31 agosto 2011

Confiamos también en los extranjeros

En Dinamarca el ambiente político y social en cuanto a la inmigración y las personas no nacidas en Dinamarca o con un origen étnico minoritario es terrible. La mayoría de los partidos siguen la tónica creada ya hace muchos años por Dansk Folkeparti, el partido nacionalista y racista. Su avance ha hecho que todos los demás giren en su dirección, que no se pueda hablar de los no-daneses de forma positiva, sin soltar una lista de prejuicios, lugares comunes y barbaridades. Hablar de la inmigración como algo que no sea un problema es un hecho no existente en la política danesa desde hace muchos años. Lo mismo sucede al hablar de las personas que tienen un origen étnico diferente al danés aunque sean ciudadanos daneses y/o hayan nacido en este país. Somos elementos problemáticos a los que hay que ayudar, integrar, expulsar, desfanatizar, adoctrinar, mantener económicamente, vigilar...

En ese clima, aunque se ha hecho esperar más de una década, no es raro que al final alguno de los partidos acabe reaccionando y creando una campaña como esta:


Confiamos. También en los extranjeros.

Terrible, ¿no? En sí mismo y sacado del contexto danés, este anuncio de Radikale Venstre es horriblemente xenófobo y debería provocar una ola de escándalo. Pero, sin embargo, en el contexto danés lo único que hace es poner claramente por escrito lo horripilante de la situación. Aquí donde hay muy pocos partidos que intenten tener una política civilizada sobre los extranjeros, escribir esto hace que se levanten cejas y provoque conmoción y escándalo, pero el escándalo opuesto: ¿Cómo vamos a confiar en los extranjeros?

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30 agosto 2011

Wikipedia y cishomonormatividad

Ayer utilicé toda la mañana para crear un artículo en Wikipedia en inglés sobre un término que yo y otros activistas echábamos en falta: CISHOMONORMATIVIDAD. En Wikipedia existía el término heteronormatividad, y dentro de él alguien había escrito ya un pequeño párrafo sobre homonormatividad. Sin embargo, en los ambientes en los que yo me muevo, prefiero y prefieren usar cisheteronormatividad y cishomonormatividad para no invisibilizar que también se trata de un asunto de identidad de género no solo de orientación sexual. 

Pues bien, no había terminado de redactar el artículo original (cishomonormativity, en inglés) cuando ya alguien lo había propuesto para que fuera borrado. La primera sensación que tuve fue de hastío. Lo cierto es que casi nunca contribuyo con nada en Wikipedia porque he vivido ya en varias ocasiones que los artículos, plantillas y cambios que hago son eliminados sin explicaciones o sin motivo aparente, al menos para mí. Wikipedia está llena de imbéciles y las cosas sobre las que yo escribo a menudo son tan minoritarias que el tipo de turno que lo elimina cree que no es adecuado, no sabe suficiente o sencillamente no está de acuerdo o no le gusta lo que escribo. 





Cuando terminé con el artículo en inglés, redacté, sin muchas ganas ya, la versión en español que es una traducción rápida de lo que escribí en inglés. La falta de ganas se debía, por supuesto, a la sensación de estar perdiendo el tiempo. Si utilizo varias horas para algo y sencillamente desaparece unos minutos después, es mejor para mí escribirlo en mi blog que ir a Wikipedia y ponerlo allí al alcance de todo el mundo.

Lo curioso es que sin embargo al publicar el enlace en mi Facebook y enviárselo a un par de amigos activistas, el artículo inglés ha sido muy bien recibido y de hecho se está expandiendo por las redes bis y trans. Pero eso al energúmeno de turno en Wikipedia no le vale de nada, por supuesto.

Pero, ¿por qué borrar este término? Unos argumentan que como neologismo no tiene cabida en Wikipedia. Cosa que me hace reír porque Wikipedia es justamente una enciclopedia llena de neologismos. De hecho, casi la fuente más fiable cuando los buscas. Pero hay otros que argumentan que es lo mismo que heteronormatividad. Y eso me cabrea. ¿Cómo va a ser lo mismo? Precisamente se trata de un fenómeno muy diferente y que, aun estando emparentado con la heteronormatividad, tiene sus estructuras, sus métodos y sus motivos propios, además de sujetos y agentes muy diferentes. ¿Podría ser que el patán de turno que no ve la diferencia sea cishomonormativo él mismo? Probablemente.

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29 agosto 2011

Sin derecho al voto no hay democracia

Parece que algo que escribí en esta entrada ha creado confusión. ¿Por qué no puedo votar en las elecciones danesas? Sencillo y en realidad nada diferente a lo que sucede en los otros país, de hecho no tengo constancia de que sea de otro modo en ningún sitio. Para poder votar en las elecciones generales hay que tener la nacionalidad de ese país.

