El otro día alguien me preguntaba si para mí esto de escribir el blog es un proceso social o si es algo individual y aislado, como cuando escribes un diario o tal vez una novela. Para esta persona escribir siempre ha sido un proceso que incluye a otras personas, tanto en la formación de las ideas que escribir, como en el desarrollo del propio texto, como en el diálogo que surge después con el texto ya creado al ser leído por otres. Casi diría yo que a esta persona le resulta inconcebible crear algo, independientemente de si estamos hablando de escritura o de cualquier otro elemento, que no sea parte de un modo u otro de un proceso social en el que participe necesariamente un pequeno grupo.
Para mí este pensamiento es algo a lo que siempre me he opuesto. Siempre he sentido una desconfianza clara hacia los grupos, y más todavía hacia tener que crear algo en grupo. La idea de un grupo para mí siempre ha implicado tener que adaptarse de algún modo, tener que claudicar ante las exigencias que se crean por el grupo, tener que modificar (aunque sea mínimamente) lo que haces para que se ajuste a lo que el grupo quiere. Y tener que someterse a una jerarquía en la que yo siempre veo que hay unas voces que se imponen más que otras, independientemente de que lo que esas voces tengan que decir sea más o menos adecuado para el proceso común que se está intentando crear.
Así, con mi rechazo al trabajo en grupo, siempre había visto el escribir como un proceso individual, algo que surge de mí y acaba en mí. Yo pienso, yo escribo, yo corrijo, yo guardo o tiro el texto, yo... De hecho así había utilizado siempre el escribir desde mi infancia... Y he escrito miles de páginas pensadas así.
No obstante, el escribir un blog es proceso un poco diferente. A menudo lo que escribo surge de una conversación con otras personas, o de un pensamiento provocado por otras personas, o de una vivencia con ellas. A veces incluso lo que escribo está destinado a que lo lean esas personas. Además, al escribir lo quiera o no tengo en mente a esa persona lectora conocida y desconocida que sé que puede tener acceso a mis textos. No escribo igual que lo haria si no lo fuera a publicar, eso está claro. Después, cuando la entrada sale a la luz, de vez en cuando recibo respuestas aquí, en Facebook, por email o personalmente (de la gente que me conoce). Y en consecuencia, de algún modo les demás están siempre implicades en mis textos. Con lo que visto así, escribir este blog es un proceso social aunque yo lo sienta en su mayor parte como algo que surge de mí, no como un trabajo en grupo.
Y al contrario, también me dan ganas de dudar cuánto en realidad hay de social en esto de publicar textos en Internet. El blog recibe miles de visitas cada semana, y sin embargo, de esas miles de visitas yo solo escucho un número mínúsculo de comentarios. Algunas cosas para mí esenciales de las que he escrito dudo que hayan sido leídas por nadie más que yo misme. Y otros textos que en realidad me son bastante indiferentes o en los que ya ni creo no dejan de recibir visitas y mensajes.
¿Es escribir entonces un proceso social? ¿Lo es necesariamente más cuando escribes en un blog? La mayor parte del tiempo se siente como que escribo al vacío, aunque tenga constantemente la conciencia de que pueda ser leído. Analizado así casi se ve como un proceso paranoico individual, más que un proceso social. Tengo paranoia con que me leen y mis textos son algo público, pero en realidad esa lectura por parte de otros es algo que la mayor parte del tiempo está solo en mi cabeza.