Como contaba en esta entrada, estuve viendo una película porno sobre sexo entre mujeres. Se trataba de un evento organizado en un grupo de lesbianas de más de 40 años en una asociación LGBT de Dinamarca. Primero vimos la película y luego había planeado un debate sobre sexualidad lésbica. Ahora que ya os he hablado sobre la película quiero hablaros sobre la reacción de las mujeres allí presentes, porque me parece realmente impresionante.
Al inicio de la proyección había como 40 ó 50 mujeres en la sala, es decir, estaba completamente llena. La película comenzó con las entrevistas y la luz encendida. Cuando llegó la parte del sexo apagaron la luz. En la primera escena, que era la que incluía fisting vaginal (introducir toda la mano en la vagina) una de las mujeres se levantó escandalizada o asqueada y se fue. La siguiente escena, entre una mujer y un hombre transgénero preoperado, es decir, todavía con pechos y genitales femeninos, provocó algunos murmullos, sobre todo en el momento de la utilización de un dildo y, cómo no, cuando una de ellas se puso pinzas en los pezones, casi la única referencia al mundo BDSM en toda la película. Tras eso llegó la escena del sexo anal. Inicialmente una de las dos chicas saca de una bolsa toda una colección de dildos y eso sin duda fue un motivo de comedia entre la mayoría de las presentes. Pero todavía lo fue más que la cama en la que tienen sexo hiciera ruido. En esa escena un par de mujeres más abandonaron la sala. Luego llegó la escena con el hombre transgénero que se había operado para quitarse los pechos, aunque sus genitales eran femeninos. En cuanto esa historia comenzó un gran porcentaje de las asistentes abandonaron la sala. 9 mujeres se fueron, 4 salieron a fumar y regresaron más tarde, un par aprovecharon para ir al baño y otra para ir a servirse algo de beber. Cuando la mujer eyaculó en la mano del hombre transgénero dos mujeres más se levantaron, una de ellas comentado que esto era demasiado, y se fueron. Por último llegó la escena del baño. Ya quedábamos menos de la mitad y otro par tampoco tuvieron paciencia para esperar a que terminara. Y en cuanto se acabó varias mujeres se levantaron y se fueron con actitud bastante escandalizada. Así que para el debate de la sala llena nos quedamos como unas 15 mujeres.
Si todo esto ya me parecía digno de estudio (de hecho como podéis ver fue lo que hice), todavía más interesante fue escuchar a las mujeres que quedaban en la sala. Las allí presentes fueron las "valientes", es decir, las capaces de soportar el ver porno y también hablar de sexo después. Si tenemos en cuenta ese factor, todavía resulta más chocante lo que siguió, porque sin duda las mujeres que abandonaron la sala anteriormente piensan algo todavía más conservador que las mujeres que permanecieron en ella. De ellas solo dos más y yo teníamos comentarios positivos sobre la película y sobre el porno en general. Las demás mujeres pensaban que ver porno es algo que no interesa a las mujeres. Lo comparaban a ser voyeur y esto, claramente, a algo negativo. Afirmaban además ser incapaces de excitarse viendo una película. Y pensaban que ver una película porno tiene que ser algo con historia y en un ambiente más atractivo, con imágenes más suaves. Además hubo muchas risas y comentarios sobre que eso era sexo para jóvenes y que era desagradable verlo si no estás tú misma metida en la escena. Cuando la mujer que lo había organizado intentó hablar sobre sexo seguro todas rechazaron la idea. De hecho, no solo rechazaron la idea sino que se justificaron con tópicos completamente falsos y con algunas afirmaciones que directamente son burradas de calibre mayor, como que la piel de la vagina es muy resistente y que es casi imposible hacerle heridas. ¡Toma tomate! Y todo curiosamente mientras criticaban y se reían de las que se habían ido antes. Tras muchas generalizaciones sobre que las mujeres no somos tal y sí que somos cual, y tras insistir en que el sexo entre mujeres no es como se mostraba en Pour une nuit y las fantasías menos, la organizadora intentó llevar la conversación a hablar sobre fantasías sexuales. Esto también fue completamente rechazado. La respuesta: de algo tan privado no se habla. De hecho, la organizadora que es conocida por tener unas ideas mucho más abiertas recibió la sugerencia de crear otro grupo diferente para poder hablar de sexo y fantasías si eso era lo que le interesaba. ¿Queréis oír el nombre del grupo sugerido? Lesbianas swingers. Es decir, que asocian el hecho de tener una mentalidad abierta en cuanto al sexo a ser swinger (esto es intercambiar parejas y tener sexo esporádico). Por supuesto, también hubo varios comentarios sobre las personas transgénero y si eran o no eran transgénero pues tenían cuerpos de mujer.
