31 enero 2012

¡Ella!

Reunión en un grupo donde en cada convocatoria otro de los participantes o yo siempre recordamos a los que van a asistir que es un espacio queer en el que la gente tiene identidades muy diversas y que no hay que dar nada por sentado sin preguntar. De hecho, en casi todas las reuniones todos nos ponemos pegatinas con el nombre y el pronombre que queremos que se utilice cuando se hable de nosotros. La conversación es en inglés, y yo suelo empezar diciendo que por favor se respeten los pronombres que cada persona elige, y explico que el mío es ZIE, que es un pronombre neutro. 

Esta vez la reunión no está bien organizada. Hay problemas en la ciudad para llegar al lugar acordado y la gente va apareciendo poco a poco. El local reservado no es accesible. No tenemos las famosas pegatinas. No hay un inicio formal de la reunión. No se habla de estas cosas. ¿Y qué sucede? Pues que yo misma lo primero que hago es meter la pata con una de las personas presentes, la única otra que utiliza pronombres neutros. Estoy mencionando algo que ha dicho y en mi inglés me escucho decir SHE. Inmediatamente me siento fatal, me acerco, me disculpo y le pregunto si ese pronombre le parece aceptable. Me contesta que sí, pero que prefiere pronombres neutros. Y yo me paso el resto de la reunión y del día dándome cabezazos contra la pared por lo ocurrido.

El caso es que no veo a esa persona como una mujer, no lo he hecho nunca. Sé que tiene una identidad genderqueer muy parecida a la mía, y de hecho me identifico con sus ideas una gran parte del tiempo. Y sin embargo, yo misma caigo en el error de utilizar un pronombre con género. Si hubiera sido al revés, me hubiera resultado muy extraño. Así que imagino que también le resultó completamente fuera de lugar.

Analizando todo esto, no sé muy bien cómo evitar estas cosas. Mi propia lengua materna, el español, no tiene pronombres neutros, lo que hace muy problemático para mí hablar. En el inglés que escucho a diario, (casi) nadie utiliza pronombres neutros. En danés tampoco. Cuando escribo mi blog escribo en femenino por otros motivos. Cuando la gente me habla y cuando hablo sobre mí la mayor parte del tiempo lo hacemos en masculino. Pero en algunos contextos eso no cala y los demás siguen usando el femenino por mucho que yo use el masculino. Por otra parte, yo siento que tampoco el masculino me representa del todo. Con lo que imagino que para otras personas genderqueer el uso del masculino tampoco sería completamente apropiado. Además, con mi acento, she y zie se pronuncian bastante parecido, con lo que al hablar sin pensar es bastante fácil mezclarlos o malentenderlos si no me esfuerzo en hacerlo claro.

Pero todo esto en realidad no son más que disculpas que siguen sin justificar el error. Con lo mucho que me esfuerzo en hacer visible esto para los demás, es terrible que yo misma caiga en esta trampa. ¡Ay!

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