03 junio 2012

A través de la mampara de la ducha

Hay algo hipnótico en observar sin que lo sepa a alguien que se está duchando a través de una mampara o cortina traslucida, vislumbrar el cuerpo desnudo, intuir las zonas oscuras donde el vello corporal se hace más espeso, espiar los movimientos íntimos realizados de forma inconsciente mientras se enjabona con los ojos cerrados, escuchar los sonidos que van produciéndose... Despierta en mi la vena voyerista más clara. 

Y todavía es más fascinante cuando no has tenido el placer de ver a esa persona sin ropa, sobre todo cuando deseas con intensidad tocar ese cuerpo desnudo, olerlo, saborearlo, tenerlo pegado al tuyo. Una ducha cualquiera se puede convertir en el marco de innumerables fantasías...

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