10 junio 2011

No hace falta que me vendas mis ideas, pero gracias

Últimamente me sucede algo a menudo que me deja un poco descolocada. Cuando estoy hablando con alguien, a veces esa persona me empieza a contar algo con la intención de mostrarme un pensamiento que sé que proviene de mí y que veo que la persona no recuerda que lo ha sacado de mí. Con tanto activismo aparentemente algunas de las ideas que expongo calan en la gente, tanto que finalmente esas personas acaban creyendo que son sus ideas, o al menos acaban olvidando que tuvieron una conversación sobre el tema conmigo días o meses antes, y en un intento de mostrar su ingenio intentan venderme mis propias ideas.

Al principio solo me pasaba con alguna gente que leía mi blog y no sabía que la persona a la que estaban citando era a la persona que tenían delante. Últimamente sin embargo me pasa también con gente con la que hago política.

Os pongo un ejemplo para que quede más claro de lo que hablo.

Hace unas semanas estuve haciendo activismo en favor de los derechos de las y los trabajadores sexuales. En las actividades también participaban muchas personas transgénero, pero una gran cantidad de estas personas estaban en contra de los derechos de los trabajadores sexuales y tampoco comprendían por qué en la actividad nos habíamos unido los dos grupos. Así que tuve que usar una gran parte del día en explicar los motivos por los que es importante defender esos derechos y los puntos en los que la política trans y la política de trabajo sexual se parecen, se complementan o son iguales.

Pues bien, hace unos días me encuentro con algunas de estas personas en otra actividad relacionada y escucho como una de ellas está defendiendo apasionadamente las ideas que tanto me costó hacer que entendiera. Lo más curioso es que se acerca a mí también para convencerme de ello. ¡¡¡Pero mujer, si fui yo quien tuvo que hablar contigo más de 2 horas de reloj para que lo entendieras!!! Sin embargo, no digo nada. Sonrío, afirmo que estoy completamente de acuerdo y se va satisfecha a continuar con su campaña, y al final incluso acaba en los periódicos explicando lo que originariamente eran mis argumentos.

En realidad no sé muy bien si sentirme halagada o un poco frustrada. Supongo que lo que sucede es que siento las dos cosas. Por una parte me frustra un poco tener que escuchar que alguien me quiera vender algo que sé que yo he escrito y la persona ha leído, o que yo le he dicho directamente. Es cansino no tener nunca ningún reconocimiento por lo que pienso y ver como esas personas (especialmente la gente con claras ambiciones políticas y deseo de poder) usan sus codos y algunos pensamientos no propios para empujar y subir en la escala, como me sucede más y más a menudo. Por otra, es maravilloso ver que mis ideas causan tanta impresión en alguien. Y además en realidad lo importante es que esas ideas, la defensa de unos derechos, se extiendan, independientemente del origen de las mismas.

Supongo que cuando veo que la persona que lo hace no busca poder sino derechos para todos me halaga y me agrada. Sin embargo a menudo lo que veo es que las personas que hacen estas cosas además de buscar derechos (que tampoco no suele ser para todos, sino solo para los que son "de su grupo") lo que buscan con mayor claridad es poder y eso me pone enferma y me hace sentir utilizada y pisada.

A veces como dicen por ahí la política da asco. Si en cosas tan pequeñas como estas en las que yo participo se ven estas cosas, qué no hará la gente que de verdad tiene ambiciones serias de llegar a la cima...

votar





2 comentarios:

  1. Hola lille, yo pienso que te tienes que sentir halagada, por lo menos en este caso que es para una causa justa (o al menos eso fue lo que entendi)Tus publicaciones tienden a veces a atraparme y a leerte de verdad y tratar de retener lo que tratas de contar o decir. En mi caso me alimentan el cerebro. Sin querer ser cursi, una vez se dio aca en mi pais en el ambito politico una situacion medio similar a la que tu pasaste hace un tiempo alli: aca se trata de eliminar una ley que se le llama ``ley de caducidad´´. Cuando llegó el dia de eliminar esa ley y al momento de votar hubo un diputado que se levanto y se fue y por ese unico voto no se pudo eliminar. Me acuerdo que estaba en la casa de mi madre y ella dice: ``por culpa de ese que no votó no se pudo eliminar la ley!´´ a lo que yo le dije: ``pero vieja, ese diputado ya esta votando, de alguna manera u otra esta votando, no tiene porque seguirles la corriente a los otros...´´ citando o recordando aquella publicacion que escribiste una vez, en la que todo el mundo levanta la mano para decidir algo y tu no la levantas y a lo que te preguntan: ``y tu no votas...?´´ Saludos
    Jonathan

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  2. Muchas gracias, Jonathan.

    No me sorprende nada eso del diputado que cuentas. Es como bien dices exactamente lo mismo que yo he vivido. Increíble.

    Saludos para ti también.

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