Una tendencia cada vez más clara en Escandinavia es utilizar la homosexualidad como bandera para luchar contra los musulmanes. ¿No entiendes lo que digo? No me extraña, porque es para no creérselo. Pero déjame entonces que lo explique.
Como ya he contado muchas veces, aquí por el norte de Europa la xenofobia es pan de cada día en las noticias, la política, etc. Por supuesto, esa xenofobia está especialmente dirigida a los musulmanes. La islamofobia triunfa en estas sociedades sin el menor pudor. Si unimos estos dos puntos, está claro que los inmigrantes y refugiados políticos que menos desean recibir son los musulmanes. Por ello, cada dos días cambian las leyes o proponen barbaridades con la intención de mantener al islam y sus creyentes lo más lejos posible.
Así llegamos al absurdo que se plantea cada vez con mayor frecuencia. Los partidos más nacionalistas e islamófobos, en su búsqueda de argumentos para atacar a los musulmanes o simplemente irritarlos, han empezado a utilizar la homosexualidad como un arma de lucha. Esto ya se lleva viendo unos años. El partido xenófobo danés, Dansk Folkeparti, cada año en el último lustro ha utilizado la manifestación del Orgullo LGBT+ es su lucha contra los musulmanes. Por supuesto, al mismo tiempo ese partido cuando no tiene que utilizar la causa LGBT+ para sus propios fines, se encarga sin el menor problema de votar en contra de todos y cada uno de los puntos de la agenda LGBT+. No solo eso, sino que también se permiten decir las cosas más homófobas que circulan por esta sociedad. Y sin embargo, cada año los tenemos defendiendo la manifestación del Orgullo LGBT+ en la televisión como uno de los verdaderos valores daneses en contra de todos esos elementos que no se quieren integrar por no aceptar la homosexualidad como algo natural.
El recolmo de esta tendencia es la nueva ley de los noruegos. Según esta todos los inmigrantes que llegan a Noruega deben ver una película sobre homosexualidad como parte de su solicitud de permiso de residencia o asilo. La intención es clara: mostrar a los musulmanes que la homosexualidad es un valor noruego.
Lo más grave es que esta tendencia de los políticos se puede ver también entre los miembros del ambiente LGBT+ de estas sociedades. Ya no sé ni cuántas veces he tenido que oír a un escandinavo criticando a los extranjeros de la forma más xenófoba posible y asociando la idea homofobia a ser extranjero. Como si la sociedad danesa o la noruega por sí mismas no fueran homófobas sin tener que echarles la culpa a los pobres inmigrantes una vez más. O como si todos los inmigrantes fueran por el simple hecho de serlo homófobos.
Supongo que leyendo mi blog debe estar claro que pienso que por supuesto que la homofobia es algo que hay que combatir. Pero no comparto el secuestro de los temas LGBT+ por agendas nacionalistas que no tienen ningún interés en la causa LGBT+, sino que lo único que buscan es otro motivo más para estigmatizar y atacar a los inmigrantes y a los miembros de otras religiones. ¿Acaso el protestantismo no es homófobo? ¿Acaso yo como inmigrante rechazo la causa LGBT+ o voy dando palizas a los homosexuales como se muestra en la televisión? Por favor...
Yo sí que entiendo que se luche contra la inmigración (no de esta forma, ojo). Hay que tener en cuenta que generalmente los grupos sociales que emigran son los de peores condiciones, con peor o menor nivel de educación (y esto provoca consecuencias FATALES), con pocos recursos y encima, muchos preferirían quedarse en sus países; hay que ayudar, pero sin salir perjudicado el propio país.
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