Durante muchos años me sentía mal y no sabía la razón. Me sentía fuera de lugar, no adaptada. Escuchaba que la gente me llamaba rara o que me trataba de forma extraña y no entendía bien el motivo. Yo me veía muy normal, por supuesto. Eran si acaso algunos de los demás los que eran raros por no ver las cosas como era tan evidente para mí que eran.
Desde hace relativamente poco tiempo sin embargo he empezado a analizar con más detenimiento en qué situaciones y por qué motivos la gente me considera tan extraña y he llegado al convencimiento de que aparentemente tienen razón: soy rara, si eso significa ser diferente. El caso es que curiosamente ya no me siento mal ni fuera de lugar. Ahora de repente he comprendido que tengo un lugar, el mío propio, que no hace falta que sea igual que el de los demás pero que tampoco significa que no pueda estar en contacto con otra gente que está en otros lugares y en otros procesos. La adaptación no está en ser igual o sentirse parte de un ambiente de la misma forma que todos los demás. Está en sentir que tú ocupas tu lugar dentro de ese ambiente, aunque sea un lugar diferente. Y eso me da calma y seguridad.
No obstante sigo dándole vueltas a todo esto de la diferencia. ¿De verdad soy tan rara? ¿De verdad soy tan diferente? Por momentos me parece que no... y por momentos me siento marciana. ¿Cuándo me equivoco entonces?
Quiero compartir aquí un vídeo que Marta Nucleófila me dejó como respuesta a esta entrada en Facebook y que es muy apropiado. Espero que os guste tanto como a mí: http://www.dailymotion.com/video/x2ah2p_narcys-toi-t-en-reves-version-non-c_music?start=1#from=embed
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