjate que ese comentario tuyo de la paradoja de tener las puertas abiertas cuando en muchas otras cosas tienen todo cerrado no se me había ocurrido pensarlo antes. Muy curioso.

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  4. jo...debe haber algo bueno en dinamarca no?
    el blog deberia llamarse "DINAMARCA ES UNA PORQUERIA"

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  5. Muchas cosas, lo que pasa es que hay que leer todas las entradas y no solo las que son negativas :-D

    De cualquier modo, si acaso se llamaría "este mundo es una porquería" y no Dinamarca en concreto, porque España, Europa o cualquier otro sitio también es una porquería en muchas cosas.

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  6. Hola lille.
    Este verano estuve por el norte de España, concretamente viajando por distintos puntos de Pontevedra y La Coruña y recordé este artículo tuyo sobre las puertas. Me pareció muy curioso que allí la gran mayoría de puertas son de madera blancas y con muchos cristales decorándolas (muchos de ellos cerca de la cerradura).
    Muchos saludos :)
    Ana.

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  7. Ana, nunca he estado en Galicia, pero tal vez allí son más confiados que en el resto de España... :-D

    Saludos para ti también.

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