Sencillo digo, pero con ello no digo ni que esté de acuerdo ni que me parezca que deba seguir siendo así. Todo lo contrario. Cuando vivo en este país de forma permanente, ¿por qué no puedo votar en él independientemente de lo que diga mi pasaporte? ¿Por qué no puedo participar en la democracia y las decisiones que se toman como los habitantes que han nacido aquí o los que tienen la suerte de haber nacido en un lugar con el que Dinamarca acepta la doble nacionalidad? ¿Por qué no puedo tener acceso a la forma más básica de poder que hay en una democracia? Motivos justificables desde luego yo no encuentro ninguno.

En la Unión Europea hemos obligado a los países integrantes a permitir que los nacionales de otros países comunitarios participen en las elecciones municipales. Eso algunos lo han extendido a otros inmigrantes, no solo a los comunitarios. Y sin embargo, ¿por qué motivo es más importante votar en las elecciones municipales que en las nacionales? Las decisiones que más afectan mi vida no se toman a nivel municipal, sino a nivel estatal. El tono de la política del país no se establece en esas elecciones secundarias, se establece en las campañas electorales que dan verdadero poder a los partidos políticos. 


El hecho de que los inmigrantes no podamos votar en las elecciones estatales, regionales y muchos tampoco en las municipales es una muestra clara de la falta de democracia en todos los países. Si un determinado porcentaje de la población (que a veces es elevado) no tiene acceso al voto, ¿se puede hablar de verdadera democracia? ¿O estamos más bien en un sistema que imita a los antiguos griegos y romanos, en el que los que se consideran ciudadanos tienen derecho al voto y los que no se consideran así, solo tienen la obligación de seguir las leyes? Por aquel entonces eran solo algunos individuos nacidos en las familias adecuadas y en el sexo masculino. Ahora nos reímos de esos ejemplos y hablamos de ellos como democracias incipientes, democracias no reales en las que ni las mujeres, ni los esclavos, ni los extranjeros, ni los jóvenes (ni los no-pudientes y nobles en Roma) tenían voz y por tanto, tampoco acceso al poder. ¿Qué diferencia hay con nuestro sistema de ahora? El llamado sufragio universal no es universal en ningún lugar. Antes era sufragio masculino o sufragio censitario,  ahora es sufragio por nacionalidad. Mientras haya gente como yo que no pueda votar y que sin embargo se vea afectada por las decisiones tomadas, ¿cómo se le puede llamar sufragio universal y al sistema en el que sucede democracia?

Por otra parte, el que no podamos votar tiene consecuencias enormes en la política de los partidos (y por tanto en nuestras vidas). En su populista búsqueda de votos, se utiliza a los excluidos como cabezas de turco, como chivos expiatorios, como imágenes para crear miedo en la población con derecho a voto. Así, la política gira en una dirección xenófoba, racista, islamófoba y nacionalista que seguramente no sería tal, o al menos en tal grado, si nuestros votos fueran posibles. Bien se preocuparían la mayoría de los partidos de no perder un determinado porcentaje de los votantes. Y eso afectaría al clima general que se vive políticamente.

Lo más curioso es que se habla constantemente de integrar a los extranjeros en la sociedad en la que residen. El primer paso sería permitirnos participar en el proceso democrático, tener voz y voto. Sin ningún acceso al poder, ¿quién se puede sentir parte real de esta sociedad? Desde luego yo no.

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28 agosto 2011

La imperfección en tu cuerpo

Cuando te tengo desnuda ante mí y puedo pasearme por cada centímetro de tu piel, adoro detenerme en todos esos detalles imperfectos. Cada lunar, cada arruga, cada agujero en la piel, cada pelo en un lugar donde en teoría no debería haberlo, cada rugosidad, cada tosquedad, cada forma no normativa, cada cicatriz, cada asimetría, todo eso supuestamente no deseado y no bonito, todo lo que te hace más real, más humana, más animal, más tú. Esos son los detalles que recuerdo cuando no te tengo delante. Las cosas que me hacen echar de menos mi tacto sobre tu cuerpo, mi mano sobre tu piel cálida. Es justamente la imperfección de tu cuerpo lo que lo hace tan bello ante mis ojos y lo que para mí te hace tan atractiva.

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27 agosto 2011

Sentimiento físico

No sé por qué es así, pero contigo las cosas que siento se transforman en sentimientos muy físicos. En reacciones completamente corporales. Cuando me entero de algo que has hecho que me parece profundamente desagradable noto ganas de vomitar en el sentido más literal de la palabra. Cuando estando tú triste nos abrazamos, nos acariciamos y nos estamos susurrando cosas al oído, al irte mi cuerpo tiembla de la intensidad y la autenticidad del momento compartido. Cuando me abrumas con tus ataques y tus ganas de quedar por encima siento como si de verdad hubieras puesto todo el peso de tu cuerpo sobre mi espalda. Cuando creo intuir la posibilidad de tu deseo me siento fluir a mares. Cuando me comporto de forma que me avergüenza ante algo que tu provocación me ha llevado a hacer, siento que el calor de la sangre acudiendo a mi piel invade cada centímetro de mi cuerpo. Cuando escribes algo que me duele, siento como si me hubieras clavado un puñal en el estómago y me falta el aire. 

