12 abril 2009

Las feministas lo que desean es que las peguen


¡Se acabó mi paciencia! Estoy hasta el gorro y más arriba de misuegro y ayer ya fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia. Es completamente inadmisible tener que escuchar determinadas cosas, da igual quien las diga. Y aún así normalmente aguanto por amor a mi esposo el discurso machista, los comportamientos inaceptables y las formas sin respeto. ¡Pero es que esto ya es el recolmo! Así que K y yo hemos decidido que no tengo que visitarle ni aguantarle más, porque sencillamente ese hombre no merece mi respeto después de decir las cosas que me ha dicho.

Normalmente en mitad de la cena familiar se pone a dar uno de sus discursos machistas y a tratar a la esposa como la sirvienta y alguien que no puede pensar ni hablar a no ser que él se lo diga y del tema que él decide. A mí eso me pone de los nervios y normalmente acabo quejándome. Ayer sin embargo el asunto fue un poco diferente: no llegamos ni a la cena, porque ya antes durante el café de media tarde habíamos tenido la escenita machista y maleducada en la que tanto nos había tocado las bolas a todos que K le pedido que se controlara y yo me había levantado de la mesa y me había ido dando un portazo. Y eso para no contestarle mal a él. 

Pues bien, luego llegó la cena y en cuanto tuvo una oportunidad de tratar a la mujer desde lo alto, eso hizo y mi suegra, que no suele querer problemas, le dio la razón. ¿El resultado? Mi suegro me dice todo triunfante que vea como no es él el que dice siempre tonterías. Le contesto que yo nunca he dicho tal cosa. Y él contesta uno de sus largos discursos en los que me dice cosas claramente irrespetuosas pero intentando taparlas con mucha palabrería. Y de ahí yo no sé que clase de ataque de locura general tuvo lugar que en breve estaba K, que en general es muy calmado y odia los conflictos, pidiéndole explicaciones a su padre por la barbaridad que me acababa de decir. Y entonces su padre, claro, decidió que era, por yo no sé cuánta vez en la historia, la hora de atacarme abiertamente. Así que empecé a llamarme: eso, feminista, pavo, fascista, poco inteligente, imposible de entenderse lo que digo porque tengo acento, imposible de entenderse lo que digo porque no tengo lógica, imposible de soportarse lo que digo porque soy joven y mujer... Vamos, una sarta de bellos comentarios a los que decidí no callarme y contestar, aunque ya estaba K contestando y defendiéndome.

El asunto es que en mitad de la discusión le dije que era un machista. Y entonces él me dio un discurso machista sobre las mujeres de mi estilo, esas feministas que no soportan nada y que solo sirven para estar con calzonazos. ¿Mi respuesta? Le pregunté si pensaba que su hijo era un calzonazos. Y no dijo que no, pero aparentemente tampoco se sintió con fuerza para negarlo. Y siguió insultándome y cada vez hablando más alto y faltándome más al respeto. Así que en un determinado momento le dije que era un maleducado y que lo único que le faltaba después de todos esos tratamientos tan irrespetuosos era pegarme. ¿Su respuesta? Sí, eso es lo que queréis todas las mujeres como tú, en realidad es lo que estáis deseando, un hombre que os pegue, eso es lo que os gustaría. K ya asqueado le pregunta si de verdad eso es lo que cree que yo quiero y su padre contesta que además lo he estado buscando durante un largo tiempo. ¡Tachán! Claro, a mí con semejante comentario se me acaba todo el poco respeto que pueda tener por alguien que por adelantado me estaba diciendo esas cosas... y entonces ya se transforma en verdadera discusión. K intenta razonar con él pero no hay forma. El padre no se retracta y dice que está contento de haber dicho eso y que es lo que piensa. Y sigue con sus insultos hacia mí. Y yo tengo la paciencia suficiente como para quedarme a escucharle y a rebatirle, todo por amor a K.

Conclusión. Finalmente cuando a mi suegro le dio la gana la discusión se acabó. K y yo nos quedamos hablando en la mesa en español decidiendo qué hacer, y mientras mi suegro intentaba que K le hablara a él de cualquier otra cosa insignificante en vez de a mí, cosa que no sucedió, así que se levantó molesto y se fue. Nosotros charlamos y tomamos una decisión: que no tengo que ir a un sitio en el que se me trata con tan poco respeto. Para él es su padre y no quiere cortar el contacto y yo lo entiendo, pero a mí no me hace falta ir a que me traten mal. Así que después nos levantamos y nos fuimos. Y todo esto con la cena a medias...

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6 comentarios:

  1. No se como has aguantado tanto Lille yo con el genio que gasto acabo seguro a tortas. Menuda paciencia y tu marido ole ole, es tu apoyo y te defiende no todos lo hacen.
    Por desgracia queda mucho machismo y veo que en todas partes. Y hasta los chicos jóvenes son machistas y a veces creo que la culpa la tienen las mismas madres, me explico. Una mujer acostumbrada al yugo de marido educa a su hijo varón a no hacer nada por ser hombre, y luego este lo aplica en su casa.Yo siempre me he negado a esto y no he discutido veces con ella si mi hermano llegaba tarde y se levantaba a calentarle la cena, pero si era yo no como soy chica. Pues yo me ponía mala y a gritos le decía, la cena se la calienta él que tiene manos y aprenda para cuando viva en su casa.
    En mi casa cualquier vestigio de machismo se corta por lo sano. Mi hijo friega cocina y se hace su cuarto, y si quiere una camisa para salir se la plancha el,solo falta que yo cansada reposando el sofá o simplemente tocandome las narices, me levante a planchar cuando no tiene otra cosa que hacer. Así aprende a no ser machista. Bien pues aún hay gente que dice que lo estoy haciendo un nenaza.
    Yo lo veo un hombre capacitado para quedarse solo y no un manazas inútil.
    En fin que me parece que la decisión de no ir a su casa es la mas acertada, no merece la pena sufrir y aguantar tanto cuando te faltan el respeto, la paciencia tiene limites y tu suegro los ha traspasado.
    Vive con tu marido que es con quien tienes tu vida. Y no te alteres no le vas a cambiar.
    Si al menos te pidiera disculpas por grosero.
    Y como bien dices no te hace falta ir para que te traten mal. UN ABRAZO LILLE.

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  2. Sí, machismo hay en todas partes. En España la gente se cree que es solo un problema del sur de Europa o del mundo musulmán, pero te aseguro que en estas sociedades del norte en las que parece que los hombres participan más en las tareas de las casas, etc. existen los mismos problemas.

    No, no va a pedir disculpas. Nunca lo hace.

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  3. Las personas con creencias arraigadas y convencidas de lo que es mejor es su razón dificil tarea llegar a un entendimiento y no lo digo solo por tu suegro. En fin espero que al menos si vuelves a su casa por respeto se muerda la lengua para no ofender a la mujer de su hijo. El está contigo por algo y si el está bien eso es lo que mas contento tendría que tenerle.Si se quiere se puede uno llevar bien respetando las ideas del otro. Saludos afectuosos lille.

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  4. Sí, pero a veces simplemente es mejor no llevarse :-(

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  5. Mujer por supuesto. Ya demasiado que aguantaste, y no sólo ese día, por lo que cuentas... harás bien en no tener trato. Pobre suegra, por eso. Ojalá despierte algún día, pero son situaciones difíciles y como dice anita, lo debe tener tan arraigado que no se dará ni cuenta

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  6. Kissu, es verdad, pobre suegra :-(

    La verdad es que estoy mucho más tranquila desde que no tengo que ver y oír determinadas cosas.

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