Una de esas verdades de la sociedad que siempre me ha parecido extraña es eso que siempre se escucha: la desesperación no atrae. Lo que con ello quieren decir es que si te gusta alguien y muestras mucho interés, esa persona en lugar de acercarse se va a ir corriendo agobiada. O por lo menos desde luego no va a tener interés en ti. Por eso hay que jugar a ese juego en las relaciones y no ser el que muestra más interés. Por eso hay que esperar para volver a llamar después de la primera cita. Por eso hay que esconder lo que uno siente. Todo para evitar que la persona salga espantada por tu supuesta desesperación.
Con este asunto también tengo una posición ambivalente. Me parece que es una verdad a medias de esas que siempre me han irritado.
En mi vida yo por lo menos he probado una y otra vez que si uno se atreve a mostrar interés, normalmente en la otra persona se despierta el interés y no al contrario. Si ambos juegan a ese juego de no ser el primero en dar el paso, lo habitual es que la micro llama que se había encendido se apague. La inseguridad y lo que parece falta de interés del otro hacen que tú mismo te dejes de interesar tanto y acabes buscando otro sitio en el que poner tu atención. Sin embargo, si uno de los muestra que el otro le gusta y lo hace de forma clara pero comedida, es decir, sin parecer desesperado, creo que al otro le suele halagar, impresionar y eso suele llevar a algo más serio y más profundo. La clave está en que para que esto funcione ambas personas deben sentir inicialmente interés, aunque no sea mucho.
Sin que se cumpla este requisito sin embargo las cosas suelen ir de forma muy diferente. Si muestras mucho interés por alguien que no tiene casi ningún interés, esa persona suele salir espantada. Y no es necesariamente por tu interés, sino por su falta del mismo. Con lo que al fin y al cabo tampoco está mal mostrar tu interés si así descubres que en realidad esa otra persona no lo tiene en ti. Así las cosas avanzan, aunque sea en una dirección diferente a la que deseas.
Lo que creo que es cierto que espanta a todos es la verdadera desesperación. Y eso yo creo que lo que quiere decir es otra cosa diferente a lo que la gente va pensando. No es mucho interés. Ni siquiera es demasiado interés, aunque es cierto que esto último es negativo ya que "demasiado" demuestra que la persona que recibe ese interés no lo desea así. Desesperación es más bien interés clarísimo y fuera de proporción no en la persona que recibe la atención, sino en el hecho de querer estar con una persona... cualquiera. La persona en concreto en realidad no es tan importante. Lo verdaderamente importante es que haya una persona. Eso creo yo que espanta a cualquiera.
Por eso, es verdad, la desesperación no atrae, pero creo que hay que redefinir el significado de esa palabra al hablar de ella, porque tal como se hace ahora creo que produce más daño que provecho haciendo que la gente oculte sus sentimientos y a menudo pierda oportunidades maravillosas de estar con las personas objeto de su atención.
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