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26 agosto 2011

Elecciones en Dinamarca

Por fin se ha decidido. Esta mañana Lars Løkke Rasmussen ha convocado las próximas elecciones nacionales danesas para el 15 de septiembre, tras meses de espera y especulaciones. Por supuesto, lo hace en un momento en el que las encuestas dicen que su partido está subiendo en el nivel de popularidad. Ninguna otra cosa importa, solo retener el poder que su partido, Venstre (la derecha política), ha monopolizado en compañía de Det Konservative Folkeparti (los más conservadores) y el apoyo muy condicional de Dansk Folkeparti (puro racismo en acción) durante la última década.

Ahora nos esperan tres semanas de tortura completa y absoluta en la que las campañas electorales de los distintos partidos caerán otra vez todo lo bajo que puedan y alcanzarán nuevas cotas en su populismo utilizando sentimientos xenófobos, racistas, islamófobos y nacionalistas para intentar arrancar unos cuantos votos indecisos. Todos y cada uno de los partidos seguirán ese camino por el que ya transitan alegremente. Hasta los escasísimos que se intentan separar de esta retórica en las campañas que han iniciado a lo largo del verano caen de forma escandalosa en ella. 

Nos quedan tres semanas de no poder encender la televisión, abrir el periódico, pasear por la calle, poner la radio, navegar por Internet o ni siquiera abrir Facebook sin tener que oír insulto tras insulto dirigidos a la gente como yo, los racializados, los etnizados, los "no daneses" (aunque algunos de nosotros y hasta nuestros padres hayan nacido en este país), los que somos utilizados para atemorizar a la población, los que no tenemos derecho al voto en esta supuesta democracia y cuyas opiniones por tanto son indiferentes a la hora de realizar una campaña política. 

Tres semanas. Pero después tampoco podremos respirar tranquilos. Mucho menos. Porque entonces, gane quien gane, será la hora de cumplir algunas de esas promesas y mostrar a los que votan que la democracia funciona, que la mayoría tiene razón y que la forma de vivir "sin miedo" para todos los demócratas es creando más leyes que discriminen a las minorías, que aumenten la desigualdad social, que erijan más fronteras, que promuevan el odio y que eliminen más y más de los escasos éxitos que las luchas obreras, feministas, queers, inmigrantes, laicistas habían alcanzado. 

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25 agosto 2011

Mis gilipolleces las pago yo

Como digo aquí, no quiero jugar a ver quién muestra más o menos interés en una relación. Y sin embargo en una ocasión últimamente he caído en algo que visto desde fuera lo parece y en consecuencia he pagado el mismo precio. 

Estaba tan harta de llamarte yo cada vez, de ver que mostrando mi interés el tuyo deja de ser visible aunque exista, de hacer acuerdos que luego tú cambias en el último momento para mostrar que eres tú y no yo la que toma las decisiones porque eres tú y no yo la que lucha por el poder, que llegó una tarde en la que aunque teníamos un plan que para mí era muy importante, decidí no llamarte. No para mostrar indiferencia, porque ya había dejado claro que no sentía indiferencia ante ese plan que yo misma había sugerido. Sino para dejarte claro que si sigues jugando al final me canso del juego y de ti. 

Llegó la hora en la que nos teníamos que ver y no había oído nada de ti. Así que en mi cabreo tomé la decisión de mandarte a la mierda y alejarme. Dejar de hablarte. Si esa era la forma de detener tu ansia de estar por encima, lo prefería a tener que aguantar más desdenes. 

Y ¿qué sucedió? Que mi decisión estúpida, que vista desde fuera me hace ver que tú creías que yo también estaba jugando a mostrar indiferencia, me vino y me mordió a mí. Mis gilipolleces por tanto las pago yo misma y en realidad es lo mejor, porque eso me enseña a ser más consecuente con lo que digo y pienso y la próxima vez no hacer lo mismo.

Al rato llamaste preguntando dónde estaba. En realidad no estabas jugando a mostrar indiferencia. Solo fue un malentendido. Tú creías que habíamos quedado ya allí, que estaba claro, y yo no lo tenía claro. Y en lugar de llamarte y aclararlo, di por sentado que tú jugabas y reaccioné de forma inadecuada, no llamando. Así llegué tarde a nuestra cita y me perdí una gran parte de eso que tanta ilusión me hacía. Pagué el precio de la estupidez.

Así que ahora ya lo sé. No solo no tengo que jugar, sino que tampoco tengo que hacer cosas que vistas desde fuera o vistas por ti puedan parecer juego. Porque al final en la práctica es como si lo fueran, y las consecuencias, como con el juego de verdad, las pago yo misma y no son agradables.

