28 julio 2011

Bailando transqueer

Siempre he tenido una relación extraña con el baile. Desde pequeña adoro los musicales y la gente que baila de un modo que yo entiendo como "bailar bien" me fascina. Hay pocas cosas tan eficaces para despertar mi sentimiento de atracción por alguien como verlo bailar. Y sin embargo, desde siempre, he sido incapaz de bailar en público. Ni cuando era pequeña y mis amiguit@s jugaban. Ir a las discotecas como adolescente para mí era una tortura que detuve muy pronto. No porque no disfrutara viendo a los demás, sino por la enorme presión que sentía para tener que bailar yo misma y comportarme de esa forma que se suponía que era la normal. Con mi irracional timidez sentía que no era capaz de moverme adecuadamente y eso me paralizaba todavía más. También por supuesto influyó el ambiente cisheteronormativo que había en aquellas discotecas con el que yo no podía identificarme. 

Lo curioso es que siempre me ha gustado bailar, de hecho no puedo escuchar música sin llevar el ritmo con mi cuerpo y sin canturrear o tararear, aunque sea sin voz. Pero todo eso lo he reservado siempre para los ratos en los que estoy sola.

Desde la adolescencia y esas experiencias tortuosas, he tenido muchos años para relajarme y aprender que el baile, como cualquier otra cosa, es algo individual y que no hay formas correctas e incorrectas. De hecho, me he dado cuenta de que me atraen muchas de las cosas que no se consideran ni bellas ni correctas a la hora de bailar y sin embargo mucha de la supuesta belleza me deja completamente indiferente. Y eso ha cambiado algo en mi fobia a moverme en público también. Si no hay nada "normal", mi forma de moverme es igual de válida. Si a mí me atraen cosas supuestamente "extrañas", tal vez a otras personas les atraiga mi "extrañeza".

Pero, incluso con esto, todavía me cuesta vencer esa tendencia a quedarme tiesa como el hielo cuando hay gente alrededor. Y sin embargo, el otro día con tus invitaciones y ese juego sensual en mitad de la disco de ambiente transqueer, estuvimos bailando juntas y me lo pasé muy bien. Creo de hecho que nunca había disfrutado tanto de estar bailando en un sitio público. Soltarse (¿o debería decir en este caso quitarse?) la melena acaba sucediendo, si encuentras el sitio adecuado y estás en el momento apropiado.

votar





1 comentario:

  1. Tengo la sensación de que algunas personas a medida que van cumpliendo años en la vida van perdiendo vergüenza. Al menos este es mi caso, de siempre he sido tímido y lo de salir a bailar me retraía mucho por lo que pensaran los demás. Ahora creo que lo tengo superado. De todas formas, envidio mucho a la gente que es echada para adelante por naturaleza, yo tengo que hacer "un esfuerzo" para serlo.

    Creo que otra gente lo supera con el alcohol, que es un deshinibidor. En mi caso no sirve porque no me gusta demasiado.

    ResponderEliminar

Si tienes problemas para dejar tu comentario, vuelve a pulsar en "Publicar". Casi siempre con insistir un par de veces funciona. Si no también puedes enviármelo a mi email en lilleskvat(a)gmail.com