Otra película que quiero recomendar: Babel (2006), del director Alejandro González Iñárritu. Se trata de cuatro historias entrelazadas en cuatro países diferentes (EE.UU., Marruecos, México, Japón) y en cuatro idiomas (inglés, español, árabe y japonés). El punto de unión: un arma que un japonés regala a un marroquí y que es utilizada por sus hijos para disparar a un autocar de turistas, con lo que hieren a una estadounidense cuyos hijos están al cargo de una mexicana.
Al principio uno no comprende que las historias tienen una relación, lo cual tiene su parte de moral: cualquier acto puede tener consecuencias inimaginables hasta en el otro extremo del mundo. Además me gusta que las historias están contadas desde todas las perspectivas, de ello también el uso de los idiomas locales. Para no variar también me agrada que no es una película positiva que te deja con esa sensación vacía de alegría sin sentido. Aquí uno se puede sentir un poco afectado y también incómodo. Las casualidades determinan el ritmo de la vida, a veces para mal. Por otra parte las historias elegidas muestran enormes contrastes sin caer necesariamente en tópicos, cosa que es un acierto.
Viendo Babel tengo la sensación de que una historia de este estilo querría hacer yo si fuera directora de cine, como tantas veces he soñado. Algo con varias culturas, varias perspectivas, varios idiomas, gente ordinaria y gente extraordinaria, temas que me interesan (justicia social, migración, discriminación, sexualidad, etc.) y una misión, una especie de agenda o moral que quiero explicar.
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