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24 agosto 2011

Cuando más tengo que decir menos puedo decirlo

Yo que por lo general parezco tan elocuente y capaz de expresarme y soltar de forma directa sin ningún tapujo cualquier pensamiento o sentimiento, creo que confundo a algunas de las personas a mi alrededor que, acostumbradas a mi estado general, se ven desconcertadas y no pueden entender muy bien que a veces en los momentos en los que tengo más cosas verdaderamente importantes que decir es cuando no soy capaz de abrir la boca y explicarme. Si algo me afecta en serio personalmente, en ocasiones hasta que comprendo mis pensamientos y sentimientos y reúno las fuerzas para verbalizarlos me lleva un poco de tiempo. Si la persona que está a mi lado tiene la paciencia para aceptar que es así y darme ese tiempo de reflexión o empoderamiento, sé que siempre acabo soltando lo que tengo dentro y necesito decir. La presión temporal sin embargo no me ayuda. Y tampoco la impaciencia, la falta de interés o ver que la persona frente a mí no es capaz de entrever en mis frases cortas y mi mímica más calmada el algo que me pasa y lo que necesito en ese momento. 

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23 agosto 2011

Mi identidad la conoce medio mundo

Desde el principio he tenido la intención clara de que este blog y mi identidad como persona fuera del ordenador fueran dos cosas independientes y que no se pudieran relacionar. Motivos para ello hay muchos:
  • Desasociar la idea de blog personal a una persona. (Activismo bloguero).
  • Hacer de este blog una herramienta de activismo en la que, mezclando mi vida personal, muestro las múltiples facetas, y no solo un tema de interés, que tiene una persona activista. (Activismo sobre la multiplicidad y fluidez de las identidades).
  • Por tanto hablar sin tapujos de mi vida personal y la gente que me conoce fuera del ordenador también. (Búsqueda de mostrar sinceridad en su extremo).
  • Evitar las locuras de los troles que no conozco y que creen que por leer algo en mi blog sobre mí o mis ideas tienen derecho a agredirme verbalmente, con lo que imagino que físicamente también sería posible. (Precaución).
  • Evitar los avances sexuales de gente que cree que porque escribo como escribo en mi blog tiene derecho a ser agresiva sexualmente. (Más precaución).
  • Tener dos identidades, y que sea la que vive bajo el seudónimo la que es propietaria de este blog y no yo como persona. (Activismo sobre los derechos de autoría).
  • No tener un único nombre asociado a mi persona. (Activismo lingüístico desuniendo los significantes de los significados).
  • No asociar mi activismo físico con mi activismo cibernético. (Libertad).
Sin embargo, esta intención originaria, que al principio funcionaba perfectamente, cada día me es menos posible por circunstancias que no puedo controlar. Si bien es cierto que yo a veces doy demasiados datos que hacen que alguna gente que me conoce fuera del ordenador y también lee mi blog pueda identificarme (me ha sucedido varias veces), por lo general la causa es otra: una persona que lo sabe se lo dice a otra. Así, aunque yo de mi boca solo se lo he contado o confirmado a unos cuantos amigos, ahora sé que de algunas de esas bocas la noticia se ha expandido enormemente. Es una cadena que es imposible controlar.

Aunque en realidad supongo que no tiene tanta importancia (o eso espero si no se vuelve peligroso, porque a veces llega a agobiarme, recibo muchos emails muy agresivos), me gustaría poder tener yo las riendas de lo que decido o no decido hacer con mi vida, y que la gente respetara esas opciones y decisiones que me corresponden a mí tomar.

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20 agosto 2011

Bebiendo agua de cloacas

Si estás en Copenhague, a no ser que tengas la suerte de vivir en Vesterbro o Amager, habrás estado como yo bebiendo agua de las cloacas sin saberlo durante los últimos días. Aparentemente en este país en el que no deja de llover nunca, no están preparados para lluvias copiosas, solo lluvias eternas. Después de varias inundaciones en las últimas semanas, ahora han descubierto que el agua potable de Copenhague que tenemos todos en los grifos se ha mezclado con agua contaminada y en estos momentos todavía no se sabe ni el motivo exacto ni el peligro de la situación. La noticia se dio a conocer ayer por la tarde, para los que tenían capacidad de entender danés, claro está, a través de los periódicos y televisiones. Hoy, hace unos minutos, me ha llegado un sms (solo en danés también) del Municipio diciéndome que no beba agua del grifo. Supongo que mejor tarde que nunca... pero vamos, desde ayer que lo saben no sé yo cuánta gente ha estado bebiendo sin ser consciente del peligro.

Y ahora todos a vivir entre bacterias E. Coli. Como tengan un efecto rápido y catastrófico el centro, donde hoy se celebra el Orgullo, va a ser un verdadero caos.

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19 agosto 2011

Nacionalidad y enfermedades venéreas

¿Me puede explicar alguien la relevancia de la nacionalidad a la hora de hacerse una prueba de VIH o de cualquier enfermedad venérea? Porque aparentemente es un dato muy relevante según el sistema médico danés. Cuando acudes a Venereaklinikken en Bispebjerg Hospital, la única clínica pública en la que se hacen las pruebas de VIH y enfermedades venéreas en Copenhague, una cosa que siempre les interesa mucho es saber la nacionalidad de las personas con las que has tenido relaciones sexuales. Si contestas que son danesas, no hay más preguntas y no se anota nada, si contestas que son extranjeras, quieren saber de dónde son y qué tipo de prácticas sexuales has tenido con esas personas en concreto y, por supuesto, todo es apuntado de forma diligente. ¿El motivo? Flagrante xenofobia. Especialmente porque Dinamarca no es precisamente un país en el que las enfermedades venéreas no circulen a sus anchas. De hecho, la clamidia que se utiliza como factor de medición para ver la cantidad de personas que tienen sexo no seguro no deja de aumentar en los últimos años en todos los grupos.

