Creo firmemente en que no hay que dejarse involucrar en esos juegos de poder en los que una persona de la relación muestra interés y la otra muestra indiferencia. Estoy convencide de que esos roles son dañinos para ambas partes, además de ser falsos. Y también insisto en que dos no juegan a ello si une no quiere jugar, y por eso yo en mis relaciones dejo muy claro que el drama de ver quién está por encima o por debajo de quién no me va. Sin embargo, esto a menudo tiene dos consecuencias:
- La persona con la que estoy desconfía todavía de mi sinceridad y si digo no tener interés, no se lo quiere creer, y si digo tener mucho interés, esa persona todavía cree que tengo más.
- La persona que se piensa adorada, porque me niego a mostrar indiferencia que no siento o a no mostrar el amor que siento, aparentemente entiende que me he vuelto fácil de conseguir, y con ello se cree que está por encima y en consecuencia pierde parte de su interés y establece una nueva relación de poder, cosa que tampoco me agrada, con lo que entonces sí que pierdo el interés de verdad y me enfrío.
Entonces en esos casos el resultado es que si bien yo no he jugado a ese juego de poder en ningún momento, la persona con la que estoy no lo ha entendido. Sí, me ha escuchado decirlo, pero eso es muy diferente a creérselo o a ser capaz de comprenderlo. Esa persona, acostumbrada a que todo el mundo juega, ha entendido las muestras de amor como desesperación y un "no puedo vivir sin ti" y las muestras de indiferencia reales como más desesperación y un "me has herido porque no puedo vivir sin ti".
No obstante, incluso viendo esto una y otra vez, sigo pensando que mi decisión es la adecuada. El juego nunca lleva a relaciones intensas, sinceras, profundas, y sin embargo, las escasas veces que no jugar funciona porque la otra persona o bien entiende lo que le dices o bien tiene estos principios ella misma, entonces es mucho más fácil, más agradable y más auténtico todo lo que se crea entre nosotres. Y por ello creo que al final solo esas relaciones valen la pena y el esfuerzo. Y les demás, que se vayan con su ansia de estar por encima y por debajo a otro sitio. En realidad para tener esa otra cosa a la que llaman "relación" estoy mejor sin elles.