Una semana me he pasado mirando con sonrisilla alelada tu huella de caracol sobre mis pantalones. El sendero de mi conquista. El rastro de tu sexo sobre mí. Hasta ahora nunca hubiera imaginado que una cosa así se pudiera convertir para mí en un fetiche tan simbólico, tan excitante y tan potente. He odiado tener que hacer la colada hoy.
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