Pero no solo eso, sino que también en las propias estadísticas del sistema sanitario nacional aquí se dividen los nuevos casos de contagio anuales de clamidia, sífilis, gonorrea y VIH en cuatro grandes grupos: daneses, inmigrantes, turistas y segunda generación de inmigrantes. Por supuesto, en todos los informes el número de contagios es muchísimo mayor entre los "daneses". Y cómo no, también se intenta averiguar si los contagios han sido en Dinamarca o en el extranjero. Y por supuesto, los contagios suceden mayoritariamente en Dinamarca. Pero incluso así no se deja de preguntar por la nacionalidad de las personas y no se deja de buscar una explicación foba. Avergonzador.

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Dejo de comer

El año pasado ese juego ni buscado ni deseado me hizo perder el sueño, el apetito, muchos kilos y muchas otras cosas necesarias cuando se desea seguir viviendo de forma sana. Este año me veo que voy por el mismo camino. No he podido dormir más que 4 horas. No he podido apenas comer. Y mi estómago se retuerce de incomodidad, estrés, tensión, preocupación, temor. Me da miedo tu efecto en mí.

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17 agosto 2011

Manifiéstate en contra del Papa

Leyendo la mayor parte de los periódicos españoles, España da una imagen estos días lamentable. Un país ultracatólico, ultraconservador, lleno de fanáticos religiosos en el que es normal y aceptable expresar opiniones que van en contra del laicismo y la libertad religiosa de todas las confesiones, no solo la de la mayoría dominante. Un país en el que los políticos son manipulados por la Iglesia. Un país supuestamente laico en el que los centros de educación públicos hacen proselitismo religioso, en el que la Iglesia se atreve a amenazar a los políticos elegidos democráticamente y en el que dentro del parlamento se expresan opiniones completamente escandalosas en favor de una institución corrupta, en el que se financia y se permite la actividad de un grupo de parásitos que deberían ser juzgados por crímenes contra la humanidad, en el que se recibe con honores a un déspota que representa una ideología que promueve la discriminación, el odio y la muerte. Y todo con la sonrisa y la complicidad de todos esos borregos que deciden seguir a su malvado pastor. La simbología que utilizan es clara: mejor no pensar y seguir en masa los gritos bárbaros e incomprensibles del abusador de turno. Como ya sabemos, el pastor tiene ovejas solo por un motivo: las utiliza. Y las que no le son útiles, prefiere que no existan. 

Esta tarde en Madrid, a las 19.30 en Tirso de Molina, empieza una gran manifestación en contra de la visita del Papa. Aquí en Dinamarca las protestas sí que se vuelven noticia, no la orgía pública de los fanáticos iluminados. Participa y haz que el mundo descubra que no todos los españoles son (ultra)católicos. 

POR UN ESTADO LAICO. 

Y ya de paso, firma este manifiesto.

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16 agosto 2011

Prince en Copenhague

Después de tanto tiempo con el sueño, por fin llegó el día en el que se cumplió, aunque sea de forma un poco peculiar y con unos cuantos tropezones en el camino. Prince vino a Copenhague hace una semana para tocar dos días en el festival NPG en 10-øren, una explanada de césped en las afueras de la ciudad. Al final su visita se convirtió en 4 conciertos, otros dos en Amager Bio, una sala pequeña en la que aparentemente le gusta tocar por sorpresa. Y yo escuché y semi vi dos de esos cuatro conciertos, cosa que satisface (y aviva) en gran medida mi pasión por él y por su música.

Por supuesto, los conciertos tampoco eran precisamente baratos este año. De hecho fui en la madrugada a Amager Bio a uno de esos sorpresa y no pude pagarlo, así que me volví a casa. Los conciertos en 10-øren eran todavía más caros. Pero tenían un truco. Al tratarse de una explanada de césped, podías colocarte fuera de las vallas metálicas y escuchar como si estuvieras dentro. De hecho, podías ver hasta las pantallas. Así que desde fuera sin pagar estuvimos las dos noches un pequeño grupo de gente con interés y sin pelas disfrutando de su música. 

Lo que no deja de sorprenderme es que una cantidad ingente de gente llegó mucho después de que el concierto hubiera empezado, y mucha más todavía se fue antes de que terminara. Pagar para eso sencillamente no lo entiendo. La gente con dinero suficiente ni valora el dinero ni valora el arte. Una pena.

