En nuestra última visita España un día hablando en la cocina le cuento a mi madre que K tiene antepasados gitanos y me contesta que no, que no se lo cree. Como al verlo este marido mío no se parece precisamente a los gitanos andaluces sino más bien a un escandinavo moreno y peludo con ojos azules y con nariz de gnomo, a ella no le cuadra que pueda tener sangre gitana. Empieza entonces a reírse y dice que es una broma. Insisto y le digo que es cierto, que una de sus bisabuelas o tatarabuelas era gitana. Mi madre sigue riendo y diciendo que no, pero al final como ve que tanto K como mis hermanos (que ya han oído la historia antes) están asintiendo con la cabeza, deja de reírse y me dice: "¡Anda, anda, que más gitana eres tú!".
Con esta frase mi madre se pensaba que estaba arreglándolo, pero en realidad todavía lo estaba empeorando más. Si ya por adelantado se estaban viendo sus prejuicios, con esa frase ya lo remató. Me pregunta entonces K sorprendido que qué significa eso. Y, ¿qué le puedo contestar?Pues que los españoles, como tantos otros pueblos, son racistas con los gitanos y que aparentemente para mi madre ser gitana significa algo negativo y, por eso, para no insultarle a él (o eso creyó ella) prefirió atacarme a mí en broma... pero dejando claras sus ideas.
Pues la ultima vez que hablé con mis padres habían olvidado lo de los gitanos entre los antepasados, así que parece que sí que mas gitana eres tú porque ya no lo soy, y que no solamente en España está mal visto serlo.
ResponderEliminarTienes razón, en tu familia prefieren creer antes en las improbables (y patéticas) historias de antepasados de sangre real que en los registros oficiales que aparentemente incluyen a los de sangre gitana. Así que eres un príncipe destronado con sangre bastarda gitana ;-)
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