Hoy 20 de noviembre en el mundo se celebran multitud de actividades para recordar a todas las personas trans* que han muerto por culpa de las agresiones basadas en la transfobia, el cissexismo y sus primos cercanos, la homofobia, el machismo y demás. Las personas trans* seguimos sufriendo todo tipo de asaltos a nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras propiedades, nuestras identidades, nuestros entornos, nuestros derechos... Las muertes trans* no son más que la punta del iceberg de las demás violencias (física, emocional, verbal, material, estructural...) que vivimos. Violencias que provienen de todos los ámbitos en los que nos movemos: nuestras familias, nuestres amigues, nuestres conocides, les individues que nos cruzamos de forma casual a lo largo de la vida, la policía, las instituciones, la legislación, las estructuras sociales, políticas, económicas, los estados...
En un día como hoy no puedo evitar sentir dolor, rabia y tristeza al ver que hasta los puntos más básicos de mi identidad trans* me son negados de forma consecuente hasta por las personas que tengo más cerca. Que se dirijan a mí por mi antiguo nombre, por mucho que figure en mi DNI, lo vivo como una agresión. Sobre todo cuando sucede en un día como hoy y por alguien que sabe que es tal día y que yo soy trans*. Lo mismo que el que hablen de mí con pronombres y terminaciones femeninas. U oír como alguien se refiere a mí como "mujer", "chica", "señora" o similar. Y percibir el sexismo que me trata como mujer cisgénero y me intenta subyugar a una posición inferior. Por no hablar de tener que sentir esas miradas escrutadoras buscando en mi torso la señal indicadora de mi género. O ser sometide a preguntas completamente inaceptables por cualquier individue que le venga en gana, que van desde el aspecto de mis genitales hasta el motivo por el que todavía no he decidido quedarme embarazade.
Hablo con mis amigues cisgénero y de cada dos frases una contiene algo que muestra una falta de respeto a mi identidad.
Hablo con el resto del mundo y cada frase contiene un asalto a mi identidad.
Escucho lo que se dice que no va sobre mí en este planeta y cada media frase está llena de presunciones sobre el género, la sexualidad, la identidad, la forma de vida y de relacionarse, la etnicidad y demás, que hacen que mi vida sea completamente invisibilizada y borrada.
Estoy harte de tener que soportar golpes. Físicos. Verbales. Psíquicos. De tener que corregir a la gente. De sentir que no puedo decirle a mis amigues una vez más que sus errores me duelen, porque soy yo quien tiene que ser comprensive ya que elles hacen lo que pueden. De no poder mandar a la mierda a mi jefe cada vez que me llama "muchacha" o me trata como si fuera imbécil solo porque el muy gilipollas me lee como mujer. De no poder pegarle una patada en la boca al conferenciante de turno que cuenta, como me ha pasado hoy, que las mujeres son tal y él como hombre es cual, y por supuesto cual es mejor que tal...
Estoy hasta mi coño-polla de oír basura y ver que lo único que avanza es que ahora hay días como este, Día de la Memoria Trans*, en el que las personas trans*, y solo nosotres, nos juntamos a recordar con velas, canciones y discursos a nuestres caídes en las incontables batallas de esta guerra infinita contra el cissexismo y la transfobia. Es hora de reaccionar. La violencia que vivimos cada día solo merece una respuesta: mayor violencia.
La mayor parte de tus quejas me parecen chorradas. A mí me puede molestar que me consideren gorde, cuando yo me considero estupende; me puede molestar que me consideren vieje, cuando sólo tengo X años.
ResponderEliminarPodría tomármelo como un "asalto a mi identidad", a mí concepto de mí misme, tengo todo el derecho del mundo a tomármelo como me venga en gana, pero los demás también tienen todo el derecho a considerarme como quieran.
Me das pena, tía.
ResponderEliminarEres una amargada, inmadura e histérica.
Lille, me gusta mucho tu política de no borrar entradas antiguas. Yo hasta hace muy poco me identificaba como persona trans y hablaba, como tú lo haces en esta entrada, de transfobia. Hoy no lo hago más, en parte por la influencia de las entradas más recientes de tus blogs. Me agrada tener tanto en común contigo :)
ResponderEliminar