La primera noche fue una mezcla de magia y un desastre total. Había estado esperando con ansia ese día. Tenía una cita. Y por un malentendido no nos encontramos y me perdí el inicio del concierto. Eso unido a que tenía un mal día por otros motivos, no me ayudó a tomármelo con calma. Cuando uno sueña con algo tanto, si el sueño se estropea, la decepción se siente mucho mayor. Sin embargo luego escuché con ella Purple Rain y lo disfruté tanto como había deseado y más. Sobre todo porque justo después de la canción como por arte de magia empezó a llover torrencialmente y de forma brusquísima. Lluvia púrpura cayendo del cielo mientras la gente salía a carreras canturreando Purple Rain y nosotras saboreábamos el momento bajo el paraguas. El concierto se suspendió.

La segunda noche no tenía pensado ir al concierto, pero cambié de idea después de la experiencia del primer día. También tenía una cita. Y esta vez no hubo malentendidos, estuve con él y disfruté intensamente del concierto desde el inicio hasta el final. No hubo lluvia torrencial y tampoco se suspendió, y Prince estuvo magistral, tocando una infinidad de grandes éxitos y canciones menos conocidas. Y al final, en el último tema, mi amante y yo nos colamos y vimos el concierto desde dentro, lo cual anima porque por fin pude ver a Prince no solo en la pantalla sino directamente en el escenario.

Os dejo aquí un vídeo con Purple Rain esa primera noche justo antes de la lluvia:





Y aquí una foto del momento en el que empezó a llover. Me encanta Prince en ella, especialmente su pelo:






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15 agosto 2011

Poppers

Ayer tenía la oportunidad de probar popper, una droga muy común dentro de la comunidad gay, legal en muchos países pero también ilegal en otros como Dinamarca. Sin embargo no lo hice debido a una enfermedad que tengo. Y eso me hace sentir frustración y enfado por tener que controlar mis ganas de experimentar y probar sensaciones físicas nuevas. Especialmente porque me parece que lo que me obliga a controlarme no es necesariamente la dichosa enfermedad, sino la moralina barata de esta sociedad en la que sustancias así no están disponibles con toda la información adecuada, es decir, un prospecto, como lo estaría cualquier otra droga médica, solo porque son consideradas como sustancias recreativas, y aparentemente recrearse es algo malo en Dinamarca a no ser que lo hagas con cantidades ingentes de alcohol o tabaco. Con un prospecto o acceso a la información adecuada hubiera sabido cuál es exactamente el nitrito de turno, y si es algo que puede interactuar con otra medicación, además de conocer los efectos secundarios y reacciones adversas. Por otra parte, si tuviera menos sensatez me hubiera arriesgado, y eso también me parece injusto. No es necesario obligar a la gente a tomar decisiones a lo loco cuando eliminando prohibiciones estúpidas las decisiones se pueden tomar con conocimiento y sensatez.

Como ya he dicho otras veces, prohibir las drogas, da igual el tipo, no funciona y en realidad se basa solo en una determinada moral conservadora que se intenta aplicar a toda la sociedad. Hay que cambiar las leyes.

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14 agosto 2011

Con las cartas sobre la mesa

¿Me puedes explicar qué buscas exactamente? Si quieres una reacción tendré que entender el motivo. De este modo solo me irritas y me mareas la cabeza. Dime, ¿por qué tanta insistencia? Deja de dar micropasos y, si de verdad tienes el interés que intentas mostrarme, haz las cosas claras, que me cansa tanta tontería. ¿Quieres que te entienda? Pues explícate. Pero si lo haces, hazlo de verdad, con todas y cada una de las cartas sobre la mesa, sin esos ases que sueles guardarte bajo la manga y que yo ya no tengo paciencia ni interés para soportar.

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13 agosto 2011

La fecha se acerca

La fecha se acerca y yo tengo ese relato escrito desde hace un año que había programado para que se publicara ese día y que ahora que hemos vuelto a hablar no sé si publicar. Erotismo por escrito antes de que suceda en realidad, si es que alguna vez llega a suceder... Me preocupa un poco que lo entiendas como algo que he escrito este año, porque ahora no escribiría así. Y sin embargo, por otra parte cuando decidí no ponerlo el año pasado el día antes de que me dejaras de hablar (¡y menos mal!) lo programé para este año, momento en el que pensaba que ya no leerías mi blog, y ahora me resulta extraño tener que cambiar una decisión que ha estado fija casi un año. No sé, no sé...

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10 agosto 2011

Escuchando el otro lado

En esta entrada hablaba sobre la conversación con una amiga y su homofobia internalizada. Para mí fue al mismo tiempo surrealista, agobiante y esperanzador tener esa conversación en este momento de mi vida. Me explico.

