Me encanta el sexo. Pero yo no quiero tener sexo con cualquiera en todo momento y tampoco independientemente de la situación en la que suceda y del precio que me cueste. Al contrario. Creo que soy muy exigente, tanto con las personas con las que deseo follar, como con las circunstancias en las que sucede.
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Por otra parte, tampoco creo que me convierta en más liberada o me haga más cool por tener sexo con mucha gente o sexo muy diferente. No voy a ser más queer por follar con alguien solo por mostrar mi queerness. No soy menos monógama o más postmoderna por probar a llevarme uno tras otro a todos los machos que bailan en la pista del bar. No soy más sexy ni más atractiva por conseguir que alguien me devuelva un flirteo después de probar con la mitad de las muchachas en la barra del bar. No soy más libre por no hacerle asco a nadie si en realidad no sé lo que quiero o, peor todavía, si sé que no quiero estar con ninguna de esas personas. Por tanto, no proyectes tus inseguridades, tus necesidades y tus miedos en mí. Yo no tengo ni que demostrarte a ti ni que demostrarle a nadie mi liberación sexual. Y en realidad, con todo lo que haces, a mí no me demuestras otra cosa que tu confusión y tus prejuicios.
Me siento totalmente identificado con tus palabras
ResponderEliminarHa, este texto me sorprende, me gusta, no cualquiera tiene el don de la escritura, y la persona que lo cultiva crece por sobre la media.
ResponderEliminarBuen escrito
ResponderEliminarMe ha gustado este blog