El caso es que salí del evento decepcionada. No por la película ni por la organización, sino por la actitud de las mujeres lesbianas danesas de más de 40 años. Si se piensa con cuidado, cabe esperar que esas mujeres sean más abiertas en principio que la media de la sociedad para hablar sobre temas sexuales porque llevan muchos años hablando y defendiendo su propia sexualidad como mujeres homosexuales en una mayoría heterosexual. Y para seguir dentro de las mujeres homosexuales son las que se interesaron por adelantado suficientemente en el tema como para ir a ver la película. Y entonces una se da cuenta de que si las mujeres supuestamente abiertas piensan así y reaccionan así, ¿cómo reaccionan y piensan entonces la gran mayoría de las mujeres, que no estaban representadas en la sala? Lo cual me lleva a considerar una vez más el terrible poder del machismo y cómo afecta a las mujeres en su sexualidad. Si estas mujeres, que han crecido y vivido el feminismo, que luchan por su derecho a ser lesbianas y que han crecido en una sociedad moderna y abierta en la que la pornografía fue legalizada antes que en ningún otro sitio, son capaces de reaccionar así ante su propia sexualidad, el mundo sencillamente está mucho más atrasado en cuanto a la situación de las mujeres que lo que vamos creyendo. Y eso es terrible, porque ya sabemos y creemos que la situación es mala.
Qué pena... En una reunión con un grupo de chicxs francesxs e inglesxs, hablando de pornografía, todas las chicas (universitarias, supuestamente progresistas y con ideas feministas, según ellas) consideraron que las mujeres no tenían interés en el porno, porque no necesitaban el sexo, como sí lo necesitaban los hombres, y porque ellas requerían de amor para poder disfrutar. Todavía no me he liberado del shock... Y de las miradas de asco y sorpresa que me dirigían, claro.
ResponderEliminarJajjajajajaaajajaja! Sé muy bien de lo que hablas. he visto y oído lo mismo que describes en salas de cine alemanas. Y muchas no son mayores de 40 años ni mucho menos.
ResponderEliminarA lo mejor debías haberles dicho cómo tenían que sentirse y opinar, haberles aclarado a esas "lesbianas de más de 40 años" que si estaban tan retrasadas en sus sentimientos y opiniones lógicamente era por culpa del machismo como tan certeramente apuntas...supongo que después de conocerlas a todas, saber de sus vidas tanto como para afirmar eso sin mas.
ResponderEliminarAunque bien es cierto que echarle la culpa al machismo de las opiniones y sentimientos de unas desconocidas me recuerda demasiado a Don Francisco culpando de todos los males de España a la "conjura Judeomasónica".
¿Tan difícil es de aceptar que no piensan como tú "sabes" que deberían?.
Un saludo y felicidades por un blog realmente interesante y trabajado.
Gabriel.
Veo que hay más gente que ha vivido lo mismo que yo menciono... y no sé si alegrarme o preocuparme.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que dices, Gabriel, dame por favor tú otra explicación diferente entonces.
Saludos a los tres.