Estoy descubriendo un detalle notable de ser poliamorosa y tener historias diferentes con distintas personas en una misma época al tener este blog en el que escribo sobre mis relaciones. Como cuando escribo a menudo no especifico el nombre, y cuando lo hago es en clave, estoy viendo que varias personas (y no sorprendentemente las menos apropiadas) creen que lo que escribo va sobre ellas. ¡Cada una de las cosas que digo! En algunos casos el error de interpretación por su parte tiene consecuencias. Por ejemplo puedo recibir un email o un comentario en respuesta a algo que he escrito pensando clarísimamente en otra persona. Para mí no hay ninguna duda. Lo que escribo va sobre tal o cual momento o tal o cual sentimiento con una determinada persona. Y para la persona implicada tampoco hay duda, sabe perfectamente a qué me refiero. Sin embargo, luego están esas otras que sin estar implicadas de ningún modo y sin conocer sobre mis historias, con una buena dosis de egocentrismo, creen que todo trata sobre ellas, aunque haya cosas en lo que digo que aparentemente no tengan un sentido muy claro o que no casen con lo que ha sucedido en nuestra relación. Lo sorprendente es que incluso sabiendo que soy poli, que tengo una tendencia a tener varios asuntos en marcha al mismo tiempo, alguna gente insista en creer que todo lo que digo trata sobre la relación que han tenido conmigo.
¿Desde cuándo ha estado mi corazón y mi vida solo centrado en una persona? ¿Cómo voy a escribir solo sobre ti si ni siquiera suelo pensar en ti? ¿Cómo va a tratar todo lo que digo sobre ti cuando no te veo y no hablamos? ¿Cómo vas a ser tú la protagonista de mis escritos, de mis sueños y de mis esperanzas cuando ya no me interesas? ¿Cuando ni siquiera me interesaste especialmente en su momento? Despierta de una vez y deja de crearte la realidad que tú quieres tener. En mi mente hay muchas otras personas y mis sentimientos son mucho más sanos, intensos y reales por otra gente. No te esfuerces tanto en ser el centro de mi vida. ¡Ni lo eres ni lo has sido en ningún momento! Y esto te lo digo no con orgullo sino con toda la sinceridad del mundo. Si de verdad me conoces deberías saber que no es teatro, que igual que digo lo que siento, digo lo que no siento. Yo, a diferencia de ti, no miento... tampoco a mí misma.
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