Ayer fue 18 de marzo y también el primer día de primavera. Tímida, desde luego, si se piensa con ojos de español, pero resplandeciente vista desde la ansiedad danesa que quiere calor y luz. A las 11:10 horas de la mañana el termómetro marcó 10º C en algún lugar de Dinamarca. Eso, especialmente considerando la diferencia de casi esos mismos 10 grados con los días anteriores, ya fue suficiente para que todos nos lanzáramos a las calles como desesperados en busca del sol, que aunque también estaba tímido, a ratos nos mostró su cara sonriente... supongo que de vernos a todos aquí abajo como idiotas tomando el sol a 10 grados como si fuera el mejor día de verano.
Aún así, todavía veo nieve desde mi ventana. Por las noches ha hecho tanto frío que aunque en la última semana por el día hemos estado sobre cero, la nieve no ha desaparecido por completo. El hielo del mar sin embargo sí que se ha esfumado sin dejar ni rastro. Pero no se puede decir lo mismo de los lagos. Ayer, a esos casi 10º C en Copenhague, los lagos que dividen el centro y Nørrebro seguía casi completamente cubiertos de hielo. Hielo sobre el que ya no se puede andar, pero hielo al fin y al cabo.
¿Y yo qué hice? ¡Pues como todos, por supuesto! Salir a la calle a pasear durante horas con el viento fresco y un sol que brillaba entre las nubes. Almorzar al aire libre. Con bufanda, con gorro, con abrigo de invierno. Pero con la idea de tomar el sol y disfrutar del calor, ahora que por fin se puede. ¡Menudo cambio!
Te dire que con mi fatal problema con la vitamina D, estar afuera se me ha vuelto una obligacion! disfrute muchisimo los 15 grados de hace unos dias atras y que ahora tenemos mas horas de luz.
ResponderEliminar