Ayer tenía la oportunidad de probar popper, una droga muy común dentro de la comunidad gay, legal en muchos países pero también ilegal en otros como Dinamarca. Sin embargo no lo hice debido a una enfermedad que tengo. Y eso me hace sentir frustración y enfado por tener que controlar mis ganas de experimentar y probar sensaciones físicas nuevas. Especialmente porque me parece que lo que me obliga a controlarme no es necesariamente la dichosa enfermedad, sino la moralina barata de esta sociedad en la que sustancias así no están disponibles con toda la información adecuada, es decir, un prospecto, como lo estaría cualquier otra droga médica, solo porque son consideradas como sustancias recreativas, y aparentemente recrearse es algo malo en Dinamarca a no ser que lo hagas con cantidades ingentes de alcohol o tabaco. Con un prospecto o acceso a la información adecuada hubiera sabido cuál es exactamente el nitrito de turno, y si es algo que puede interactuar con otra medicación, además de conocer los efectos secundarios y reacciones adversas. Por otra parte, si tuviera menos sensatez me hubiera arriesgado, y eso también me parece injusto. No es necesario obligar a la gente a tomar decisiones a lo loco cuando eliminando prohibiciones estúpidas las decisiones se pueden tomar con conocimiento y sensatez.
Como ya he dicho otras veces, prohibir las drogas, da igual el tipo, no funciona y en realidad se basa solo en una determinada moral conservadora que se intenta aplicar a toda la sociedad. Hay que cambiar las leyes.
Es curioso... Ayer mismo hablaba con mi pareja del popper. :)
ResponderEliminarTienes toda la razón: las drogas, sean del tipo que sean (MDMA, quetamina, estroparia cubensis, peyote, ibuprofeno, paracetamol, etc.), deberían ir acompañadas de un prospecto de uso; todas sin excepción.
En mi caso, siempre he sentido una atracción inevitable, una necesidad, hacia la experimentación con sustancias enteógenas, y como yo, supongo que muchas otras personas. He tenido los mejores momentos de mi vida bajo los efectos de ciertas sustancias, pero también malos viajes (muy pocos),que me podría haber evitado con una mayor información.
Siempre he investigado previamente los efectos psíquicos y físicos de todas las sustancias que he probado antes de consumirlas, pero esta labor de conocimiento no sólo debería recaer en la responsabilidad de cada individuo. Por seguridad, considero que es preciso legalizar las drogas, tal y como ya lo están otras en el mercado.
Saludos, Lille, y buen viaje ;-)
La gestión y criminalización del placer. Prefieren prohibir a informar.
ResponderEliminarme gustan las temas q desarollas en tu blog sigue asi.
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