La experiencia de esta última semana, que un grupo se vuelva contra mí y me excluya, empieza a ser tan común en mi vida que en cierto modo siento que me estoy haciendo inmune. No del todo, claro está, pero siento que por una parte me afecta mucho y por otra lo veo todo con una frialdad que me sorprende. Sin embargo, lo que no esperaba ver de forma tan clara es cómo te afecta a ti, cómo tú empiezas a pagar con la misma moneda por ser asociade a mí. Incluso cuando soy yo quien crea el supuesto "problema", tú también eres metide en el mismo saco y tú también acabas siendo excluide. Y tú, no acostumbrade a vivir esas reacciones tan violentas todo el tiempo, aunque ya sé que has vivido tu parte de agresión y exclusión, sufres por ello de una forma para mí más visible. Y eso sí que me duele y me afecta.
Así pues, la exclusión se contagia. No porque tú te comportes del mismo modo que yo, sino porque la gente, el grupo te castiga por elegir mi compañía. Y eso en sí, es otro mecanismo de control social que hace que la mayoría elija no comportarse como yo.