Tengo miedo a que pienses que las cosas suceden por algún tipo de destino cósmico que dirige nuestras vidas y nuestras acciones y que por eso todo ha vuelto a acabar así. Pero yo sé que no es así. Las cosas suceden porque sí. Por casualidad. No hay ningún motivo para que lo que ha pasado o lo que ha dejado de pasar haya sido así. No hay más motivo que una unión de casualidades que hacen que tú por momentos puedas estar tan cerca y por momentos tengas que estar tan lejos. No hay destinos predestinados, no hay causas místicas ni mágicas para todo esto. Solo hay hechos. Hechos que se suceden sin que podamos controlarlos. Hechos que no tienen control, ni nuestro ni del destino.
Totalmente de acuerdo. Y en desacuerdo a la vez. Porque siempre estará esa pequeña parte por descubrir (en caso de que realmente exista) si hay un "algo" que controle de alguna forma lo azaroso.
ResponderEliminarSea como sea, no me quita la satisfacción de haber pasado por lo que he pasado y miedo por pensar lo que he podido perder por, simplemente, no cruzar un paso de cebra dos minutos más tarde o decir la palabra exacta en el momento idóneo.
El caso es que yo no creo que pueda haber algo que controle el azar. El azar es azar. Pero entiendo tu sensación.
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