A medida que mi amiga me fue hablando de sus dudas, más y más fue creciendo en mi la sensación de estar escuchando el otro lado de la historia que estoy viviendo ahora yo misma. Me sentía como si tú me estuvieras contando tu parte de forma clara, sincera, abierta. Eso que yo siempre he pedido. Como si de repente me hubieran abierto las puertas a ese otro lado al que no me quieres dar acceso en lugar de dejarme aquí sin entender bien qué es lo que te pasa. Mi amiga, bisexual declarada, sin duda ha llegado mucho más lejos en su proceso mental que tú. Ha tenido cinco años para acostumbrarse a la idea. Ha experimentado el sexo con mujeres. Ha tenido relaciones no importantes con ellas. Ha aprendido poco a poco a lidiar con sus miedos más claros. Y sin embargo, después de todo este tiempo, a la hora de establecer una relación significativa con alguien con quien siente de forma intensa, se tambalea. Le falla el fundamento y su seguridad desaparece en una nube de miedos sobre la verdad de sus sentimientos, la realidad de su deseo, la intensidad de su atracción y su capacidad de acción.

Tú, sin embargo, no has tenido toda esa preparación. Una cosa es tener un par de amigos LGBT+ y otra cosa serlo tú misma. Una cosa es aceptar de forma racional otras formas de vida en los demás y otra quererlas para tu propia vida. Una cosa es ir diciendo, e incluso pensarlo, que se es bisexual en teoría, y otra cosa diferente es ser capaz de verte a ti misma con una persona que no es hombre. Tanto en el plano sexual como en el emocional como en el romántico. Una cosa es decir que eres bisexual en tus conversaciones privadas y otra querer que se te conozca como la amante o la pareja de una mujer o una persona transgénero. Una cosa es visitar el ambiente LGBT+ y otra sentir que formas parte de él.

Y sin embargo, todo esto no evita que en realidad sí que seas tú misma una persona LGBT+, sí que sientas que tu propia vida tiene que incluir elementos no cisheterosexuales, sí que desees algo en la práctica con una persona que no es un hombre y por eso lo busques, sí que sientas algo sexual, emocional y romántico por otra mujer por mucho que te confunda, y sí que seas parte el ambiente LGBT+, aunque lo seas en el armario. En tu propio armario. En un armario al que te has acostumbrado tanto que no solo no ves la puerta, sino que no reconoces las paredes ni su estructura.

Mi amiga se sintió mejor después de hablar de todas sus comeduras de cabeza. Pero sobre todo llegó a la conclusión de que lo que le sucede es un proceso habitual por el que tiene que pasar hasta que se acepte como es. Como no dejó de repetirse, lo suyo es una cuestión de acostumbrarse a verse a sí misma en un rol que no había imaginado para ella misma.

Hablar de tus miedos y dudas de forma clara te haría bien. Estoy segura. Escuchar a tu cuerpo y reconocer la lucha interna por la que estás pasando, aceptarla y seguir adelante poco a poco para acostumbrarte a lo que vas viviendo es en mi opinión la mejor forma de combatir tu propia homofobia internalizada y con ello hacer algo con tus sentimientos y deseos no heterosexuales.

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09 agosto 2011

Relación sin definir el nombre

¿Para qué nos hace falta definir el nombre de la relación que queremos tener cuando no lo sabemos? No somos amigas, no somos pareja, no estamos dating, no... y al mismo tiempo hacemos y decimos cosas que se parecen mucho a todo eso. ¿Para qué ponerle una etiqueta y con ello limitar nuestros sentimientos y nuestras acciones? Tal vez ni siquiera exista una etiqueta para lo que somos y tenemos, y tampoco importa. Si queremos estar juntas, si pretendemos seguir hablando como antes, si disfrutamos de los ratos que compartimos, si deseamos tener contacto físico y no dejar de tocarnos, si queremos tener a otra gente y poder hablar entre nosotras sobre ello, si nos echamos de menos cuando dejamos de hablarnos, si sentimos algo tan intenso pero no sabemos darle nombre, ¿para qué hacerlo? Lo que hagamos cuando no estemos juntas o lo que los demás llamen a lo que tenemos da igual. No define lo que sentimos ni queremos. Dejémonos llevar y disfrutemos de la suerte de tener ambas ese interés, ese amor, ese deseo, esa amistad, esa confianza, esa intimidad, esa curiosidad...  

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06 agosto 2011

A la mierda

Si no me llamas esta tarde te van a dar viento fresco. ¿Te crees acaso que me puedes tratar así? Tanto darme la lata con volver a hablar para luego tratarme así. No tienes vergüenza, de verdad. Sinceramente no me puedo ni creer que tengas la poca delicadeza de hacer esto. Realmente estoy decepcionada y enfadada. Te dije que me quedaba aquí para esto. ¿Soy yo acaso la que te tiene que llamar a ti como cada vez? Vamos ya. ¿De qué vas exactamente? En realidad eres una amargada sola. Y no mereces la pena. El sexo vacío mejor cómetelo con patatas tú. Mejor estar sin compañía que acercarme a alguien como tú capaz de hacer esto. Vete a la mierda y quédate allí.

