18 febrero 2011

BDSM en todas las camas

Estuve en una conferencia sobre BDSM de una asociación de sadomasoquistas. En ella los conferenciantes parecían convencidos de que ser sádico o ser masoquista es algo que se es o no se es, como ser homosexual o transexual. De hecho, utilizaban esa comparación. Según ellos hay gente que nace con esa tendencia y otra gente que no. El público, gente LGBT+, no estaba de acuerdo en que ser sádico o ser masoquista sea una orientación sexual o tendencia. Y también se veía que en su mayoría les resultaba tan difícil entender que alguien pueda desear sentir dolor como a la sociedad heteronormativa le resulta entender que alguien pueda desear a otra persona de su mismo género. Así, después de esta experiencia, creo que tengo que escribir mi opinión aquí.

Para empezar parece que ni las personas sadomasoquistas ni las LGBT+ tienen clara la terminología o lo que diferencia una cosa de la otra. Para mí está muy claro. Ya he explicado la diferencia en esta entrada, pero básicamente no es lo mismo tener una determinada preferencia sexual que una orientación sexual. Ni tampoco que una identidad de género.

Para seguir me da la impresión de que al hacer esa distinción tan clara que hacen entre los que nacen y los que no nacen sádicos, masoquistas o lo que sea, establecen (una vez más aunque sea en otro tema) esas etiquetas cuadriculadas que no funcionan en la práctica. Parece que en su mundo o bien eres sádico o no lo eres. O bien eres fetichista o no lo eres. No hay grados. Y a mí me parece que es justo al contrario. La mayoría de la gente practica sin saberlo alguna forma de BDSM cuando tiene sexo. Tal vez no en la versión dura y clara, pero desde luego la tendencia y el interés están ahí. Por ejemplo es muy habitual el juego de la dominación y la sumisión. El macho fuerte. O la hembra dominante. También los juegos estilo teatro o roleplay donde cada persona interpreta un papel. El fetichismo con partes del cuerpo o ropas. El exhibicionismo y el voyeurismo atraen en cierta medida a casi todo el mundo. Si no, que me expliquen a mí el enorme consumo de pornografía que hay en el mundo...

Otra cosa que me llama la atención es la gran diferencia entre el ambiente SM de los heterosexuales y el LGBT+. Desde su vocabulario hasta las ropas que utilizan pasando por las cosas que aparentemente son excitantes para unos y otros...

Algo que me decepcionó de la charla fue la falta de mención de otros aspectos del BDSM. Parece que todo se centraba en sadismo y masoquismo para ellos. Y a mí en realidad hay otras facetas que me interesan tanto o más y es una pena que la gente en general no sepa que existen y tampoco reciban información al ir a una conferencia sobre BDSM.

Y algo que no entiendo bien es ese rechazo completo y absoluto al sexo vainilla, es decir, al que no es BDSM, que parecían tener. No lo entiendo, me parece ser cuadriculado. Una cosa es que te guste el BDSM y otra cosa es que consideres que todo lo demás no es practicable. La gente se vuelve en mi opinión un poco fanática en su identidad. Si eres homosexual no entiendes que pueda haber bisexuales. Si eres sadomasoquista no entiendes que el sexo pueda ser vainilla....

Por último, me resulta fascinante (en versión negativa) ver cómo la gente supuestamente abierta de mente puede sentir absoluta incomprensión ante prácticas sexuales que no son las suyas... 

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3 comentarios:

  1. Sí, es una lástima ver cómo personas que pensabas con más criterio muestran intolerancia. El que hayan adoptado una reducida postura diferente a la convencional no significa en automático que sean de mente abierta. Son muchos los prejuicios que nos han inculcado, y estos no se pueden extirpar de los sesos de la noche a la mañana. Supongo que lo importante es auto analizarse constantemente para identificar tales pensamientos y empezar a erradicarlos.

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  2. La sociedad te clsifica segun tu genero, tus estudios etc, luego nosotros hacemos lo mismo y ponemos el grito en el cielo cuando la sociedad lo hace, luego estan los que dicen que no se clasifican en nada, pero eso tambien es clasificarse dentro de un grupo, supongo que la pertenencia a un grupo o genero es algo que por lo general todo necesitamos en un apto de afirmación personal.

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  3. No todos los practicantes de BDSM, son fundamentalistas, como los de esa asociación. Es falso que se sea sádico o masoquista como identidad. Se es sádico en relación a un masoquista y viceversa (en un contexto consensuado, me refiero). El BDSM es una práctica más, ni mejor ni peor que cualquier otra. Yo no quiero ser ejemplo de nada, pero según con quien llegue a un acuerdo: practico el BDSM, el sexo vainilla hetero, tierno y cariñoso, el sexo homosexual y el sexo en grupo. Todos son diferentes, pero todos me dan satisfacción y mucho placer. Cerrarle puertas al sexo, lo puedo entender, pero hacer bandera de ello, me parece al menos, estúpido.

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