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Es negro así que a él


Ya que estoy quejándome de la policía, voy a contar otra cosa que he vivido al día siguiente de escribir la queja anterior. Estoy en el aeropuerto y vienen dos policías con esos perros que buscan droga entre las maletas de los que están facturando. La cola de facturación es considerable. Se trata de un vuelo a Atlanta temprano por la mañana y está lleno de daneses de camino a sus vacaciones de verano y de hombres de negocios. En la cola hay también un chico americano con ropa informal y aspecto muy normal. Uno de los policías que pasa por allí con su perro, ve al muchacho. Y el muchacho tiene algo que aparentemente lo hace objeto de su atención: es negro. Lo siguiente, por supuesto, es hacer que el perro se acerque a su maleta. El perro no reacciona especialmente, pero el policía no contento con la reacción, llama a su compañero con otro perro. Le separan y le obligan a abrir su maleta y su mochila. Los perros olisquean todo, mueven las cosas, y no encuentran nada. Los dos policías terminan sin disculparse, faltaría más, y se van sin mirar a ninguna otra persona de toda la cola con más de 50 personas.

El caso es que si hubieran tenido un motivo, todavía me resultaría extraño, pero claramente no lo tenían. El único motivo fue que el chico era el único negro en toda la cola en ese momento. Y ante mis ojos fueron él y sus maletas los que fueron sometidos a semejante tratamiento público. ¿Casualidad? Por supuesto que no.

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04 agosto 2011

Tu huella de caracol

Una semana me he pasado mirando con sonrisilla alelada tu huella de caracol sobre mis pantalones. El sendero de mi conquista. El rastro de tu sexo sobre mí. Hasta ahora nunca hubiera imaginado que una cosa así se pudiera convertir para mí en un fetiche tan simbólico, tan excitante y tan potente. He odiado tener que hacer la colada hoy.

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02 agosto 2011

El policía bromista

¿Es aceptable ir a la comisaría de policía y tener que aguantar al policía de turno bromeando? Porque a mí no me lo parece y sinceramente me resulta en sí mismo un abuso de poder. Especialmente si este tipo de bromas se hacen en situaciones en las que el supuesto "bromista" está en una posición claramente superior a ti y no puedes contestar ni reaccionar. Y todavía más cuando el motivo de las bromas son prejuicios y estas van seguidas de un comportamiento discriminatorio y completamente inaceptable.

La situación:

Voy a la comisaría a por un papel con mis antecedentes penales, algo que aquí en Dinamarca te exigen que muestres para ver que está limpio y con ello poder trabajar en determinados lugares, posiciones y empresas e instituciones. Sale un policía, hombre danés de unos 50 años, muy alto y con actitud no muy simpática. El tipo me pregunta qué quiero. Se lo explico y me dice:

Policía: Pues no sé si te lo podemos dar. ¿Está tu historial limpio? No lo parece.
Yo: No sé, supongo. (A preguntas estúpidas y comentarios fuera de lugar, respuestas igual de bordes).
Policía: Tal vez no lo está, pero si quieres que te lo demos limpio me tendrás que dar un poco de dinero.
Le miro atónita. Está haciendo una bromita sobre que le dé dinero por debajo de la mesa para limpiar mi historial, y está suponiendo que cuento con algún antecedente porque tengo acento al hablar danés, tengo un peinado un poco radical, soy de otra cultura y se ve que no soy la típica madre de familia de treinta y pico. Y para recolmo mi voz está completamente ronca ese día, lo que hace que todavía le parezca menos "normal".

Policía: Bueno, ¿qué?, ¿te parece bien?
Yo: NO.
Policía: Dame tu identificación y me lo pienso.

Saco mi tarjeta de identificación danesa. El tipo me mira con cara de sorna.

Policía: ¿No tienes una identificación con foto? Quiero ver tu pasaporte o tu permiso de residencia.
Yo: Tengo esto (el DNI), que es mi identificación española y tiene foto.

Se lleva mis dos tarjetas, me trae un formulario y se va al ordenador. En el formulario leo que solo hay que dar la tarjeta de identificación danesa o el número de la seguridad social (CPR). Me molesto enormemente porque en mi caso por supuesto no ha sido suficiente con eso, también quería ver mi puñetero pasaporte o permiso de residencia. Lo cual es, además de su bromita, otro abuso de poder y un caso claro de discriminación.

Pasan unos minutos. Vuelve y me da mis tarjetas y el informe de antecedentes completamente vacío, por supuesto. Y se despide de mi con tonito de comedia que hace que los otros se rían en alto diciéndome "Adiós, Señora X" (la X es mi apellido que no suena precisamente extranjero). O sea, que definitivamente al tipo no le parezco ni una persona que pueda identificar como una señora, ni con una danesa, ni con alguien sin antecedentes penales. Y me lo tiene que dejar claro y hacer que los otros cuatro policías allí presentes participen de la broma. 

Salí de la comisaría con una sensación horrible, como si me hubieran agredido. Las bromas, cuando la persona objeto de ellas no puede ser partícipe, no son bromas, son abusos. Cuando encima las realiza un grupo de personas con poder, el abuso todavía es más claro. Cuando para rematarlo van seguidas de un acto claramente discriminatorio como es solicitar mi pasaporte innecesariamente, muestran que tienen una base foba que es muy peligrosa. Y cuando encima es el propio organismo al que hay que ir a denunciar estos casos el que se comporta de este modo, la sensación de desprotección es enorme.

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